En un contexto de optimismo y oportunidades

Después de muchos meses hablando de incertidumbres y riesgos, hoy quiero empezar hablando de optimismo y oportunidades. Optimismo por la buena recuperación de las comarcas catalanas tras los impactos de la pandemia y de la guerra de Ucrania, especialmente en términos de empleo, y de oportunidades, por la puesta en marcha de los Fondos Next Generation, que tienen que transformar la economía para hacerla más sostenible, más digital y más inclusiva.

La semana pasada presentábamos la 19a edición de los Ínex FEGP de competitividad comarcal y se desprende que todas las comarcas, excepto el Aran, han experimentado una mejora en sus valores respecto al año anterior. El informe analiza los principales factores de competitividad de las comarcas a través de 10 factores que se valoran mediante 50 indicadores: ÍNDEX FEGP.

Todas las comarcas, excepto el Aran, han experimentado una mejora en sus valores respecto al año anterior

Esta mejora generalizada tiene varios motivos, en primer lugar, el crecimiento económico generalizado. Pero seguro que también tienen que ver las políticas públicas implementadas por las comarcas, como la atracción de inversiones, la promoción del turismo, la mejora de la formación y las capacidades de los trabajadores locales y la mejora de infraestructuras en general.

La capacidad de cada comarca para conseguir un modelo de desarrollo adecuado a sus características es clave para la generación de riqueza y bienestar y no pasa siempre por modelos de crecimiento exógenos. Por este motivo resulta imprescindible estudiar bien las potencialidades de cada territorio antes de definir estrategias de desarrollo económico.

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Cuando hablamos de potencialidades y recursos, surge un primer riesgo: que los recursos se destinen sólo a las comarcas más competitivas. Éstas están situadas mayoritariamente en el ámbito metropolitano, porque tienen mercados más grandes y mejor acceso a infraestructuras de transporte y comunicaciones. Es necesario que los recursos lleguen a todo el territorio, para asegurar una transformación equilibrada.

Catalunya es un territorio rico y diverso, por este motivo sólo con inversiones y proyectos en todo el territorio se pueden aprovechar todas las potencialidades. Y también es un territorio lleno de pequeñas y medianas empresas, y ahí surge el segundo riesgo: que los Fondos de Recuperación Europeos sólo lleguen a las grandes empresas.

Catalunya es un territorio rico y diverso, de ahí que sólo con inversiones y proyectos en todo el territorio se puedan aprovechar todas las potencialidades

En resumen, estamos en un contexto de optimismo y oportunidades, mucho mejor de lo que habríamos imaginado hace un año, pero siguen existiendo riesgos que pueden alterar la buena evolución de la economía y que debemos vigilar de cerca.

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