Un chute de oxitocina, por favor

"Ya tiemblo, se acerca el cambio de año y tendré que hacer frente a la valoración que anualmente recibo de mi jefe; qué responsabilidad, ¿saldré muy mal parado?". Una vez más aquellas empresas que, como la gran mayoría ponen al alcance de sus jefes las reuniones de desempeño, disponen de una oportunidad más de valorar positivamente los adelantos sobre rendimiento y/o competencias individuales de aquellas personas que forman parte de la organización.

A menudo estas reuniones individuales no cumplen las garantías mínimas que permiten aprovechar su potencial: la oportunidad de despertar el talento individual de las personas desde sus fortalezas; aquellas actitudes, conocimientos y destrezas que se les da bien, y que pueden mejorarlas.

Desgraciadamente me encuentro más de la cuenta con expresiones cómo "es imposible luchar para cambiar su comportamiento, no se puede hacer nada, lo dejo por inútil". Expresiones todas ellas que no acompañan a mejorar capacidades, incluso de aquellas personas que hechos recientes o lejanos les han llevado a actuar de manera no deseable por su jefe.

Bien, seguramente para la gran mayoría, en cambio, los evaluadores tendrán suficiente interés en que los evaluados salgan motivados de estas conversaciones individuales. Y es que las personas evaluadas querrían salir de este encuentro con un sentimiento positivo, de adelanto, de reconocimiento de su labor y aportación: con un buen "chute de oxitocina". Aquella hormona que estimulada por nuestro cerebro nos hace sentir bien con el trabajo, con nuestra cabeza y con nuestros compañeros. Aumentando el espíritu de colaboración, de equipo y sentido de pertenencia con la empresa: hechos todos deseables.

Las personas evaluadas a final de año querrían salir de este encuentro con un sentimiento positivo, de adelantos, de reconocimiento de su labor

En la práctica real, los jefes no saben qué decir e, incluso, conducir estas conversaciones. Sólo un 14,5% está de acuerdo con su eficacia a la hora de dar comentarios/ feedback en estas reuniones de evaluación/ rendimiento (Gallup 2018 workplace experiences). Un dato preocupante teniendo en cuenta que disponemos de esta herramienta tan potente y que no sabemos aprovecharla. "¿De qué sirve tener un buen destornillador si no lo sabemos usar, ni siquiera hacia donde tenemos que girarlo?".

Estas reuniones son bastante importantes porque destinamos los recursos suficientes para que garanticen que tanto evaluadores cómo evaluados salgan motivados, satisfechos. Con la sensación que hayan generado suficiente clima de confianza que les haya permitido conversar más allá de lo que pueden hacer en el día a día y, llegado a compromisos aceptables, de mejora de ambas partes. Porque su bienestar se lo merece si queremos conseguir una productividad sostenida en el tiempo.

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