Eva Blasco en la sede de EVAP. | Ana Belldio

Igualdad

Blasco: "Teletrabajar no es lo que se ha hecho durante la pandemia"

La presidenta del empresariado de la provincia de Valencia reconoce que la han tratado diferente por ser mujer

Eva Blasco no tiene pelos en la lengua. Dice lo que piensa y ocupa su lugar en la foto, un lugar que no está dispuesta a perder por ser mujer. Lleva muchos años rompiendo techos de cristal en el País Valencià y su currículum es la prueba perfecta: vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la Confederación Española de Agencias de Viajes, miembro del consejo directivo de la Asociación Europea de Agencias de Viajes, presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP) y además, es presidenta del Consejo Provincial de Valencia de la Confederació Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV).

Entre reunión y reunión nos atiende en la sede de EVAP, porque aunque no le gusta definirse como un modelo para nadie, tiene claro que es imprescindible dar visibilidad al trabajo de las mujeres para que las niñas tengan referentes. Y no solo eso, defiende a capa y espada el asociacionismo como motor para acabar con las desigualdades laborales que afectan a las trabajadoras. De hecho, EVAP lleva más de 10 años visibilizando y concienciando sobre la brecha salarial que sufren las mujeres.

La brecha salarial entre hombres y mujeres en el País Valenciano está por encima de la media española. ¿A qué se debe?

Posiblemente se deba a sectores como el turístico o el comercio, con fuerte peso en nuestro PIB y que están altamente feminizados. Además, son sectores donde no existe un nivel retributivo elevado. A ello se une también un dato muy significativo que se ha hecho público en los últimos días: En el estado español hay un 34% de altas directivas. En la Comunidad Valenciana esta cifra cae al 23%. Lógicamente las altas directivas tienen mayor retribución y mayores pensiones cuando llega la edad de jubilación, y tengamos en cuenta que la brecha salarial se considera metiendo todos esos factores.

Desde EVAP habéis publicado un informe en que se explica que la brecha salarial se ha reducido ligeramente entre 2017 y 2018...

Esta reducción es prácticamente un estancamiento. Lo que más nos preocupa desde EVAP en estos momentos es que los últimos datos disponibles corresponden a 2018. De todas y de todos es sabido lo que ha pasado en 2020 y por tanto lo que nos preocupa es que después de la ligera mejora de los últimos años, ahora como consecuencia de la pandemia ese pequeño camino recorrido y avanzado se desande. Sería importante que dispusiéramos cuanto antes, ya no de los datos de 2019, que serán anecdóticos, sino de los datos de 2020. Pedimos un esfuerzo al respecto. 

"Nos preocupa que como consecuencia de la pandemia ese pequeño camino recorrido y avanzado se desande"

¿Pensáis que los cambios en la legislación en materia de bajas paternales, por ejemplo, pueden contribuir a reducir la brecha?

Creemos que lo importante es trabajar en la corresponsabilidad, en el reparto equitativo de tareas entre hombres y mujeres en todo lo relativo al entorno familiar. Es la asignatura pendiente, se ha avanzado algo pero la corresponsabilidad no es real en nuestro país. Hay factores culturales, estereotipos... Y es necesario un cambio profundo de la sociedad española. No nos engañemos, esto no se puede cambiar exclusivamente por la Administración. No lo podemos cambiar exclusivamente las empresas, esto es un cambio social profundo. La educación en igualdad es fundamental. Trabajar estos temas y sobretodo la ruptura de los estereotipos desde edades muy tempranas, evitar que los sesgos inconscientes que existen se mantengan... Esto requiere un esfuerzo colectivo y un trabajo conjunto para producir el cambio social.

El informe recoge la diferencia de brecha salarial entre sectores y uno de los más destacados es el científico y técnico. ¿Qué pasa aquí?

En general nos encontramos que hay brecha en todos los ámbitos pero también en este. Yo lo digo con carácter general en todos los sectores, uno de los factores que también influye en la brecha deriva de las propias mujeres, que reivindicamos menos que los hombres en el ámbito salarial. No sé si por motivos de educación, parece que el hablar de dinero por parte de la mujer está mal visto, pero cuando habla de dinero un hombre se entiende perfectamente. Se considera que es ambicioso, pero si es una mujer la que plantea el tema se la ve desde un punto de vista negativo... ¿A qué me refiero con esto de que las mujeres no sabemos reivindicar adecuadamente? pues a algo que nos ha pasado a muchas, a mí misma: te ofrecen un ascenso y las mujeres generalmente damos las gracias por la confianza depositada en nosotras, la oportunidad que se nos ofrece, decimos que no vamos a defraudar, que nos esforzaremos, y no solemos ni preguntar si conlleva un incremento salarial. Eso jamás lo haría un hombre. Los hombres darían las gracias, lógicamente, pero preguntarían qué aumento de sueldo va asociado al aumento de responsabilidad.

¿Qué acciones concretas estáis haciendo desde EVAP para concienciar sobre la brecha e intentar reducirla?

El principal objetivo que hemos tenido en la última década ha sido visibilizar el problema porque existía mucho negacionismo. Sigue habiendo un cierto negacionismo en determinados círculos, pero el cambio ha sido radical. Cuando EVAP hace 12 años inicia la celebración del Día de la Igualdad Salarial y denuncia la brecha existente, existía por gran parte de la sociedad la impresión de que eso no era posible. Sí que hemos conseguido, aunque hemos tardado una década, que ahora exista una cierta unanimidad en el ámbito político al respecto. Un porcentaje muy alto de la población se cree el problema. Ahora se trata de trabajar las causas.

"Las mesas negociadoras están constituidas generalmente por hombres y no se incorpora la perspectiva de género"

¿Cuáles son?

Muchas derivan de estereotipos. Nosotras hemos planteado y lanzado en diversas ocasiones un mensaje claro hacia la Administración, agentes sindicales, y empresariales de trabajar en las distintas causas. Algo que hemos planteado, pero que no se ha logrado porque la pandemia lo ha retrasado todo es la posibilidad de trabajar en el ámbito de los sesgos de los convenios colectivos. Porque es cierto que la discriminación directa no existe, está prohibida, pero pasan cosas como que una limpiadora esté en una categoría profesional más baja que un limpiador de cristales, que generalmente hombre. Las mesas negociadoras están constituidas generalmente, tanto por la parte sindical como por la empresarial, por hombres y no se incorpora la perspectiva de género. Creemos que ahí hay un largo camino por recorrer. El otro gran camino es desarrollar campañas específicas y medidas en pro de la corresponsabilidad.

¿La brecha en el sector privado se da por contratos con sueldo diferente según el sexo o se debe más a diferencias en la trayectoria profesional?

La brecha es inferior en el sector público pero también existe, eso lo quiero clarificar. Existe en ocasiones por las diferencias en las carreras profesionales. Las interrupciones que conlleva la maternidad pueden suponer parones en la carrera profesional, que no se acumulen trienios o que no se acceda a determinadas promociones... Eso pasa en el sector privado y en el sector público. En el sector privado la diferencia puede venir más que por una discriminación consciente por parte de las propias empresas, de esa no reivindicación de las mujeres en tema de salarios. En el sector privado no hay tablas salariales definidas según categorías como en el sector público. En el sector privado los salarios se negocian. Por tanto no creo que en el sector privado las empresas de forma consciente decidan pagar menos a las mujeres, pero se aprovecha el que pidamos menos.

​¿Por qué es importante que las mujeres se unan?

Creo que para las mujeres el crear redes y apoyarnos unas a otras es algo absolutamente necesario. Quiero decir que hay algo que los hombres hacen mejor que nosotras, que es crear esas redes informales, que son muy buenas además para compartir experiencias, apoyar los desarrollos y las carreras profesionales. También es fundamental que denunciemos y trabajemos juntas para destruir las barreras. Siguen existiendo barreras y la única forma que tenemos las mujeres para avanzar y no esperar dos siglos es moviéndonos a nivel asociativo para tratar de transformar la sociedad.

¿Cómo pensáis que ha afectado la pandemia a las mujeres en materia laboral?

Los primeros indicadores que estamos recibiendo son muy preocupantes en el sentido de que el incremento del desempleo de las mujeres está 4 puntos por encima del hombre en 2020. También se ha producido una reducción salarial en 2020, en el caso de las mujeres también 4 puntos superior. No son datos globales, pero hay otro hecho más objetivo, y es que las crisis económicas, históricamente han afectado de forma especial a las mujeres. Mucho más que a los hombres. Por eso desde EVAP estamos muy vigilantes y queremos estar muy atentas porque nos preocupa que las mujeres sean las grandes damnificadas de la pandemia. La verdad es que todo apunta a que vamos en esa dirección.

El coronavirus ha implantado el teletrabajo a marchas forzadas. ¿Qué ha supuesto esto para las mujeres?

El teletrabajo es una forma de organización del trabajo que ha llegado para quedarse en determinados sectores, también somos conscientes de que hay sectores en que el teletrabajo no es factible y no queremos que esos sectores se conviertan en los sectores en los que nadie quiera trabajar. Pero quiero clarificar que teletrabajar no es lo que se ha hecho durante la pandemia. Durante la pandemia se ha trabajado en casa, eso no es teletrabajar.

¿Qué quiere decir eso?

Que hay que desligar el teletrabajo del debate sobre la conciliación. Creo que una parte de las mujeres ha comprado el mensaje de que el teletrabajo facilita la conciliación, y están  cometiendo un error. Teletrabajar no es estar en casa conectada al ordenador, vigilando a los niños y removiendo los garbanzos. Eso no es teletrabajo, y eso a medio plazo va a perjudicar a las mujeres si no se trabaja la corresponsabilidad. Si son ellas las que mayoritariamente acaban optando por el teletrabajo, eso limitará los contactos interpersonales, el desarrollo profesional, y al final se incrementará la brecha y perjudicará las carreras profesionales de las mujeres. También puede afectar a la salud psicológica el estar siempre en el mismo entorno. Mujeres, no compremos que el teletrabajo es mejor para nosotras.

"Teletrabajar no es estar en casa conectada al ordenador, vigilando a los niños y removiendo los garbanzos"

¿Cómo ha vivido usted la pandemia como empresaria?

Es un cambio traumático, porque te encuentras de la noche a la mañana con que tienes que cambiar toda la forma de actuar. Creo que hasta el 25 de marzo estuvimos presencialmente en la oficina una parte de los empleados. Rápidamente presentamos un ERTE por fuerza mayor, yo soy del sector de las agencias de viajes, uno de los más castigados por la pandemia y después tuvimos que trabajar desde casa. Era factible, reabrimos a mínimos de personal el 3 de junio y desde entonces estamos con una actividad muy limitada. Lo vives con mucha incertidumbre, este es el problema fundamental para las empresas, el no poder planificar ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo y eso genera unas tensiones y una situación muy compleja. A eso se une que lo que esperábamos todos que durara aproximadamente 6 u 8 meses lleva ya prácticamente un año y el fin tampoco se presenta próximo. Son muchas las empresas que posiblemente se verán abocadas al cierre en los próximos meses.

¿Cuáles son los principales problemas o trabas con los que se ha encontrado a lo largo de su carrera?

Las mujeres nos tenemos que esforzar mucho más para llegar al mismo sitio que los hombres. Incluso en ocasiones, cuando ya has llegado, se piensa que has llegado por tema de cuotas. Cuando un hombre llega a una posición elevada nadie duda de su mérito y capacidad. No entiendo por qué cuando llega una mujer se cuestiona si es por mérito propio o capacidad o por cuotas. Estamos todavía en un entorno donde una mujer evidentemente para llegar a puestos de liderazgo tiene que ser asertiva, decidida... Eso en un hombre se ve como algo positivo, pero en una mujer se ven como cualidades negativas. Y eso realmente sigue existiendo.

Lidera una empresa turística, una asociación de mujeres empresarias y la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en la provincia de Valencia. ¿Cómo se consigue todo eso?

Con mucho empeño personal, con mucha organización y con mucho esfuerzo y sacrificio. En ocasiones tienes que sacrificar otras cosas para poder cubrir todas esas facetas. Lo que ocurre es que sobre todo el tema asociativo es algo que se hace porque te nace la defensa del interés general. Llevo el tema asociativo en las venas, lo heredé de mi padre, y a mí me llena, me satisfacen esos pequeños triunfos en el ámbito asociativo. Lo tengo también muy claro, las asociaciones son importantes para trabajar con las administraciones a nivel legislativo, con los agentes sociales y sindicales para tratar de explicar nuestros problemas y nuestras necesidades con carácter previo a que se publique una norma y se legisle. Porque cuando ya está hecho, el derecho al pataleo está muy bien. A veces se oyen voces empresariales que se quejan de cosas que ya son una realidad, cuando el trabajo hay que hacerlo previamente. Y es a veces un trabajo desagradecido, porque los resultados no siempre son visibles. Es algo que te gratifica no tanto por el reconocimiento de los demás sino a nivel personal el ver que estás luchando por el interés general.

"No entiendo por qué cuando llega una mujer se cuestiona si es por mérito propio o capacidad o por cuotas"

¿Ha tenido problemas con la conciliación?

Tengo un hijo que tiene ahora 15 años, estoy separada y por tanto he asumido prácticamente su cuidado. No porque su padre no se haya encargado, sino porque ha vivido siempre conmigo. He asumido totalmente la crianza, y afortunadamente he contado con el apoyo, y lo reconozco, de mi madre. Pero también tengo que decirlo, desde que mi hijo era pequeño he tenido una persona contratada y le he pagado mucho dinero. Me lo podía permitir, en ese sentido soy una privilegiada, porque yo sí que quería tener el apoyo de mi madre y también de mi padre, pero tampoco convertirlos en esclavos, sino que disfrutasen y me apoyasen pero no sobrecargarlos en el día a día con las obligaciones que supone un hijo. Afortunadamente me he podido permitir el tener ayuda contratada -hasta los 12 años de mi hijo-  porque tampoco los sistemas sociales están montados para ayudarte en eso.

Por su trayectoria profesional se mueve en ambientes muy masculinizados. ¿Ha vivido situaciones incómodas o en las que se haya cuestionado su presencia por ser mujer?

Eso sí que es una realidad. Hay preguntas más directas, las hay más veladas... Sí que te plantean cosas como: "ah, estás separada, y dónde está tu hijo?" o "¿y cuándo te vas de viaje como lo haces?" Igual lo hacen con tono positivo, destacando lo bien que te organizas, pero yo no veo que ese tipo de preguntas se las hagan a los hombres. Y digo yo que si tienen hijos también les podrían preguntar cómo se organizan. Eso es algo que se percibe. Yo en estos momentos tengo que decir que sigo percibiendo actitudes diferentes por el hecho de ser mujer, aunque sea presidenta de CEV Valencia. A veces determinados tonos, o determinados comentarios que si fuera un hombre no plantearían. Hay momentos en que dices, "oye, daría un paso atrás", pero después dices: "¿Sabes lo que te digo? aquí estoy yo y me van a seguir viendo". Pero a veces cuesta.

¿Cree que usted puede ser un referente para otras mujeres que aspiren a llegar a puestos altos en su carrera profesional?

Yo no me veo como un modelo. Pero creo que otras muchas mujeres, y yo, que estamos llegando a posiciones que nunca antes habían ocupado mujeres sí que servimos de modelo y de referente para que otras mujeres reciban un claro mensaje: sí que se puede. Tú puedes compatibilizar tener una familia con el trabajo. Un hombre puede y tú también puedes. Tenemos que reforzar la confianza en nosotras mismas y aprender a no ser tan exigentes. Tenemos que demostrar que sí que se puede y animar a todas a dar un paso adelante. Creo que es muy importante. Aunque cueste, porque de verdad yo creo que a las mujeres nos cuesta visibilizarnos más que a los hombres, somos muy de hormiguitas, del trabajo bien hecho, pero tenemos que hacer un esfuerzo para visibilizarnos porque se lo debemos a otras mujeres. Así es como poco a poco conseguiremos cambiar la sociedad.

Es importante que haya referentes mujeres...

Sí, tenemos que hacer un esfuerzo para visibilizar a esas mujeres en la ciencia, que son referentes. Porque claro tú piensas en la típica película. El hacker siempre es normalmente un hombre... Aunque ya se empiezan a ver producciones donde la que está ahí con la informática es una mujer. Eso es muy importante, normalizar en ese ámbito y que se empiecen a ver más mujeres porque eso pone referentes al alcance. Es que es básico tener un referente, alguien a quien te quieras parecer. Una niña ve que todos los bomberos son hombres y no se le ocurre que quiere ser bombera. Es necesario que las niñas tengan referentes femeninos desde muy pequeñas, y que lo vean como algo natural. Por eso hacen falta más directivas, más empresarias... Que se empiece a ver. Porque sino prevalece el concepto de la foto fija de los empresarios, que son todos hombres e incluso las niñas que crecen en entornos empresariales pueden irse a otros ámbitos.

"Es necesario que las niñas tengan referentes femeninos desde muy pequeñas"

En las últimas semanas ha habido mucha polémica sobre si se debe celebrar o no la manifestación del 8 de Marzo, mientras que durante estos meses se han celebrado otras con menos revuelo...

Nosotras desde EVAP no vamos a salir a las calles por seguir las directrices de las autoridades sanitarias. Sin embargo creemos que el debate político que se está suscitando entorno al derecho de manifestación en las calles -siempre con las medidas de seguridad que indiquen las autoridades- no es adecuado, porque en definitiva el derecho de manifestación, siempre con las debidas garantías sanitarias es un derecho constitucional que debe ser respetado y por tanto creemos que no puede ser objeto de crítica o debate. No queremos entrar en el debate, creemos que es un juego político y no nos gusta que se utilicen los temas mujer para jugar políticamente porque creemos que las mujeres nos jugamos demasiado, como para ser pelota política de lanzamiento.