De emprendedor a empresario

A pesar de que un proyecto sea viable, no siempre se consolida en el tiempo; el fundador también tiene que evolucionar en sus funciones y actitudes para mantener viva la llama

"Por mí un empresario es un sustantivo y un emprendedor es más un adjetivo". Jordi Priu, CEO de Manufactura Moderna de Metales (MMM) y cofundador de la firma de inversión 101 Startups, explica a VIAempresa que "cualquier persona que crea un proyecto y forma una nueva empresa es empresario. Emprendedor tiene connotaciones de tener una determinada actitud hacia los negocios". Esta visión más actitudinal del término emprendedor es compartida por Marc Bonavia, fundador de SIT Mobile y presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cataluña (Aijec). "El emprendedor es aquel que tiene la capacidad de identificar un problema y buscar una solución", define.

Los dos reflexionan a VIAempresa sobre un momento clave en cualquier proyecto emprendedor: la transición de idea que empieza a rutllar hacia empresa consolidada. Este será uno de los temas que también ayudará a resolver el Salón BizBarcelona de este año 2015. "Inicialmente, esta resolución a través de productos o servicios la hace toda él, está solo", dice Bonavia. El emprendedor es el que aporta su talento y sus capacidades para construir esta solución. Si su aportación es bien recibida al mercado llegará un momento, pero, que "tendrá que conseguir multiplicar su capacidad para resolver el problema". Según Bonavia, el reto es "pasar de ser él el sistema a crear un sistema y trabajar adentro. Incluso se puede llegar en su punto que el sistema prescinda de tú". Signo inequívoco que la empresa se ha consolidado.

Insiste que "la emprendeduría es una actitud, no un oficio. Hace falta una actitud de ir a por la pelota, como dirían en fútbol. No todos los empresarios son emprendedores porque a veces se aburguesan, se tranquilizan o tienen otras prioridades". Marc Bonavia, que puso en marcha de cero un proyecto comprado por un gigante del sector 14 años después, destaca que "la diferencia que he notado desde el inicio a la actualidad es que antes el sistema éramos mi primo y yo, y ahora tenemos un sistema donde trabajamos, que desarrolla unas funciones que no dependen todas de nosotros".

La pasión y la capacidad de pivotar
En este periodo de transición, donde el emprendedor se hace grande para pasar a ser empresario, Jordi Priu destaca la necesidad de tener una actitud abierta y la capacidad de pivotar. "Es una de las actitudes que más me gusta encontrar en un emprendedor cuando empieza un proyecto", reivindica con la experiencia del trato cotidiano con empresarios debutantes.

"Por muy viable que sea un proyecto, siempre hay problemas. En algunos casos están en tus manos, pero en otros no. Pueden ser cambios legislativos o que un grande player decida invertir mucho dinero y recursos a desarrollar un modelo de negocio muy similar al tuyo", analiza Priu.

Por todo ello, recuerda que "siempre tienes que tener una actitud dispuesta a tener un ojo viendo como se desarrolla el mercado y el entorno donde operas; y a la vez ver cuando hay una traba importante en tu dirección para tener a punto un plano B o un plano C con nuevas oportunidades que van surgiendo". A su entender, "pivotar es una calidad clave en un emprendedor que quiera ser viable a largo plazo".

Bonavia apunta que hay que estar preparado porque "el primero que te puede pasar es que aquello que te pensabas que resolvía un problema, no lo resuelve. Por lo tanto, es el mercado el que te da la primera negativa". Ahora bien, si el mercado te acepta, el segundo peligro que le puede pasar al emprendedor es que no lo apasione bastante su trabajo. "Si es así no pondrá ni la actitud, ni la paciencia ni la perseverancia. Sin este tipo de valores es muy complicado salir adelante".

El presidente del Aijec advierte que "el difícil no es tener la idea y que funcione un día, sino seguir defendiéndola a la cabeza de 854 días. Cómo dicen los deportistas, el más difícil no es llegar arriba, sino mantenerse". Y es que, como con casi todo a la vida, con el paso del tiempo no hay la excitación inicial, pero hay que seguir al pie del cañón. "Si esta pasión no está, difícilmente pasarás a la fase de crear un sistema. Nadie se engancha al barco de alguien que no está apasionado", sentencia.

Los obstáculos se dan por descontados
"El contexto está claro que no hace bajada, que hay piedras. Esto está, pero se tiene que dar por sentado. Si esto te es un freno, no te pongas", dice Bonavia sobre los obstáculos en el camino del emprendedor. "Si esto te perturba mucho te irás a jugar a otro campo y este lo dejarás. Asumiendo que el país podría ser mucho más facilitador, el que haces te tiene que apasionar bastante para saltar las barreras que te encontrarás, que serán muchas".

Más allá de esto, pero, si algo caracteriza el emprendedor o el empresario es que "ha visto un problema, tiene una solución y lo apasiona hacerlo. Sin esto aunque haz bajada no lo harías". Bonavia, además, cree firmemente en el aprendizaje continuo. "Siempre he pensado que nadie nace con todo aprendido y que la única manera de hacerlo es asumir que te equivocarás, que a veces pagarás un precio alto por errores en tus decisiones". Una situación que, asegura, "forma parte del juego. No hay una idea mágica y rápida de implementar".

Quizás hay que hacer una pasa al lado
"El primer paso es empezar a tener clientes y facturar", dice Jordi Priu. Ser rentable, crecer en facturación, lograr una medida importante o no dormirse nunca son otros retos que vienen a continuación. "Siempre hay nuevos objetivos para conseguir hacer la empresa más grande e internacional", recuerda.

Al principio el emprendedor empieza con pocos recursos y poco equipo. "Al comienzo hace de todo, pero se puede dar el caso que la empresa se haga grande y que sus aptitudes o su capacidad para liderar el proyecto mengüe un poco", señala Priu. En este caso, quizás se tiene que plantear fichar un gerente con más experiencia. "Muchos golpes es difícil que el emprendedor o el fundador de la empresa se dé cuenta y esté dispuesto a renunciar a este liderazgo; a pesar de que a menudo es uno de los factores clave que explica porque una empresa acaba de explotar o se queda estancada", advierte.

Jordi Priu, que este año ha recibido el Premio al Mejor Joven Empresario del Año, asegura que "el emprendedor en todo momento tiene que ser consciente de donde aporta más valor añadido a su proyecto. Al comienzo es liderándolo y haciendo un poco de todo, después especializándose en la cuestión estratégica y aquellas áreas donde más aporta. Y a veces puede ser que donde aporte más valor añadido no sea arriba de todo".

Vivir el momento
Al fin y al cabo, reflexiona, "cada etapa tiene sus características". No es el mismo una etapa de gran crecimiento que una etapa de estancamiento, por ejemplo. "El empresario tiene que ser consciente en cada momento del que necesita su proyecto. En la etapa inicial y en una época de crecimiento tienes que vigilar mucho el ámbito de caja y de financiar el circulante; y en una etapa más de crisis habrá que reducir stocks y ajustarte a la situación de la empresa en aquel momento", apunta.

Todo ello incluye estar preparado para ajustar el equipo, porque "no todo el mundo es válido por cualquier etapa de la empresa. Hay gente que puede aportar mucho en etapa de crisis y no aportar mucha en etapa de crecimiento, o a la inversa", destaca Priu. En definitiva, "ser consciente de tus activos y de tus recursos y en base a esto tomar decisiones". La decisión de pasar de emprendedor a empresario.

Quieres ir al Salón BizBarcelona? Participa al sorteo y llévate una de las 10 entradas dobles que sorteamos entre los lectores de VIAempresa.
Hoy Destacamos
Lo más leido