El fin de la producción masiva

La creciente demanda de productos personalizados es uno de los principales retos de las nuevas fábricas digitales

"En una fábrica hay personas, máquinas y productos. Son los tres elementos que tenemos que virtualitzar para construir la fábrica digital". El CEO de Datapixel, Toni Ventura, remarca donde tiene que incidir el proceso de digitalización de la industria. Lo hace durante una de las últimas sesiones de la Advanced Factorías, que este jueves celebra su última jornada en Barcelona, centrada en la customització de productos y servicios. El proceso de comprar y de consumo de cada cliente es único y ya hay muchas marcas que han optado por la personalización para mejorar la engagement y fidelitzar clientes. "Tenemos una gran presión del mercado para ofrecerle un producto cada vez más personalizado", evidencia Lorenzo Veronesi, Research Manager de la empresa IDC Manufacturing Insights. Un reto que está empujando las compañías a "mirar de crear experiencias de cliente permitiéndolos que configuren buena parte de su producto", añade. Ahora bien, la industria está preparada por la customització? El éxito de las latas personalizadas de la Coca Cuela es una customització del producto, de packaging o una acción de marketing?

Una línea que se rompe
Fábricas digitales con materiales y máquinas inteligentes. Esta es la perspectiva para conseguir una producción capaz de ajustarse a las demandas de cada cliente. "El proceso es difícil porque el cliente puede cambiar de parecer en cualquier momento y hasta el último momento de la producción puede haber algún detalle del producto que quiera cambiar", destaca Veronesi. Este es el caso de Ferrari, compañía automovilística que empezó a fabricar coches a finales de los años 40 y que hoy en día ya incorpora un programa de personalización del vehículo, donde el cliente puede elegir desde el color de los asientos hasta el cuadro de mando.

Las prometidas que haces como empresa, pues, "las tienes que poder cumplir". Y por eso harán falta máquinas más rápidas y flexibles. Al fin y al cabo, destaca, "la fábrica necesita más innovación e ingeniería que el mismo producto. Es un producto en si mismo, como la gigafactory de Tesla a Nevada", ejemplifica.

"Tenemos que ser conscientes que la manufactura está en el centro de todo pero el valor más grande es al suyo cercando: en las ventas o la relación con los clientes", dice Toni Ventura. En el caso de Datapixel, con clientes de la industria del automóvil a quien proveen de sistemas de inspección por el control de calidad en la producción, ofrecen "servicios que permiten a los clientes fabricar sin defectos".


Sesión sobre la customització de los productos y servicios durante el Advanced Factorías. Cedida

Precisamente evitar los errores es fundamental cuando la producción es personalizada. Lo saben bastante bien en el sector textil, un más de los que se suman a la industria 4.0. "Los clientes ahora sientan ante el ordenador y necesitas algoritmos que transformen sus datos en las medidas útiles para confeccionar la pieza", explica Meike Tilebein, directora del Center for Management Research del German Institute of Textile and Fiber Research. "Si quieres tener un proceso flexible todas las máquinas que intervienen tienen que poder hablar entre ellas", añade.

Esto implica que todo se tiene que digitalizar y "sólo producir cuando el producto esté plenamente personalizado por el consumidor, con simulación incluida de cómo le quedará". Eso sí, advierte que estos consumidores necesitan un proceso simple. "Si es demasiado complicado, difícil o poco atractivo, la personalización no funciona". Es decir, la eficiencia de la cadena de producción es uno de los retos de la customització en masa; el cliente no esperará un mes para obtener una chaqueta personalizada; lo quieren aquí y ahora.

Personalización que genera creatividad
También la gastronomía se suma a la producción personalizada. Es el que hace Natural Machines a través de Foodini , la impresora de comer en 3D creada en Barcelona. "Queremos poner una mine planta de producción a cada cocina. No podremos producir de forma masiva, pero sí con un alto grado de personalización", explica el Project Manager de la startup catalana, Joan Casellas.

Alimentos, ingredientes, alternativas... todo es personalitzable. Un producto interesante en el sector gastronómico y la cocina creativa. De hecho, es en el ámbito del alta cocina donde más se está utilizando la Foodini a día de hoy. Sea como fuere, apunta Casellas, "el objetivo es fidelitzar el consumidor, que el cliente dedique tiempo a aprender a personalizar el producto y se enganche en nuestra tecnología".

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