Los barrios con alta concentración turística traen implícita la necesidad de conocer como se interrelacionan los ciudadanos con los turistas que los visitan y el mismo entorno. En una ciudad inteligente como Barcelona, esta demanda se incrementa todavía más por la necesidad de potenciar una experiencia turística singular a la altura de la ciudad y que, dentro de lo posible, fomente la convivencia con sus ciudadanos.
En este punto, propuestas de análisis de entornos como el de Sagrada Familia son un primer paso para conocer el impacto real de la llegada de turistas a la ciudad y las implicaciones de sus desplazamientos por la capital catalana. Por este motivo, la aplicación de tecnologías como el Big Data y la Internet de las Cosas nos permite identificar las variables que modifican las interacciones entre ellos (puntos calientes de otra concentración ciudadana, espacios de entrada y salida, la necesidad de aumentar servicios de transporte, etc.) para poder incidir.
Barcelona, como capital mundial del móvil, lugar de referencia turística y centro de innovación digital internacional, ha visto como un proyecto piloto ha aplicado por primera vez las últimas tecnologías (Wi-Fin, GSM y sensores 3D) con el objetivo de recopilar y analizar datos que permitan una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. Más allá de constatar que el 20% de los turistas que se acercan al templo de Gaudí efectivamenteentra, este análisis revela la importancia de este tipo de proyectos para la gestión urbana.
Construir una ciudad inteligente, conectada y que responda a las demandas de ciudadanos y visitantes pasa también para aumentar el grado de conocimiento de las instituciones locales sobre el que pasa a tiempo real calle a calle. Implementar nuevas tecnologías en cada barrio, con especial atención a los puntos turísticos clave, puede ser una herramienta fundamental a la hora de conseguir el conocimiento directo de las necesidades y hábitos de nuestros ciudadanos para hacer una gestión más eficiente del espacio público.
El escalabilitat que muestra esta iniciativa y el potencial de aplicación del sistema en otros lugares turísticos, tanto en la misma ciudad como en el ámbito internacional, refuerzan todavía más el papel de Barcelona como ciudad que trabaja para dejar un legado de futuro para sus conciudadanos.