Nunca más trenes de espaldas al Mediterráneo

La cumbre de Cataluña y País Valenciano pone en evidencia las deficientes comunicaciones entre dos territorios germanos que los hacen perder 300 millones de euros

Viajar en coche de Barcelona en Valencia implica tres horas y media, aproximadamente. El mismo tiempo, a veces incluso más (de hecho este verano Renfe ha aumentado la devolución del importe de los billetes por retrasos superiores a 30 minutos) del que cuesta llegar en el Euromed, tal como ha hecho esta mañana el presidente Carles Puigdemont para encontrarse con su homólogo, Ximo Puig, en Valencia. Una incongruencia que ambos presidentes han dejado patente: "No se entiende que no haya un AVE entre la segunda y la tercera ciudad de España ni que todas las carreretes sean de peaje", ha asegurado Monte en su declaración institucional. La cumbre por Corredor Mediterráneo que se ha celebrado en la capital del Túria ha sido un grito de exigencia hacia el Gobierno español, puesto que, como èpicament ha remarcado Puigdemont, "no se puede gobernar el Estado de espaldas al Mediterráneo".

Lo dicen las cifras que cuantifican las realidades económicas y sociales de los territorios. Tal como ha matizado Ximo Puig, Corredor Mediterráneo es "una infraestructura que tiene un interés mucho más allá de las cuatro comunidades autónomas del Mediterráneo, es un asunto europeo de primera división: supone el 45% del PIB, el 46% de la ocupación... Además, la mitad de las exportaciones españolas pasan por Corredor Mediterráneo". Cuando menos, Puig ha enfatizado el hecho que entre Cataluña y el País Valenciano registran el 40% de las exportaciones del Estado español. "No es una exigencia coyuntural, es una estricta necesidad para cualquier decisión de futuro", ha añadido el valenciano.

La reunión de este lunes, además de romper definitivamente con el hielo institucional que helaba las relaciones entre las dos Administraciones, estabilizará un nuevo marco de relaciones bilaterales que se celebrarán semestralmente, alternando las ciudades; buscará la complicidad del resto de comunidades autónomas implicadas y convocará una comisión técnica permanente para hacer un seguimiento real y cotidiano de las obras.

 
 Puig y Puigdemont han dejado ver su buena relación durante el encuentro. ACN

La contundencia es la sensación que, sobre todo Puigdemont, han querido transmitir en su declaración: "Viene el tiempo de las exigencias de las realidades. En cualquier caso, cualquier Gobierno tiene que saber que tendrá a su nuca el aliento de la gente del mediterráneo, por el bien de nuestra gente, de nuestras empresas y por el bien de Europa", ha matizado.

Las espaldas de Madrid
En el último pacto (fallado) entre el Partido Popular y Ciudadanos, denominado 150 compromisos para mejorar España, se incluían referencias a Corredor Mediterráneo como una infraestructura que "se impulsaría decididamente". A pesar de que en la práctica el proyecto continúa sin inversiones reales, las referencias desde Madrid han sido habituales, pero. En enero del 2013, en la inauguración del AVE en Barcelona, el actual presidente en funciones Mariano Rajoy aseguró que el ejecutivo español daría un impulso a la infraestructura.

Pero, en la práctica, que ha pasado? En la última campaña electoral se ha hablado mucho del concepto "Corredor Madridterrani" acuñado por el economista tarraconense Germano Belio quien, precisamente este lunes también es a la cumbre de Valencia. Belio justifica el concepto porque "las actuaciones que se hacen en política estatal en las cinco salidas de Madrid a la Mediterránea son invariablemente incluidas dentro de una sección de inversiones a Corredor, aunque entre Granada y Almería no hay la conexión, ni se espera", explicaba en su última entrevista con VÍA Emprendida. "Que se desestressin, que no digan mentiras. Es muy importante respetar la gente en una política civilizada, es más importando que las inversiones", recordaba.

Precisamente esta mañana el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, ha explicado mientras viajaba en la Euromed que en la etapa de Ana Pastor como ministra de Fomento, el Gobierno catalán ya reclamó el nombramiento de un ''coordinador técnico independiente'' que se encargara de hacer el seguimiento de las obras y el cumplimiento del calendario. En aquella época, y tal como ha explicado Rull, la exministra se negó diciendo que era un nombramiento que "no hacía falta hacer porque la coordinadora soy yo'', según ha explicado Rull en declaraciones a La Mañana de Catalunya Ràdio.

La reclamación en el Gobierno español, más allá de la creación de la figura técnica, es la de poner solución al incumplimiento del Gobierno español de ejecutar el plan de inversiones comprometido desde hace años en Corredor del Mediterráneo. Este 'olvido' institucional hace que sólo entre el País Valenciano y Cataluña haya paradas inversiones empresariales por valor de 300 millones de euros, ha cuantificado Rull.

Desde Comisiones Obreras de Cataluña, sindicato presente a la cumbre, recuerdan que desde la Unión Europea se ha considerado esta infraestructura como prioritaria (red transeuropea), el que comporta un elevado nivel de financiación comunitaria. "Ni siquiera este argumento ha permitido que los responsables del Ministerio de Fomento desencallen las obras y las tramitaciones necesarias para desarrollar, de una vez, Corredor Mediterráneo. En cambio, se continúan construyendo kilómetros de AVE sin considerar su servicio a la población -al Arco Mediterráneo somos el 40% de la población estatal- ni a la actividad industrial, turística o agrícola", han explicado.

Volver en el Euromed
El encuentro valenciano-catalana ha querido, según los presidentes, institucionalizar una realidad que la sociedad ya ha asumido desde hace tiempo. Una sociedad que hace tiempo que trampeja los peajes para evitar pagar puesto que un trayecto que podría ser gratuito, que desde las empresas exige una doble vía ferroviaria para ser competitivos y descargar de tránsito las carreteras que transitan miles de camiones cada día.

Mientras tanto, los usuarios continuarán usando las opciones alternativas a la AP-7 que los conductores comparten por el boca-oreja, las cuales suponen salir y entrar varias veces de la autopista para reducir a la mitad los borde 40 euros que cuesta el peaje entre las dos ciudades más dinámicas de la costa mediterránea española. Atascado por la falta de luz y de compromiso en la asignación de los fondos públicos que tienen que llegar desde el Gobierno español, el trayecto del anhelado Corredor Mediterráneo será el camino por el cual volverá Puigdemont este anochecer. Lo hará de nuevo en un tren Euromed que, 35 minutos más tarde que en su inauguración allá por el 1997, lo dejará en Barcelona, evidenciando de nuevo las débiles conexiones entre el litoral mediterráneo donde, todavía entre Tarragona y Vandellòs existe vía única.

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