El Barça es más que un club, pero Qatar Airways más que una empresa

El Barça es más que un club. Y Qatar Airways, su patrocinador, es más que una empresa. Ahora está en discusión si la alianza entre los dos es coherente, o bien saca credibilidad a un club que siempre se ha enorgullecido de ser más que cualquiera otro club deportivo.

Además, no hay bastante siendo coherente: también hay que parecerlo. La coherencia es condición imprescindible para merecer credibilidad, y se demuestra con cosas como por ejemplo la ejemplaridad, la armonía entre el que uno dice y el que un fa, y la selección de los compañeros de viaje.

La elección del patrocinio es uno de los terrenos de juego más sensibles para la credibilidad. No me refiero ahora a la credibilidad del directivo del Barça Javier Faus, a quien un excandidat a la presidencia ha acusado de tener fondo de inversión en Qatar (Faus, por cierto, ha negado rotundamente tal vinculación). Hablamos, en realidad, de si la credibilidad del Barça está en cuestión por el hecho de querer ser, al mismo tiempo, la imagen catarí Airways, la imagen de Unicef y la imagen de ser más que un club.

Ciertamente, de unos meses acá corren rumores que extienden dudas sobre la coherencia del patrocinio catarí al Barça. Tomàs Alcoverro, corresponsal veterano de La Vanguardia, sorprendía el 22 de agosto abriendo un reportaje con la afirmación "Qatar financia el terrorismo". Avalaba esta afirmación con unas declaraciones del ministro alemán Greg Mueller de dos días antes. Pero resulta que este mismo ministro se echaba atrás el mismo día 22, cuando admitía que no tenía pruebas y que sólo comentaba cosas que habían salido a la prensa. El gobierno del pequeño emirato también salía al paso, negando vinculación con el gihadisme que siembra el terror en Siria y el norte de Iraq.

Qué tiene que ver el terrorismo en Siria con el fútbol? La conexión de estas noticias con el Barça es clara: Qatar Airways es una compañía 100% propiedad del gobierno desde mayo de 2014. Hasta entonces tenía el 50%.

El rumor, la sospecha, el boca-oreja, vendía de antes. Según informaciones del New York Times del 14/10/2012, la mayor parte de las armas que Qatar y Arabia Saudí enviaban a los rebeldes sirios iba a parar a grupos gihadistes.

Y todavía continúa. No se ha parado a pesar de las negaciones de alemanes y qatarians. La Vanguardia publicaba el 25 de octubre una entrevista con Juan José Aguirre Muñoz, obispo que hace 34 años que trae la república Centreafricana, que decía, textualmente: "Me indigna ver los grandes futbolistas con camisetas con publicidad de países del Golfo que financian gihadistes que nos masacran en el África".

Desde un punto de vista estrictamente empresarial, de cabeza de estas afirmaciones puede concluirse que el dinero catarí Airways vayan directamente a financiar la guerra santa. Cuando se habla de qué Qatar paga, que es quien paga, el país o gente del país? El experto del Washington Institute Lori Plotkin apunta (agosto 2014) que el problema no es tanto la financiación oficial del gobierno catarí a grupos terroristas, como que hay fortunas privadas dentro del emirato que sí que aportan fondos económicos. Esto afirmaba también, en un reportaje, la norteamericana NBC.

Ahora bien, el reportero David Kirkpatrick explicaba en las páginas del New York Times (septiembre 2014) las facilidades que tienen los fund-raisers del gihadisme para buscar inversores en el pequeño país árabe, país que "durante años ha apoyado a varios grupos islamistas por la región, proveyendo de refugio seguro, mediación diplomática, ayuda financiera y, en algunos casos, armas". La responsabilidad del gobierno no estaría tanto a financiar como al hacer la vista gorda a los financiadores del terrorismo. El general británico Jonathan Shaw iba más allá, y declaraba al Daily Telegraph (octubre 2014) que, a parecer suyo, Arabia Saudí y Qatar eran los principales responsables de la expansión del islamismo extremista que inspirar el terrorismo gihadista. Financiación?, quizás no. Connivencia? Esto parece discutirse.

El patrocinio catarí tiene unos beneficios tangibles, en forma de millones de euros anuales. Desde el punto de vista del intangible de la credibilidad, pero, ¿lo interesa al Barça asociarse con los valores cataríes? Erosiona la credibilidad del "más que un club", ir aliado con quién es "más que una empresa"?

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