Ecoemprendedores: la semilla de un sector en crecimiento

El auge del sector ecológico abre un nuevo nicho de mercado, donde Catalunya lidera la creación de nuevos negocios en el ámbito en el Estado español

Cataluña lidera la creació de empresas del sector ecològic Cataluña lidera la creació de empresas del sector ecològic

El Estado español es líder a la Unión Europea en producción ecológica. Tiene más de dos millones de hectáreas dedicadas al cultivo de frutas y verduras con este sello, el 14% de la región. Esto explica el potencial por el suelo disponible y climatología que tiene el sur del país, mientras que al norte, como pasa en Catalunya, la actividad comercial y de distribución es la que da vida al sector de la venta de productos orgánicos. Y es que el ámbito ha multiplicado por nueve sus ingresos en la última década. Un contexto que no han pasado por alto los emprendedores, donde han visto en el segmento de los transformados un nicho en plena eclosión. El auge de la ecoemprenededuria, según los expertos, sólo acaba de empezar y el Principat es el encargado de liderar este fenómeno en el Estado español.

Ofrecer un producto de calidad

Niko Hristev llegó a Catalunya desde Bulgaria hace 18 años. Su primer contacto con el sector ecológico vino a través de un curso para formarse como cocinero a la Asociación Vida Sana, organizadora de la feria BioCultura. "Con ellos conocí el ámbito y aprendí a apreciarlo, como están haciendo cada vez más personas", empieza explicando su relato personal.

Vive en Sabadell con su familia, por eso buscaron por su zona donde lugar donde comprar pan de calidad. No lo encontraron cerca y empezó a hacerlo él en casa de manera artesana. "Elaboraba para casa, pero también para familiares. Incluso vendía a gente interesada", recuerda sobre cómo despertó el gusanillo de la emprendeduría, "entonces decidí buscar un obrador que estuviera en marcha y me permitiera trabajar". encontró uno que le cedía el espacio durante unas horas a la semana y que se encargaba de comercializarlo. La prueba fue un éxito y se lanzó de cabeza, unos meses después, con su propio local y negocio.

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Hristev inició la actividad en su propio obrador el 2012, el Pan de Niko, y ahora ya afirma con orgullo que tiene el cliente fidelizado: "Mi producto es más sano y respetuoso con el medio ambiente. Utilizo ingredientes ecológicos, a pesar de que no tengo la certificación a mi pesar, y todo esto el cliente lo sabe". Por eso el emprendedor niega que diera el paso sólo porque viera una oportunidad, sino porque vio que "la gente estaba dispuesta a mejorar su alimentación y a pagar para tener calidad". Hasta ahora, ha podido mantener una venta sostenida, no ha caído, pero tampoco ha crecido exponencialmente. Y con esto, dice, está "muy satisfecho".

Un mercado con más operadores

Hasta ahora, Hristev no ha tenido problemas para adquirir materia primera para el obrador. De hecho, apunta que la oferta es tan amplia que puede escoger entre varias empresas que trabajan un mismo producto. "Opto siempre por el km 0 porque me permite ir y ver de donde sale y como lo tratan. Es más caro, pero sé que fomento la producción local . También me ayuda a tener un negocio más sólido porque adquiero un conocimiento profundo sobre los ingredientes que utilizo y lo puedo transmitir a mi cliente", explica.

En Jordi Rivera comparte una historia bastante similar a la de en Niko Hristev. Él, pero, entró en el mundo de la emprendeduría a través de los helados ecológicos cuando al Estado español ver este producto con el sello de biológico era casi misión imposible. Por eso no duda a felicitar cómo ha crecido el sector: "Al principio todo era muy difícil. Tuve que hacer un trabajo de investigación brutal para encontrar consumibles y materia primera ecológica que fuera viable de traer a Barcelona".

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Distribuye este clásico dulce veraniego con las tiendas Bodevici. Intenta que sus ingredientes sean de proximidad, uno salvo que no es viable con productos como el azúcar de caña, el cacao o el café. "La leche y las frutas, en cambio, sí que procuro que sean un producto local. Es nuestra filosofía, no es moda ni para ganar dinero, y cada vez es más fácil encontrar proveedores", defiende.

Competidores y amigos

Rivera abrió Bodevici el 2011 como la primera heladería ecológica certificada de España, y ahora continúan siendo los únicos con este distintivo Barcelona. "Fue una ventura, el tema ecológico hace 8 años no estaba tan de moda", recuerda, "me hacía ilusión y me lancé porque me horrorizaba ver que los helados que se venían usaban ingredientes insaludables y deshonestos". De entonces acá, el negocio ha sumado cuatro locales más a través del modelo de franquicia y trabaja en el canal Horeca a través del formato granel y los restaurantes, ahora tiene que dar el paso en las tiendas ecológicas. Este año es el séptimo año consecutivo que visita el BioCultura Barcelona, un lugar más para encontrar proveedores y clientes y ampliar el negocio.

Més info: Consumo bio: una apuesta segura

El helado es un producto que cada vez se está desestacionalitzant más. Rivera lo ha notado y sabe que la demanda continuará creciendo como hasta ahora y que, en paralelo, lo hará también la competencia: "Ahora en el Estado español hay como mínimo cuatro o cinco competidores fuertes. Antes sólo había tres marcas extranjeras potentes que dominaban el mercado, ahora somos más". Aún así, no lo ve como una amenaza, sino como un elemento a favor para "difundir e incrementar el consumo de productos de calidad y naturales, alimentos reales".

Emprender con los números estudiados

Para Víctor Prats, director de Riera Giersen, la vitalidad del sector ecológico no es tan clara. Se encuentra al frente de una empresa que nació hace más de 30 años de la mano de su madre con la venta de tés e infusiones para el mercado convencional, pero desde el 2008 es también un operador ecológico.

La decisión la tomó el mismo Prados, quienes tenía muy claro que esta era "la dirección que estaba tomando el sector alimentario". "Era un tema de tendencia de consumo y de conciencia sobre salud y sostenibilidad, pero también de marketing y ventas", reconoce, "vimos aquí el filón para abrirnos y hacer frente a la crisis, nuestro sector ya era demasiado maduro".

"El sector ecológico ha crecido rápidamente, sin un aumento sostenido, y corre el riesgo de ser una burbuja. En España el sector está sobrevalorat, las rentas son demasiado bajas para poder compararnos con el norte."

En este tiempo también ha vivido el estallido del ámbito ecológico, el cual califica de "boom irreal": "Cuando una cosa aumenta rápidamente, sin un aumento sostenido, corre el riesgo de ser una burbuja. En España el sector está sobrevalorat, las rentas son demasiado bajas para poder compararnos con el norte. Es positivo que crezca, y lo continuará haciendo, pero todavía nos falta mucho para poder hablar de consolidación".

Prats celebra que hayan aumentado el nombre de tiendas, pero desde una posición prudente también recuerda que muchas han tenido que cerrar por las dificultades que todavía hay. "Hay fuerza escassedat de productos en algunos espacios, con oscilaciones de precio importantes, y hay que estar muy preparado y concienciado de la dureza", apunta. Una advertencia que comparte el emprendedor de Bodevici, quien alerta que los emprendedores tendrían que dar el paso un golpe han evaluado las cifras con realismo y están dispuestos a asumidos los riesgos que comporta crear un negocio y en el ámbito ecológico.

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