
"En 1986 fundamos Tecno-Tex, una empresa textil situada en Pineda de Mar. Con el paso del tiempo, especialmente a partir de los años 2000, el sector textil en Catalunya empezó a decaer. Fue entonces cuando decidimos hacer un cambio de negocio y en 2004, a raíz de la convalidación del carnet de coche que permitía conducir motos de 125 cc, surgió la oportunidad de entrar en el mundo de la importación de motocicletas", explica Jordi Llorens a VIA Empresa. Esta nueva etapa dio lugar al nacimiento de Leonart Motors, una empresa familiar catalana fundada ese mismo año en Mataró, en homenaje al apellido de la madre.
La idea se hizo realidad en 2005, cuando empezaron a importar y vender motocicletas. Comprobaron que había demanda y oportunidades de negocio, a pesar de la fuerte competencia. Fue entonces cuando Jordi Llorens y su hermano Marc Llorens, diseñador, decidieron desmarcarse apostando por un diseño innovador y una gran atención al detalle. “Aquí empezamos con el concepto 'custom' y con motos físicamente más grandes. No era necesario que una 125 fuera pequeña en dimensiones. Y fue en este punto donde empezamos a crear nuestros propios diseños”, explica el cofundador.
Desde los inicios, la empresa apostó por romper moldes en el segmento de las motos de baja cilindrada
Desde los inicios, la empresa apostó por romper moldes en el segmento de las motos de baja cilindrada. Esto quedó demostrado con su primer gran éxito, la Leonart Spyder 125, una chopper que sorprendió al sector por sus dimensiones y su horquilla telescópica. La siguieron modelos icónicos como la Daytona 125, lanzada en 2009, que se mantiene vigente. Esta moto no solo consolidó su identidad de marca, sino que abrió la puerta a la expansión internacional de Leonart, especialmente en Francia, Bélgica e Italia.
Leonart Motors cuenta con unos 150 concesionarios entre España y Francia
En 2012, la Bobber 125 y su versión 350 supusieron una revolución con un chasis rígido homologado para circular por toda Europa. En 2022, la marca entró en la movilidad eléctrica con la Leonart Rigger, diseñada íntegramente por el equipo de la compañía. Más recientemente, en 2024, amplió su catálogo con la Pulse 125, pensada para el público joven, y la Lobo 450, orientada a conductores con carnet A2 que buscan una opción urbana con carácter clásico.
Actualmente, Leonart Motors cuenta con unos 150 concesionarios entre España y Francia. En otros países como Alemania, Eslovenia, Suiza o Japón, trabajan a través de importadores con su propia red comercial, explica Jordi Llorens. En cuanto a las cifras, la facturación anual se sitúa alrededor del millón y medio de euros. Según el cofundador, venden unas 700 motocicletas al año, con un precio medio de unos 4.000 euros por unidad.
Según el cofundador, venden unas 700 motocicletas al año, con un precio medio de unos 4.000 euros por unidad
En los últimos cinco años, la marca catalana independiente que ha sabido hacerse un hueco en el mercado internacional sin perder nunca la esencia, ha aumentado la facturación en un 30%, hasta rozar los 2 millones de euros anuales. Ahora, con un plan de expansión activo y nuevos proyectos en marcha, el objetivo es alcanzar los 5 millones de euros antes de 2030.
A corto plazo el objetivo de Leonart Motors es seguir ofreciendo sobre todo muy buen servicio, “que es lo que hasta ahora nos ha dado también mucha credibilidad, ya que esto ya se aplicaba en el tema del textil, y se sigue aplicando ahora”, concluye Lloren. Y añade que, “a medio plazo queremos expandirnos a otros mercados como es el Reino Unido, el resto de Europa y a Estados Unidos con nuevos modelos”.