Por hombres y por mujeres; un 'retail' a medida?

Después de 15 años de investigar qué queremos las mujeres de las marcas, como nos gusta sentirnos tratadas y como nos convencen mejor de sus virtudes.. me planteo esta pregunta que quiero compartir con vosotros. Quiero abrir un debate constructivo, que quizás no llegue a solucionar la hipótesis y que quizás nomes ayude a poner herramientas y argumentos para enriquecer la reflexión y la conversación. Me gustaría analizar si nosotras -las mujeres- y si el mercado está receptivo y maduro a establecimientos sólo para mujeres. Cómo pasa con los baños, que n´hay por hombres y por mujeres, quizás los establecimientos y servicios también tendrían que ser diferentes. Dado que consumimos y nos relacionamos de forma diferente, queremos que nos expongan y expliquen los productos también de forma diferente?



Esta foto, que hace cierta gracia, refleja una enorme, inmensa y obviada realidad y verdad. Sí, amigos y amigas, las mujeres hablamos más. Y este hecho objetivo cambia paradójicamente cualquier estrategia de comunicación, de diseño de establecimiento, de diseño de producto y de propuesta de valor. Esta imagen implica que quién nos atienda tendrá que saber escuchar, quién nos atienda tendrá que saber interpretar qué estamos diciendo, y quienes nos atienda tendrá que saber explicarnos muy bien como nos puede ayudar. Seguramente con más complejidad y recursos que si el interlocutor fuera un hombre.

Queremos establecimientos diferentes, por hombres y por mujeres?
Quién dice establecimientos dice gimnasios, escuelas, bancos, coches, tiendas de deporte, hoteles, hospitales, ropa, coches, peluquerías, centros de manicura, clubes de running y de triatlón, médicos, agencias de viajes...

Si lo preguntamos abiertamente, en entrevistas en profundidad en un estudio cualitativo que hemos hecho a nuestra agencia; sorprendentemente nos contestan en un 75% que no... Que no hay que hacer establecimientos "por mujeres" porque el hecho de decirlo, de diferenciarlos, nos muestra como que no "entendemos" el lenguaje masculino. Que no entendemos como se ha hecho hasta ahora y necesitamos otro registro. Esto la mayoría de mujeres -quizás por carencia de información o inseguridad- lo ven como una debilidad, que es un punto negativo el hecho de hacer establecimientos sólo para mujeres.

La media verdad
Por otro lado, cuando entramos en confianza a hablar, a superar el que denominamos "la media verdad", y realmente nos explican cómo quieren que los establecimientos las traten, como quieren que los expliquen los productos y servicios, como quieren que las escuchen y cómo quieren que las atiendan... entonces nos dicen que sí! Que se quieren sentir tratadas de forma diferente, que tal y cómo se hace ahora, no los gusta y no conecta con ellas. Por lo tanto, esperan una conversación y un discurso nuevo por parte de las marcas, de la distribución y de la industria.

Un discurso diferente
Así pues, la pregunta es otra: quieres que las tiendas, los establecimientos, los puntos de venta, los bancos, los concesionarios, los gimnasios, los médicos... te hablen en tu idioma? Quieres que partan del que se importando para tú; mujer, clienta y consumidora y con esta información valiosísima te diseñen tu mejor servicio y producto? Bingo!

Esto se el que queremos las mujeres. Queremos una nueva conversación. Queremos que nos hablen nuestro idioma y que no pretendan que nos adaptamos a la norma –y la norma es masculina- que hayamos de hacer el esfuerzo nosotros (el 80% del poder de compra del mercado) de entender qué nos están diciendo, de encabir-nos en sus tallas y medidas y de sentirnos matusseres haciendo las cosas como ellos y con herramientas diseñadas y pensadas porque un hombre las quiera.

Ya no queremos jugar más en campo ajeno. Queremos sentirnos que jugamos en casa. Esto querrá decir que nos pregunten qué queremos, que escuchen nuestras inquietudes y necesidades y con esta boy escout activa podrán diseñar y comunicar el que estamos pidiendo a grito pero todavía nadie nos ha preguntado. Y menos todavía... nadie lo ha planteado ni hecho.

Qué queremos?
Queremos establecimientos que pongan de una forma descarada "para mujeres"?; como el establecimiento de bicicletas Domenica que acaban de inaugurar en Barcelona? O la agencia de viajes para viajeras de Madrid o un hospital de medicina de la Mujer (Dexeus) en Barcelona. También una agencia de telemedicina para mujeres de Nueva York; o un banco para mujeres en Venezuela; o un gimnasio sólo para mujeres en Cataluña. O clubes de running para mujeres en Barcelona o taxis para mujeres en Nueva York o un blog de información sobre finanzas sólo para mujeres.

Pues parece que sí, la gran peculiaridad es que quizás no hace falta que lo diga de una forma excluyente, ni descarada en su nombre. Quizás tiene que ser más sutil, intuitivo e inteligente, sin necesidad de hacerlo imponente, paternalista ni separador o sectario. De hecho, al razonarlo y explicarlo, podríamos decir que es un hacer femenino, menos directo y obvio, pero a la vez más auténtico y genuino. Es una forma de posicionarte de verdad desde la esencia que realmente has preguntado a la mujer que quiere y cómo quiere recibir este servicio y entonces pensar y hacer la propuesta. En cambio, la forma masculina o normalizada hasta ahora ha sido la de "aquí tienes mi propuesta" y te adaptas o no. Esta forma de hacer y de comunicar (por lo tanto, de vender), se ha acabado.
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