Una escuela en un laboratorio
El Liceo Politécnico de Rubí cuenta desde el 2015 con uno de los primeros laboratorios de Europa dentro del fenómeno Fablab@school, donde las asignaturas se conectan a través de la tecnología
Carreras ha dedicado los últimos años de su vida a la consultoría tecnológica. El año 2012, junto con unos amigos, compró la gestión del Liceo Politécnico de Rubí, que entonces era un centro de Infantil y Primaria. Un año después, empezó a introducir en la escuela actividades extraescolares de tecnología: electrónica con productos Arduino y robótica con Lego Mindstorms, un robot educativo que ya usan muchas escuelas. En enero del 2015, lo dejó todo para centrarse en la implementación del Fablab@school en el centro, con la ayuda de Stanford. "La tecnología tiene que formar parte del currículum educativo de una escuela. Por eso, a Primaria ofrecemos robótica como asignatura 'pre-FabLab', con el objetivo de preparar los alumnos para el que se encontrarán a la ESO", comenta.
Los estudiantes han mejorado un 11%
Diferentes estudios demuestran que la tecnología mejora la creatividad de quien la practica. La Universidad de Stanford lo pudo comprobar in situ en la escuela de Rubí: los alumnos han mejorado un 11% gracias al Fablab@school. Por eso, según Carreras, este tipo de laboratorios son tan importantes. "Haría falta que todas las asignaturas existentes, y no sólo Tecnología, fomentaran la creatividad. Un FabLab no es fabricar para fabricar, sino que trabaja porque las asignaturas estén conectadas. Hemos conseguido conectar Matemáticas, Tecnología, Historia, Ciencias, Música y Anglès en un proyecto común. En este sentido, al laboratorio intentamos ligar la robótica con otras asignaturas. El último proyecto de robótica, sin ir más lejos, lo ha llevado a cabo la profesora de Música, haciendo un concierto a tres voces con robots", relata.
Tueste romano hecho por los alumnos del Liceo Politécnico de Rubí. Cedida |
Al laboratorio se fabrica todo aquello que permite a los alumnos profundizar en un tema determinado y mejorar los objetivos académicos. "Hagamos todo aquello que conecta las asignaturas entre ellas. Todos los proyectos tienen esta finalidad. Construimos columnas, sienes, foros, acueductos, liras...", narra el director.
Presentes a la Mobile Week Barcelona
Este miércoles Miquel Carreras participará en una conferencia sobre educación y tecnología al Instituto Escuela del Trabajo de Barcelona, en el marco de la Mobile Week Barcelona. Allá, el director explicará su experiencia al Liceo Politécnico y las características del Fablab@school, así como su coste. "A pesar de que la idea es que los FabLabs sean laboratorios de bajo coste, el cierto es que tienen un coste, sobre todo en cuanto a material. A un FabLab hay talladores láser, impresoras 3D y productos de electrónica, entre otros cosas", comenta.
Carreras también recuerda en qué consistió el proyecto de diseño de maquetas Barcino que llevaron a cabo en el centro. "Se trataba de construir Barcelona a escala porque los alumnos conocieran la historia de la ciudad, desde la época romana hasta la Smart City, pasando por la Edad Media y el Modernismo", apunta. Ahora mismo, tienen otros proyectos en marcha. "Cada año es muy intenso", añade.
Maqueta de Barcelona. Cedida |
En tres años, el Liceo Politécnico de Rubí ha crecido un 68%, según fuentes de la escuela. Ha pasado de tener 196 alumnos a 315, y se ha convertido en un lugar de encuentro para padres, profesores y alumnos, que trabajan porque "ir a la escuela pague la pena", apuntan desde el centro.