El pueblo de Benlloc a Castelló
El pueblo de Benlloc a Castelló

Es posible emprender en el mundo rural sin dedicarse al campo?

El Fòrum de la Nova Ruralitat nace en Castelló reivindicando que es posible montar una empresa en el pueblo, pero pide a las instituciones condiciones de igualdad en comunicaciones respecto a las ciudades

La población en el Estado español se ha incrementado un 15,4% desde el año 2000. Pero la evolución demográfica se ha repartido de manera dispar, puesto que el 63,1% de los municipios y 13 provincias han perdido habitantes desde entonces. Hablamos de los municipios rurales, sobre todo de interior. Son datos del documento Esenciales, elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE y transportables a Catalunya, País Valencià e Illes Balears. Para poner freno al drama de la despoblación, en Castelló ha nacido el Fòrum de la Nova Ruralitat; piden a las instituciones igualdad de condiciones para poder establecerse en los pueblos y esto implica poder montar una empresa y que sea competitiva.

Bellés: "Creo que hay muchos prejuicios sobre qué es vivir en un pueblo. Parece que aquí sólo puedas vivir de la agricultura o de trabajos más rudimentarios, pero ahora con unas buenas comunicaciones lo puedes hacer todo"

Sara Bellés es una de las que ha decidido emprender en un municipio pequeño. Artista plástica e ilustradora, y natural de Benlloc (Plana Alta, Castelló), ha establecido el estudio en su pueblo después de trabajar en Castelló. Dice que "en comparación con lo que tenía en la ciudad" era "mucho mejor" lo que le ofrecía el pueblo: "Más espacio y más barato, porque aquí es más fácil acceder a una casa o local más grande que dentro de la ciudad, y más tranquilidad".

Hace una parte de obra personal que compagina con encargos (ilustración institucional, para empresas privadas, etc.). Trabaja con clientes de València, Castelló o Barcelona, y asegura que la distancia, en su caso, nunca ha sido un obstáculo. "No he notado ninguna diferencia respecto a trabajar en Castelló porque actualmente todo se hace por internet. Necesitamos buena conexión, y es una de las cosas que me hacía más miedo, pero en mi pueblo ahora tenemos fibra y no tengo ningún problema", explica.

Dice que si no se anima más gente a trabajar en zonas rurales, es porque "no se lo acaban de plantear del todo": "Creo que hay muchos prejuicios sobre qué es vivir en un pueblo. Parece que aquí sólo puedas vivir de la agricultura o de trabajos más rudimentarios, pero ahora con unas buenas comunicaciones lo puedes hacer todo".

Xavi Ginés: "Queremos que en el pueblo haya las mismas oportunidades que en la ciudad, nada más y nada menos"

Uno de los portavoces de la plataforma Fòrum de la Nova Ruralitat y Agente de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Benlloch, Xavi Ginés, señala que las zonas rurales "evidentemente tienen la agricultura y la ganadería como un sector económico importante", pero cuestiona que lo sea más que en determinadas áreas urbanas, como la ciudad de València, con una importante huerta periurbana.

Ahora bien, destaca que también es posible diversificar y emprender nuevos negocios, desde los vinculados al sector turístico –"uno de los más destinados a solucionar los problemas de las ruralidades"-, empresas de producción agroalimentaria (transformación) y empresas de tecnología y producción de conocimiento, porque entienden que el mundo rural "es muy apto" para tareas que necesitan "entornos apacibles y amigables".

Ginés es consciente que para montar un negocio es necesario dotar los pueblos "de la misma infraestructura de tecnología y comunicaciones que la ciudad": desde banda ancha, hasta mejores carreteras y un sistema de transporte público eficiente, además de servicios básicos como guarderías, sanidad o entidades bancarias. Recientemente el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cuerpo, afirmó que entre 2007 y 2017 aumentó un 0,7% la población sin oficina bancaria cercana. "Hay una responsabilidad directa de los bancos, pero también de la administración, que no legisla al respecto. Si los bancos no pueden discriminar por determinadas razones a sus clientes, tampoco tendrían que poder discriminar por territorio", observa Ginés.

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"Queremos que en el pueblo haya las mismas oportunidades que en la ciudad, nada más y nada menos. No queremos que se discrimine, pero tampoco queremos idealizarlo. El Estado tiene que encargarse de proveer los servicios que hagan viable la vida y los negocios en los pueblos. Luchamos contra la imagen del mundo rural estanco y estancado. La administración tiene que posibilitar el desarrollo de estas zonas", pide el portavoz del Fòrum. En este sentido, explica que las instituciones tienen que actuar "igual que lo hacen en los barrios periféricos y degradados de las ciudades, donde las empresas tienen más complicado establecerse que en el centro".

Ginés: "España ha apostado por un modelo radial que ha desplazado la población, que se ha ido allí donde era más fácil vivir"

Ginés hace un poco de historia y recuerda que la concentración en ciudades y en zonas costeras no responde "a ninguna ley de la gravedad", sino al hecho que el Estado español "se ha ultraconcentrado y ultraperiferizado": "Se ha dotado de infraestructuras en el centro centro y en las costas. España ha apostado por un modelo radial que ha desplazado a la población, que se ha ido allí donde era más fácil vivir. En ese sentido, es singular en Europa". Cita los ejemplos de las Highlands en Escocia o del compromiso de Francia con el mundo rural, con "derechos más parecidos a los de la ciudadanía que vive en los grandes núcleos", y que ha tenido como resultado una población más repartida. "Aquí la gente y las empresas se marchan porque se les está expulsando, no porque prefieran la ciudad", asegura.

Aún así, Ginés defiende que "es posible trabajar en un pueblo porque se está haciendo, aunque sea más dificultoso". Internet ha favorecido mucho el trabajo y el comercio a distancia –"es más barato alquilar un almacén en un pueblo que en un polígono de Castelló"- y podría ser el salvavidas de muchas áreas rurales, especialmente de interior, en riesgo de desaparición.

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