"Cuando Amancio Ortega y Sol Daurella entren en el capital riesgo, tendremos un buen ecosistema"

La falta de financiación para startups en etapas avanzadas centra una mesa redonda de inversores en el Barcelona Startup Congress

Mesa redonda sobre inversión en el Barcelona Startup Congress Mesa redonda sobre inversión en el Barcelona Startup Congress

La financiación de startups tiene tres problemas principales en el Estado español: hay falta de inversión en etapas avanzadas, el capital riesgo es todavía inmaduro y las primeras rondas son demasiado pequeñas. Estas son las conclusiones extraídas de un grupo de cinco inversores en conversación en el Barcelona Startup Congress, organizado por la agencia Amano y el hub digital Valkiria. "Cuando alguien como Amancio Ortega, Sol Daurella o Juan Roig invierta en capital riesgo, tendremos un buen ecosistema", afirma Carlos Blanco, managing partner del fondo Encomenda Smart Capital. Y añade: "Necesitamos que las grandes fortunas inviertan aquí".

De hecho, según el informe Startup Ecosystem Overview, Barcelona es el principal hub de startups, con un 58% de la inversión de todo el Estado español. Un 34% de las nuevas empresas se crean en la capital catalana, que tiene cerca de 1.300 startups. 

Los participantes en la mesa redonda han debatido sobre este entorno emprendedor y la inmadurez del capital riesgo, que en otros países como Estados Unidos o Reino Unido ya hace décadas que se ha extendido. Daniel Oliver, director de Capital Cell, indica que "el capital riesgo de España ha nacido muy tarde, pero está avanzando muy rápido y bastante bien". Esto hace que el vacío que hay se llene con inversores extranjeros, una situación de coexistencia que Oliver ve positiva si "somos capaces de dirigir el dinero de aquí al capital riesgo".

La mayoría de los ponentes están de acuerdo en que hay dinero para empezar una startup, pero que cuesta más encontrar inversiones para crecer. "Capital para arrancar hay bastante: están entrando muchos nuevos business angels", apunta Patricio Hunt, managing partner de Intelectium. Y Helena Torras, managing partner de PaoCapital, añade que el problema llega cuando la idea inicial no prospera y la startup tiene que cambiar de planteamiento: "Las primeras rondas son muy pequeñas -los emprendedores no piden más y los inversores ponen el mínimo- y sólo sirven si funciona el plan A".

En el caso de necesitar un cambio de enfoque después de algunas pruebas y de ver cuál es el interés del usuario, es decir, de aplicar la innovación, no tienen suficiente. Es entonces cuando las empresas emergentes quedan en una fase que Torras bautiza como "la pubertad: son demasiado pequeñas para unos y demasiado grandes para otras". Para salir de este impás, es esencial innovar, para Blanco: "Se tiene que ser imaginativo...cambiar el nombre, crear una sociedad nueva, maquillarse para engañarnos".

"El capital riesgo en el Estado español ha nacido muy tarde, pero está avanzando rápido y bastante bien"

Para solucionar esta falta de inversión en capital riesgo, los ponentes tienen dos sugerencias. Por un lado, Oliver apunta a las entidades financieras como posibles aliadas: "La banca española no lleva dinero al capital riesgo". De la otra, el responsable de Encomenda Smart Capital expone el modelo de otros países, donde "las administraciones obligan que un porcentaje del dinero de los fondos de inversión se destinen a capital riesgo".

El impacto social, el tercer factor

La etapa inicial está cubierta. "Si acabas de empezar y no consigues dinero, háztelo mirar: falla el líder, el equipo o el mercado, porque al principio no nos fijamos en el modelo de negocio", explica Blanco. Estas son las tres características en que se fijan los inversores en los inicios de una startup. ¿Y más adelante? Los ponentes afirman que ha habido un cambio de modelo y que, cada vez más, se busca la rentabilidad antes que la expansión o la sostenibilidad.

Més info: La inversión temática no es una moda, ha venido para quedarse

"Los fondos no son ONGs: quieren rentabilidad, pero ante dos proyectos rentables, si uno puede cambiar el mundo, el inversor se fijará e él", opina Eneko Knörr, cofundador de AngelClub. La managing partner de PaoCapital cree que el impacto social de las empresas emergentes es un factor con un peso cada vez más elevado, porque "los consumidores también piden sostenibilidad, es una manera de generar confianza con ellos". Pero Blanco pone en entredicho la figura de los fondos de impacto social: "Tengo dudas sobre su continuidad, porque ahora todos, incluso los business angels, lo tenemos en cuenta".

"Los fondos no son ONGs: quieren rentabilidad, pero ante dos proyectos rentables buscarán el impacto social"

En este sentido, ha habido un cambio de mentalidad. Blanco apunta que, mientras que "antes se tenían más en cuenta el número de usuarios y visitas, ahora queremos saber la facturación, el Ebitda...". Pero Hunt avisa: "Siempre hay excepciones". Es el caso de startups como Badi, que tienen potencial, pero todavía no ven resultados económicos.

"Yo siempre intento reservar un 20% de mi portfoli a inversiones locura", explica Blanco. Coincide con él Torras, que cree que "necesitamos que todos los inversores se guarden un cajoncito para la irrupción". "¡Si no existieran este tipo de inversiones, no tendríamos WhatsApp!", añade. Y Carlos Blanco remata: "En España, difícilmente habrían nacido Google o WhatsApp".

Seguir las modas

Los ponentes de la mesa redonda El nuevo modelo de startup: sostenibilidad, rentabilidad y expansión​ aconsejan a los emprendedores seguir las modas. "Si ahora ven que la movilidad y la economía circular están de moda, que innoven en esto", afirma Blanco. El managing partner de Encomenda Smart Capital da una idea concreta de negocio: "Un Uber del transporte escolar: es absurdo que cada escuela tenga su empresa contratada cuando están cerca". Pero Hunt advierte que se tienen que controlar mucho los timings: "Ahora que no nos vengan con más empresas de patinetes eléctricos, ya no es el momento".

Otro fenómeno cada vez más frecuente en el ecosistema empresarial es el acercamiento entre startups y corporaciones, según la moderadora del debate, la directora de comunicación del Barcelona Tech City, Toñi Herrero. Los ponentes coinciden en que es positivo, pero incipiente. "En España faltan empresas que compren startups", asegura Knörr.

Otra tendencia del ecosistema emprendedor es el acercamiento de corporaciones y startups

A pesar de que Torras también lo ve beneficioso para el ecosistema emprendedor, ve dos perspectivas en estos acercamientos: "Hay las compañías que quieren comprar una startup que les aporte innovación y quienes aspiran a un cambio de dinámicas; las startups tienen que saber muy bien a qué juegan antes de adentrarse en ello". Oliver añade un elemento económico: "Es mucho más barato comprar una startup que tener un departamento de I+D dentro de la empresa".

Pero Carlos Blanco ve un problema. "No hay gente con el talento digital suficiente en las corporaciones como para entenderse con las startups", considera. La solución es "fichar a trabajadores de 40 años que provengan del mundo emprendedor y hagan entender al consejero delegado que es más rentable tener una startup que trabaje 17 horas al día cobrando poco que un equipo de innovación que a las seis se va a casa".

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