Empobreciendo y desaprovechando el capital humano

Hace un par de meses, la Fundación J. Bofill hizo público su Anuario 2015 sobre la Educación en Cataluña. Son casi 600 llanuras llenas de datos y de análisis, que llaman la atención sobre el estado de la educación, un tema clave por el futuro del país. Quiero comentar sólo una pequeña parte; la que tiene que ver con la financiación de la educación.

No necesito repetir la evidencia que el progreso económico de un país depende en buena parte de los aumentos de su productividad, y que esta está, cada vez más, ligada a la mejora de la calidad de su capital humano y a su capacidad de utilizar y de incorporar conocimientos a los procesos productivos. Y tampoco hay que recordar que el progreso social está muy ligado a la disminución de las desigualdades, y al ofrecimiento de oportunidades para todo el mundo, otra vez muy ligado a la educación. Puesto que el término está de moda, me gusta decir que las principales "estructuras de Estado" que necesitamos para cualquier futuro son el sistema educativo y el sanitario, y que hay que dedicar más recursos. Empiezo hablando de estos, con datos muy preocupantes y poco conocidas.

El gasto público de Cataluña representaba hace dos años un 2,8% de su PIB. Es la más baja de todo Europa, y es comparable a la de países como Perú, Laos o Guatemala. El gasto mediano de la OCDE es de 5,6%, es decir, el doble. En parte esto pasa porque entre el 2009 y el 2013 se han hecho recortes de unos 1.200 millones de euros, que representan una disminución del 16,7%, mientras que España se ha recortado un 14,6%, y a la UE, sólo un 3,4%.

Todo esto mientras la población escolar aumentaba en 98.000 alumnos en las etapas no universitarias y 2.700 en la Universidad. Cataluña es el 6è país que más ha recortado de Europa después de Rumanía, Letonia, Lituania, Bulgaria y Portugal, y se ha situado actualmente a la cola de todos los países europeos. Repito, sin voluntad de convertirse en un país pionero, sólo para poder compararse con la media de la OCDE, habría que doblar el gasto en educación, y este es un esfuerzo impresionante. Hay que recordar que la Ley de Educación de Cataluña fijó el objetivo de un 6% por el año 2017...!

Cómo que una parte importante de la financiación de las Universidades tiene como destino la R D Y, también es importante recordar que la UE tiene fijado como objetivo, desde hace más de 10 años, una inversión del 3% del PIB (1% público y 2% de empresas) y que actualmente Cataluña no pasa del 1,45% (con sólo un 0,63% público).

No se puede dudar mucho que, aunque el dinero no lo son todo, una buena parte de los resultados preocupantes del sistema (fracaso escolar, abandono prematuro, desequilibrio entre exceso de formación superior y carencia de formación mediana, poca transferencia de conocimientos entre universidades y empresas, emigración de cerebros...) son en parte debido a la carencia de recursos que hacen patente estas y otros datos, sobre todo cuando se comparan con las de países con los cuales, lógicamente, nos gustaría asemejarnos.
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