El País Valencià, zapatero de Europa

El valenciano es el primer productor y exportador de calzado del Estado, factura unos 1.400 millones de euros anuales y ha sobrevivido apostando por un producto de valor medio-alto

Una trabajadora de la hacèbrica de Pikolinos fabrucant un zapato Una trabajadora de la hacèbrica de Pikolinos fabrucant un zapato

Mira tus pies y viaja mentalmente hacia el País Valencià, porque tus zapatos seguramente vendrán de allí. Los principales núcleos de la industria del calzado están en Elche, Elda y Villena, en la provincia de Alicante, y la Vall d'Uixó, en Castellón. De hecho, en el Baix Vinalopó tienen las oficinas centrales marcas importantes del sector como Pikolinos, Mustang, Panamá Jack, Wonders o Tempe , del grupo Inditex. De hecho, el territorio valenciano es el primer productor y exportador de zapatos del Estado español y el segundo de Europa. Hoy se mantiene en pie después de haber sufrido fuertes crisis económicas gracias a la internacionalización y a una apuesta firme por la calidad y el diseño.

El 66% de las empresas del calzado del Estado están en el País Valencià y garantiza 33.000 puestos de trabajo

Hagamos un repaso de los datos para comprender la dimensión del sector. La industria del calzado tiene 3.512 empresas en el Estado español, de las cuales 2.333 (el 66%) están en el País Valencià. Según los últimos datos del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), relativas a 2017, las ventas del calzado valenciano ascendieron a 1.398 millones de euros, el equivalente a un 3,4% del total industrial. El Plan Estratégico de Industria Valenciana elaborado por la Generalitat habla de un sector que genera más de 33.000 ocupaciones. Según el Instituto Valenciano de Estadística (IVE), el calzado concentra el 8% de las empresas y el 8% de las ocupaciones totales de la industria valenciana.

Respecto al comercio exterior, los datos de un informe de junio de 2019 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo cifran en 81 millones de euros el valor de las exportaciones del calzado valenciano, que supone un 42,2% del total español. De lejos le siguen los zapatos gallegos (14,4%), y los catalanes (13,2%). Los principales países compradores de los valencianos son los Estados Unidos (12,2 millones de euros), Alemania (11,4 millones), Francia (8,9 millones), Italia (7,2 millones), Reino Unido (4,8 millones, a pesar de que cae casi un 40%), China (3,6 millones) y México (3,4 millones).

El sector del calzado valenciano ha superado "dos grandes crisis" apostando por la marca, el diseño y la internacionalización

Datos positivos de un sector fuerte que, sin embargo, ha tenido que superar dos crisis importantes. La primera, como apunta el análisis Expansión, crisis y reconversión en la industria del Calzado del Sur de Europa, de José Antonio Miranda, de la Universitat d'Alacant, afectó durante el periodo 1980-1986, cuando el valor de las exportaciones cayó más de un 36%; y la segunda con la llegada del siglo XXI, cuando entre el año 2000 y 2012 se registraron recesiones breves, pero profundas y continúas, hasta llegar al año 2014, cuando se logró una recuperación completa.

Una fàbrica de sabates

La presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (AVECAL), Marian Cano, señala que las "dos grandes crisis" se superaron gracias a una "apuesta por la marca y por la internacionalización": "A partir de 2010 se empezó a crecer por encima del 10% en exportaciones y esto permitía compensar la facturación decreciente en el mercado estatal". Asegura que, si bien la última crisis financiera no afectó gravemente a muchas empresas del calzado valenciano, en cualquier caso "no repercutió en más negocio para las otras".

Deslocalización y pymes

Cano recuerda que el primer golpe que recibió esta industria fue cuando "las grandes marcas internacionales enviaron su producción a zonas más competitivas", es decir, la deslocalización, la producción en países con peores condiciones laborales. A pesar de que algunas valencianas también han desarrollado procesos de deslocalización, la presidenta de AVECAL destaca que el sector eligió para "reinventarse y hacer una apuesta clara por las marcas y para internacionalizarse, por la calidad y por el diseño", para ofrecer un calzado de nivel medio-alto y "continuar siendo un sector de referencia a escala mundial".

También reconoce algunas "debilidades" del sector. La más importante, la medida de las empresas: "Estamos hablando sobre todo de pymes. Esto quiere decir grandes dificultades a la hora de afrontar retos como la transformación digital, los cambios en las preferencias de consumo, etc. El canal online es una oportunidad que te abre las puertas del mundo y donde puedes visibilitzarte, pero esto es un esfuerzo grande para pequeñas y medianas empresas", apunta.

La conciencia del consumo de producto local no ha llegado todavía al sector del zapato

Además, señala que el cliente "tradicional" de las empresas del sector de los zapatos ha sido la "tienda multimarca", precisamente una de las principales afectadas por "el incremento del consumo de la moda a través de Internet" y han tenido que hacer un giro y "posicionarse con comercios online o trabajando con marketplaces". "Muchas de estas tiendas han desaparecido y el empresario del calzado está trabajando en alternativas", sostiene. Y, según asegura la presidenta de AVECAL, no pueden aprovecharse del tirón del aumento de la conciencia respecto al consumo de producto local porque todavía no ha llegado al sector del calzado.

Respecto a los competidores, señala que los "principales" son los zapatos de Italia y Portugal, que también trabajan en ese nicho de marca y calidad. Cano admite que el calzado de bajo coste procedente de los países asiáticos "afectó" al principio, porque el sector valenciano "tiene una carga manufacturera importante" y esto genera "diferencias laborales y de condiciones económicas abismales". Por eso, insiste, el zapato valenciano ha optado por mantenerse fiel a unos elementos muy autóctonos, como son la artesanía, la calidad y el diseño.

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