La transparencia es uno de los valores más comentados

Empresa

Los beneficios de la transparencia

Los casos de corrupción y fraude de los últimos años han hecho que este valor sea hoy uno de los más reclamados

Nunca antes el valor de la transparencia había adquirido tanta importancia. "La gente quiere saber cosas que antes no quería saber", asegura Josep Maria Lozano, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de Esade e investigador sénior en RSE del Instituto de Innovación Social.

Hasta ahora dominaba la filosofía empresarial que la comunicación proteccionista era positiva económicamente, pero las últimas estadísticas confirmamos que los países con entornos políticos más transparentes tienden a obtener mejores resultados en los mercados financieros internacionales. E igual conclusión se puede llegar a extraer con las empresas privadas. El consumidor agradece la transparencia, la información y por lo tanto, según Jose Lavado, socio director de Bidea , una plataforma de servicios, "hoy las empresas tienen que poner en práctica la transparencia sí o sí".

Posicionar una marca
Los beneficios económicos de la transparencia se perciben tanto en la economía global, como en los beneficios directos de la empresa y en la mejora de la organización interna de la empresa. Según un estudio que el CAREC presentó este mismo septiembre en el gobierno catalán, Recomendaciones para la mejora de la transparencia a las instituciones y a las empresas, hay que apostar por este valor porque una economía transparente se acerca "a la competencia perfecta y evita que agentes con información privilegiada puedan explotar a su favor esta información", pero, además, reduce los casos de corrupción, los monopolios y la inestabilidad en el mercado y mejora la competitividad .

Por otro lado, a nivel de empresa, el valor de la transparencia puede ayudarte a posicionarte como marca, a reforzar tu posición en el mercado, es decir, ganar en competitividad, mejorar en credibilidad y, especialmente, obtener más confianza con clientes y proveedores.

Precisamente destaca este elemento Joan Antoni Melé, subdirector general de Triodos Bank , entidad puntera en España en banca ética: "La transparencia es el valor del futuro porque la sociedad ahora dudo de todo y hay que generar confianza". Dos valores van estrechamente ligados. De hecho, si hoy existiera suficiente confianza verso las empresas, ya no estaríamos hablando de la necesidad de más transparencia.

Y, finalmente, a nivel interno, una comunicación transparente con los trabajadores promueve la motivación , genera confianza con la dirección y evita posibles rumores y malentendidos que traen a tensiones evitables.

Transparentes en todo?
Ahora bien, ser transparente no quiere decir sacar a la luz todos los secretos de la empresa. Es evidente que hay marcas que tienen que guardar formulas o información privada. Técnicamente el grado de transparencia de una empresa puede ir desde la "transparencia radical" a la "transparencia óptima" - seria aquel que salvaguarda la propiedad intelectual- fina a una "transparencia mínima" -vinculada a la governança de las empresas, por ejemplo, que se haga una separación contable. Cómo en todo hay que encontrar la medida justa.

Algunos, por ejemplo, sin negar su importancia, ya advierten de la fe excesiva que se ha puesto en este valor. Por ejemplo, el director del Instituto de Governança Democrática de la Universidad del País Vasco, Daniel Innerarity, habla de la transparencia como "de una histeria colectiva" y niega que sea "la gran solución" a los males económicos y políticos del país como a veces se ha querido presentar. Y asegura que "la transparencia adoptada con beateria puede tener efectos paradójicos". Por ejemplo, un exceso de transparencia puede generar opacidad, una pantalla falsa y, al final, perjudicar la marca.

El profesor Lozano también cree que ahora se abusa de esta etiqueta: "Estamos en una crisis de confianza y la confianza requiere transparencia, pero sólo con transparencia no se restablecerá la confianza, porque esta también requiere credibilidad", advierte.

En este sentido Melé recomienda proteger la información confidencial, pero nunca practicar una transparencia a medias: "la transparencia no puede ser parcial, no puede enseñar sólo el que hace bien, también tienes que mostrar los errores porque la gente pueda opinar".

Honestidad o marketing?
Lozano, por su parte, saca importancia a los límites: "El problema no son los límites, sino la calidad de la transparencia: La pregunta es información relevante para quién y para qué". Y es que los beneficios de ser una empresa transparente sólo se obtienen si la marca decide aplicar políticas de transparencia de forma honesta y sincera y no como un plan de marketing. "Es cierto que la responsabilidad social en algunos casos se está usando como limpieza de cara o como un eslogan, por eso creo que la gente tendría que ser más exigente y las empresas se tendrían que dejar auditar", reclama Melé desde Triodos Bank.

Para evitar esto quizás la transparencia , a través de leyes , tendría que empezar a ser una exigencia por parte de las administraciones? El CAREC en su documento recuerda en el gobierno que otras administraciones como la alemana o la danesa benefician las empresas que aplican políticas de transparencias y de RSE. La Unión Europea el 2007 también aprobó una normativa sobre transparencia. Lavado apoya a esta idea: "La transparencia es una exigencia que tiene que estar mínimamente normativitzada, aunque detrás se hagan barbaridades, porque esta tendría que ser la base otras leyes que al final acerquen las empresas a la economía del bien común".

Ahora bien, no todo el mundo comparte este pensamiento: "Creo más con la voluntad de la gente que con la fuerza de la ley, porque si tuviéramos más leyes de transparencia las empresas se las saltarían", asegura Melé. Y añade: "Tenemos que ser transparentes desde la libertad y como ciudadanos negarnos a ser clientes de aquellos que sean opacos, de hecho, quién es responsable ya es transparente y quien no es responsable intentará siempre esconder algo".

En conclusión, si todo el mundo tuviera actitudes responsables la demanda de mayor transparencia no sería necesaria. Por lo tanto, hace falta recordado que esta, a pesar de ser necesaria, sólo es el talón, más o menos opaco, que nos descubre o nos esconde la verdadera actuación empresarial, la escena principal. "Tenemos que estar atentos porque el valor de la transparencia no sea un simple maquillaje y al final las empresas continúen haciendo las cosas del mismo modo", advierten desde Bidea. Y es que la conclusión, según el profesor Lozano, es clara: "No necesitamos una sociedad más transparente, sino una sociedad más responsable".


La sección Valores de empresa es una colaboración de la revista Valores con VIAempresa