Antonella Roccuzzo (izquierda) con Ricardo Sarkany y Sofía Balbi

Afterwork

Antonella Roccuzzo busca su bota de oro

La pareja de Leo Messi inicia su camino como empresaria abriendo las puertas de Europa al gigante latinoamericano de los zapatos, Ricardo Sarkany

Desde las épocas en que Saboreáis Biosca aparecía a las portadas de la prensa rosa de la mano de Lola Flores, o cuando Kubala era noticia tanto por sus goles como por su profundo conocimiento de la Barcelona nocturna de los '50; las mujeres de los futbolistas se han convertido en seres mitológicos. Figuras irreales y maltratadas muchas veces por gran parte de la prensa deportiva, que las reduce al simple papel de "las mujeres de", expuestas como maniquins en las contraportadas.

En los últimos años, pero, el perfil está cambiante. Helen Segler, esposa de Zlatan Ibrahimovic, es una reconocida empresaria con una trayectoria construida al margen de su popular marido. En el caso del Barça, pocos conocen Dani Jehle, aplicada estudiando de arquitectura y pareja de Ter Stegen. Y que decir de Shakira, un icono mundial con una repercusión mundial mucho más grande que la de Gerard Piqué.

Las últimas a iniciar este proceso de apoderamiento han sido Antonella Roccuzzo y Sofía Balbi, compañeras de Leo Messi y Luís Suárez respectivamente; y emprendedoras noveles gracias a la reciente apertura de la zapatería Sarkany en Barcelona.

Rocuzzo comanda el salto de una gran marca latinoamericana en Europa

Que Roccuzzo es una gran forofa a la moda lo podíamos comprobar diariamente siguiendo sus publicaciones en las redes sociales y atendiendo a sus apariciones públicas, en las que suele destacar por los diseños que luce. El que prácticamente nadie intuía era una vertiente emprendedora. Y menos en la función de pionera, porque el negocio de Antonella y Balbi no es una simple tienda de zapatos más, sino que supone el salto de una gran marca latinoamericana en Europa.

Porque Sarkany, por los argentinos, es mucho más que un simple zapato. En este caso, el nombre hace la cosa. Del mismo modo que a raíz del éxito de Sex and the city los modelos de Manolo Blahnik dejaron de ser zapatos para convertirse en Manolos; en Argentina los Sarkany también tienen una categoría propia.

Hoy la cadena Sarkany cuenta con 52 locales exclusivos en Sudamérica y 50 puntos de venta a tiendas multimarca. Y no podemos aspirar a lucir unos Sarkany si no estamos dispuestos a invertir un mínimo de 250 euros. La marca argentina compite hoy con los grandes nombres del sector, pero su historia no ha sido siempre relacionada con las altas esferas. El apellido Sarkany está ligado al gremio de zapateros desde hace más de un siglo, cuando la familia inició un pequeño negocio en Hungría. Después de la 2a Guerra Mundial, en la que los nietos de aquel primer emprendedor sobrevivieron a los campos de concentración, la familia cogió las maletas para instalarse en Argentina, donde empezaron de cero.

El apellido Sarkany está ligado al gremio de zapateros desde hace más de un siglo

El hombre que sacó la marca de la humildad para traerla a las avenidas comerciales más importantes del mundo fue Ricardo Sarkany. Después de conocer el negocio, el representante de la cuarta generación de zapateros de la familia decidió formarse en Economía y Administración de empresas para cambiar el destino de la marca. Y así lo hizo, siguiendo un lema vital: "no fabricamos zapatos, sino objetos de deseo".

Y bajo este parámetro funcionará también la nueva tienda de Roccuzzo. La emprendedora ha escogido un reto de altura para iniciarse al mundo de los negocios. En sus manos hay el éxito o el fracaso de la introducción de una gran marca en el mercado europeo.