Desmitificando las exportaciones

Cuando hablamos de exportaciones, nos venden a la cabeza las cifras que con cierta frecuencia, Gobierno y diarios económicos nos dan con para explicar los éxitos o preocupaciones de la economía del país. Durante los años de crisis, exportar ha sido la gran preocupación de las instituciones primero, y de las empresas después como la única salida de un mercado nacional estancado o en recesión. Muchas pymes se han abocado de pleno en esta salida, sin medir previamente los sacrificios, los esfuerzos y los resultados a menudo inciertos de estas acciones.

Un estudio reciente explica que sólo 3 de cada 10 emprendidas pymes que han iniciado un proceso de exportación han mantenido su actividad al exterior. Pero, cuál es la realidad de todo esto?

No quiero en absoluto desmerecer la necesidad de exportar ni la importancia que esto tiene tanto por las empresas como por la economía de un país, pero las cifras oficiales que nos presentan hacen trampa y no son significativas de esta realidad.

De entrada, nuestro país no es un país exportador tal como nos quieren vender las cifras oficiales. Si analizamos en detalle los sectores o las empresas, nos damos cuenta que 90% de estas "Exportaciones" están hechos por empresas multinacionales que han escogido Cataluña o España como centro de producción.

SEAT es una empresa que exporta? Desde mi punto de vista no. Sólo es una empresa de montaje que se dedica a fabricar aquello que una multinacional se lo deja fabricar por motivos estratégicos o de oportunidad. DANONE, HITACHI, SAMSUNG, RENAULT, Etc... La lista es larga. Demasiado larga. Sólo hay que mirar la lista de las 100 empresas exportadoras para darnos cuenta que muy pocas son realmente de aquí. Por lo tanto, cuánto hablamos de qué Cataluña o España son países exportadores, tendríamos que tener mucha cura con qué tipo de exportación hagamos y porque exportamos. Un país se tendría que considerar exportador cuando el 70% de las ventas de todas sus pymes se hace al exterior. Si no es así, no cuenta. Nos estamos engañando.

Por la otra banda, sería bueno que de una vez por todas entendamos y pusiéramos de acuerdo con el concepto exportación para darse cuenta de los errores que nuestras pymes suelen cometer a la hora de iniciar esta aventura.

Algunas empresas todavía no han asumido que España y Cataluña existen como país dentro de una Unión Europea unificada económicamente. Si una empresa vende en Alemania, está exportando? Pues no. Esto no es exportar. Esto es vender en una zona de la UE. La empresa no tiene que pagar aranceles, no tiene que cambiar moneda, no necesita ninguna documentación aduanera. Nada. Es el mismo esfuerzo que vender en Murcia, Sevilla o Madrid.

Entonces porque hablamos de exportación si las empresas vienen dentro de la Unión Europea? Contrariamente a las pymes de países de la UE cómo Holanda, Bélgica, Alemania, las nuestras siguen sin entender que su primer mercado natural no es Cataluña o España. Es Europa, un mercado de más de 500 millones de potenciales consumidores.

Mientras las empresas no sean capaces de entender y asimilar esta realidad, seguirán tratando los diferentes países de la UE como mercados externos diferentes sin darse cuenta de las oportunidades de negocio que pierden. Exportar significa vender fuera de nuestras fronteras y que yo sepa, Europa hace años que las ha suprimido comercialmente.

Finalmente, exportar es una cuestión de mentalidad. Mucho más allá que una cuestión de recursos, ayudas públicas o subvenciones estatales. Las empresas tienen que ser capaces de tener una visión europea de su mercado potencial, salir de su zona de confort y tirarse a satisfacer este mercado europeo, con ayudas o sin ayudas. Las empresas no pueden excusarse sobre el Estado para no abrir mercados. Lo tienen que hacer porque son empresas y porque tienen que satisfacer una demanda y porque tienen que ser rentables y obtener beneficios.

Ya es hora que dejamos de mitificar las cifras generalistas de las exportaciones y que tengamos la valentía de entrar más a fondo para entender y buscar las soluciones que empujen nuestras pymes a considerar Europa como su mercado natural. Mientras tanto, si no lo conseguimos, las cifras de la exportación seguirán siendo un mito y una cortina de humo.

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