Vender en catalán es natural en Cataluña

Prat Gaballí, considerado padre de la publicidad catalana y española, decía que la palabra es el motor del negocio. Tenía razón. Es la herramienta principal con que nos comunicamos y un instrumento poderoso de relación entre las personas que participan de las actividades socioeconómicas de compraventa de bienes o servicios.

El paisaje lingüístico de Cataluña es muy diferente del de hace 35 años. En general, el catalán ha ganado terreno y se ha hecho presente a la rotulación comercial, la publicidad, la comunicación y a la señalización de grandes almacenes, comercios, mercados, despachos, oficinas de entidades financieras, restaurantes, hospitales, transportes y servicios al público, en todo el territorio. Ciertamente que no todos los comercios tienen la disponibilidad necesaria en la atención oral o en algunos elementos de comunicación escrita. Incluso, todavía no se ha generalizado plenamente en las cartas de todos los restaurantes.

Más allá de las razones estrictamente económicas y por causa de obligaciones legales, el tejido comercial sabe que utilizar el catalán es clave en términos de imagen, un signo de calidad del servicio que fidelitza clientes y atrae de nuevos, la muestra de la capacidad de responder socialmente no por obligaciones legales, sanciones o costes de producción. Sabe el beneficio que supone el uso de la lengua catalana, como lengua propia del país, como valora también la disponibilidad en otras lenguas de los clientes. La lengua conecta con unos valores que suponen un activo para los compradores, una ventaja ante competidores y una muestra de respeto por la cultura y el entorno local. Vender y comprar en catalán es natural en Cataluña.

Cataluña tiene borde 13 establecimientos de media por cada 1.000 habitantes. A menudo los comercios tienen que hacer un esfuerzo de adaptación para atender en catalán o para ofrecer los productos y servicios. La dinámica social evoluciona constantemente y los cambios dictan posicionamientos diferentes de la lengua. La Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población adulta elaborada por la Dirección general de Política Lingüística indica que el uso del catalán bordea el 36% a las superficies comerciales y supermercados. Qué ha pasado? Un cambio demográfico fuerte. El 1981 sólo un 1,5% de la población había nacido en el extranjero, un porcentaje que llega al 17,2% el 2014. Unas 662.300 personas tienen lenguas iniciales o familiares diferentes del catalán y del castellano: el árabe; el rumano, el bereber amazic, el francés, el gallego y el ruso. Muchas de estas personas que han decidido instalarse en Cataluña se han incorporado al tejido comercial. Según l'Informo anual del Comercio de la Confederación de Comercio de Cataluña hay aproximadamente 53.000 autónomos extranjeros dedicados al comercio (10,98% del total de los autónomos del sector) y 45.000 asalariados extranjeros ocupados en el comercio, un 10,71% del total de los trabajadores del sector.

El conocimiento de catalán del personal de atención al público, comerciales y encargados, llega casi al 70% lo sabe hablar, leer y escribir. Unos conocimientos que no se trasladan plenamente en el uso en la misma proporción con los clientes.

Además de la naturalidad de vender en catalán en Cataluña, el Código de consumo de Cataluña establece obligaciones para establecimientos y comercios para garantizar los derechos lingüísticos de los consumidores. Con la voluntad de incrementar el uso de la lengua catalana en el ámbito empresarial, y garantizar los derechos lingüísticos de los consumidores, la Dirección general de Política Lingüística tiene en marcha el programa Catalán y empresa. Ya estás al día? que se basa en ocho razones para hacer presente la lengua:

1. Las empresas que utilizan la lengua del cliente dan un servicio de calidad.
2. El cliente tiene derecho a ser atendido en catalán.
3. Es de ley que los letreros estén en catalán.
4. Etiquetar en catalán también es de ley.
5. La documentación comercial tiene que estar disponible en catalán.
6. El catalán es una lengua de mercado.
7. Grandes marcas internacionales apuestan por el catalán.
8. Los productos digitales también hablan catalán.

La Dirección general de Política Lingüística ofrece un autotest para saber si la empresa está al día en la disponibilidad del catalán, las disposiciones normativas que lo regulan, ofrece ayudas a proyectos de organizaciones empresariales, como la Confederación de Comercio de Cataluña, PIMEC, CECOT y la Asociación Independiente de Jóvenes Empresarios de Cataluña, que hacen aumentar la oferta de productos y servicios en catalán. También dispone de una línea de ayudas a empresas para la incorporación del catalán en productos y servicios tecnológicos dirigidos a usuarios finales (aplicaciones, videojuegos, software, etc.) y para la traducción al catalán de obras no literarias.

Con el Consorcio para la Normalización Lingüística emprendemos acciones destinadas a este colectivo para sensibilizarlos de la necesidad de entender los clientes que se dirigen en catalán y poderlos atender, y de la necesidad, pues, de aprender la lengua. El Consorcio, que dispone de 146 puntos de atención distribuidos en todo Cataluña, ofrece actividades de formación a medida para empresas. El 2015 ha ofrecido más de un centenar de cursos a empresas al Servicio Ocupación de Cataluña y a organizaciones sindicales y empresariales, y más de un millar de horas de formación a comercios y empresas, de acuerdo con las oficinas de promoción económica locales gracias al convenio subscrito con la Diputación de Barcelona. Hay programas específicos como A vuestro servicio para mejorar la disponibilidad lingüística de personas que atienen el público en supermercados y garantizar el derecho de los clientes a usar el catalán. El año 2015 ha firmado 3.571 convenios de colaboración con empresas. Programas que tendrán más buenos resultados si se complementan con la no renuncia del uso del catalán de las personas que lo hablan. La lengua acontece entonces útil en el intercambio.

No hay duda que el tejido comercial catalán ha contribuido a hacer avanzar la lengua catalana, que ha sido y es un eje integrador para las personas que trabajan y para las personas que se relacionan. Esencial para la cohesión de una sociedad diversa, también lingüísticamente; hay que continuar con el compromiso de los sectores económicos, de los comerciantes y tenderos de todo el país, y la implicación de la ciudadanía, para asegurar la plena disponibilidad en la atención oral, para revertir los déficits en el etiquetado y el embalaje de los productos de consumo y para ofrecer la documentación en catalán. En definitiva, para poder comprar en catalán.
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