OPINIÓN

¿Financiación: y si vamos a los tribunales?

El asunto de la financiación autonómica es cómo el Corredor Mediterráneo, la gestión del aeropuerto o Cercanías. Son temas que dan para mucho. Tertulias -la palabrería que tanto nos gusta-, parrilladas -reuniones de los llamados empresarios que hacen ver que están enfadados-, engaños políticos -es decir, promesas  electorales-, ... Mientras tanto, pero, el contribuyente continúa sufriendo. Inversiones que no se hacen, red ferroviaria tercermundista y un aeropuerto gestionado cómo un cortijo. Bien, nada que ustedes no sepan.

Del tema de la financiación he llegado a la conclusión que el peor enemigo lo tenemos en casa. Los políticos catalanes que tienen el amo en Madrid (PP y PSOE) nunca harán nada. Es lógico. El partido que les paga la nómina está formado por, entre otros, los barones territoriales que saben que su España es inviable sin el drenaje de Catalunya. Los políticos catalanes que tienen los colegas en Madrid (Comunes y Podemos) tampoco harán nada nunca. El concepto de solidaridad universal que han heredado de sus padres ideológicos (el comunismo) no les permite reclamar aquello que, desde su perspectiva, "es de todos". Y los partidos catalanes son, de naturaleza, miedosos -de lo contrario no serían catalanes-. Por lo tanto, en resumidas cuentas, las perspectivas son difíciles. Por no decir nulas.

He llegado a la conclusión que el peor enemigo lo tenemos en casa

Pero he aquí que nos llega una posible solución desde París. Porque de allí no solo vienen los bebés transportados por cigüeñas, no señor. También vienen las revoluciones y, a menudo, los avances sociales. Lo que seguro que viene es la racionalidad, que es aquello que nos falta a nosotros. Y resulta que la presidenta de la Región de París (oficialmente región Ile-de-France) ha dicho que de solidaridad ya tenía bastante. La señora Valérie Pécresse no va de farol. Ha puesto aquello que en Francia se denomina "cuestión prioritaria de constitucionalidad" y que solo se pide cuando alguien, organización o individuo, se siente perjudicado por una disposición que considera inconstitucional. Al mismo tiempo, ha puesto la cuestión, también, en el Consejo de Estado, que es el encargado de ayudar al Parlamento y el gobierno francés a hacer las leyes bien hechas. La señora Pécresse es clara: ha decidido denunciar el sistema de redistribución de ingresos de las regiones por injusto.

Recuerdo que, ya hace años, un estado alemán se reveló, también, contra el abuso del sistema de financiación regional de Alemania. Denunció el sistema en el Tribunal Constitucional. El hecho llevó, si no recuerdo mal, a que este tribunal recomendara revisar la ley y hacer una de nueva. Parece que ahora el porcentaje que los estados pueden ceder de su producción de riqueza está limitado por ley.

Si el Tribunal Constitucional no responde a nuestras demandas, pues hay que trasladar el tema a Europa

Mi razonamiento es el siguiente. El sistema de financiación de las comunidades autónomas se decide en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas. Allí se decide cómo se reparte el tortell. De allí se derivan las disposiciones legislativas que hacen que los ingresos se redistribuyan. Entonces, teniendo en cuenta que Catalunya siempre estará en minoría, siempre resultaremos drenados fiscalmente por el resto de comunidades autónomas. Y, cómo ya he dicho, el sistema no está sujeto a discusión. Por lo tanto, cómo que el tema no tiene otra solución democrática que la independencia -que conviene no descartar-, una solución sería apelar a los tribunales, cómo ha hecho la región Ile-de-France.

Y todo con una estrategia estudiada. Si el Tribunal Constitucional no responde a nuestras demandas, pues hay que trasladar el tema a Europa. ¿Yo, como simple contribuyente, me pregunto: por qué nuestro Govern no hace todo lo posible para defender nuestros intereses, cómo lo hace el gobierno (con muy pocas competencias) de la región de Francia? ¿Por qué no actúa? ¿Cobardía? ¿Ignorancia? ¿Pereza? ¿Falta de formación? ¿Desinterés? ¿Todo ello? Personalmente tengo la respuesta. Ahora, ustedes digan la suya.