Las habilidades comunicativas del portavoz de empresa se pueden entrenar
Las habilidades comunicativas del portavoz de empresa se pueden entrenar

Cómo ser un buen portavoz

El receptor del mensaje recibe no sólo el que se llama, sino también como se llama y desde donde se llama, puesto que la gesticulación configura entre el 55 y el 70% del mensaje que se quiere divulgar

Las personas nos comunicamos con las palabras, pero también con el cuerpo y las emociones, aunque a veces no somos conscientes, pero en el caso del portavoz de una empresa, cuando trata con los medios, tiene que tomar plena conciencia de estos tres dominios porque su mensaje sea coherente, sobre todo actuando frente de los apoyos televisión y radio o bien en vídeos que se difunden a través de los medios sociales.

Dedo de otro modo, el receptor del mensaje recibe no sólo el que dice el portavoz sino también como lo dice y desde donde lo dice. Cuando hay armonía entre el lenguaje, el cuerpo y la emoción, es decir, entre el "qué", el "cómo" y el "desde donde" habla el portavoz, la comunicación es más efectiva.

El "qué" se llama

Tiene que ser claro haciendo uso de conceptos cortos a la vez también de estructurar el discurso. Un discurso que tiene que transmitir una convicción final llena de variedad léxica evitando la monotonía y la pobreza de vocabulario. En esta dimensión del "que" es fundamental incorporar expresiones propias del portavoz que hagan creíble su discurso. En contraposición si se bastante el lenguaje, este generará dudas en el receptor.

El "cómo"

Habla del cuerpo y tiene que nutrirse de naturalidad. La gesticulación juega un papel relevante, puesto que configura entre el 55 y el 70% del mensaje que se quiere divulgar. Tiene que existir una comunión casi perfecto entre el cuerpo y la palabra. En alguna entrevista televisiva la carencia de esta comunión ha provocado un efecto contrario al que se deseaba en la comunicación generando desconfianza en el portavoz.

El "desde dónde"

Tiene que ver con la emoción desde la cual se emite el mensaje, se trata de utilizar un llenguatge emocional que conecte con el receptor.

La gesticulación juega un papel relevante, puesto que configura entre el 55 y el 70% del mensaje que se quiere divulgar

Entrenar las habilidades comunicativas

Llegado en este punto, el portavoz de empresa para ser excelente tiene que saber romper con sus obstáculos internos como pueden ser el exceso de tensión nerviosa, la palabra demasiado fácil, el bloqueo mental o la carencia de confianza en si mismo, entre otras limitaciones. Es en esta fase donde el coaching y la práctica juega un papel decisivo para conseguir ser un buen portavoz.

El coaching es un proceso dinámico e interactivo, donde el objetivo principal es el de promover el apoderamiento del individuo como vía por la consolidación de su ámbito de intervención.

En el contexto de la comunicación y la interactuació con los medios, el coach facilita al portavoz la identificación y la disolución de aquellos obstáculos que puedan limitar la acción y el aprendizaje, colaborando en el desarrollo de su propio potencial.

Cuando hay armonía entre el lenguaje, el cuerpo y la emoción, es decir, entre el "qué", el "cómo" y el "desde donde" habla el portavoz, la comunicación es más efectiva

A la identificación de los obstáculos se llega mediante la conversación y la formulación de preguntas potentes, como herramientas principales. La conversación tiene lugar entre el portavoz y el coach y es confidencial. En cuanto a las preguntas potentes son aquellas que hace el coach al portavoz y que tienen la facultad de abrir nuevos escenarios que facilitan el logro de sus objetivos.

Por la disolución de los posibles obstáculos el coaching ayuda a desarrollar competencias relevantes, como por ejemplo la comunicación interpersonal, el control del estado nervioso, potenciar la sana autoestima o la confianza en si mismo.

Se trata, en definitiva, de entrenar las habilidades comunicativas del portavoz de empresa porque se convierta en la mejor versión de él mismo.

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