La Desnudóría Mana y el Nilo Muntané, de Resma | Cedida

Empresa

Resma, la papelería más grande de Europa

La empresa, nacida el 1986 de la mano de Núria Mana y que factura 3 millones de euros anuales, se quiere convertir en la tienda de referencia de Barcelona en el sector del papel

La papelería más grande de Europa se encuentra en Barcelona. Concretamente, en la calle Condal en un edificio reformado del siglo XVII con unos 1.400 metros cuadrados y cuatro plantas que reflejan la historia de Resma desde sus inicios en 1986. Una papelería que Núria Mana montó hace más de 30 años y que ha sobrevivido a la digitalización. "El papel de oficina se ha reducido mucho, pero todavía se utiliza para otras muchas cosas. Estamos vendiendo ahora más agendas que nunca", señala la fundadora de Resma . Y más ahora que se acerca Nadal y la tienda se llena a tope de personas que buscan un regalo o envolver y adornar sus paquetes de una manera más especial.

Hoy en día, Resma ofrece todo tipo de papel, de todos los colores y de diferentes texturas, así como los materiales necesarios para hacer álbumes de fotos, manualidades o enseres para los profesionales de Bellas artes. Aun así, también tiene una línea enfocada a los productos de oficina, como carteras y bolsas de piel o escritura de marca. El nombre tan curioso de Resma es una medida que quiere decir 500 hojas de papel, un nombre muy adecuado en su sector y con personalidad pero que, según Mana, "ha costado de introduïr y que la gente se enrecordés. La compañía cuenta ya con cuatro tiendas en la capital catalana, tiene una plantilla de 40 personas y factura 3 millones de euros anuales.

Más de 30 años especializada en papel

Resma hace más de 30 años que se dedica al sector del papel, pero su origen se remonta años atrás a una pequeña papelería denominada La Carpeta. Núria Mana cogió esta tienda en 1979, cuando los antiguos propietarios traspasaron el negocio. "Realmente fue un accidente en mi vida", bromea la gerente de Resma. La empresaria no vendía del sector del comercio pero cuando supo que querían traspasar La Carpeta, decidió coger el negocio. En aquellos momentos, la tienda se denominaba Papelería Condal, puesto que estaba situada en la misma calle que Resma, pero Mana le cambió el nombre. "Fue durante aquellos años que yo hice mi aprendizaje en el comercio", recuerda. Además, en un principio La Carpeta era una librería y papelería, pero Mana vio que se tenía que enfocar en una de las dos cosas, puesto que de este modo no daba todo el servicio al cliente y eligió el papel.

Pero en 1986 vio que el edificio donde se encuentra Resma actualmente estaba en alquiler y decidió cogerlo también para montar la primera planta de la actual papelería. "Qué servicio le falta en Barcelona?, me pregunté en aquellos momentos, y vi que no había papel", explica Mana. Es por eso que empezó a formarse en este ámbito y a la cabeza de cuatro años de tener la planta baja, abrieron una segunda.

Esta primera expansión de Resma fue un estallido en Barcelona. No sólo se especializaron todavía más en el papel, sino que abrieron nuevas líneas de productos como la escritura de marca, la cartera de piel por hombres o los accesorios de oficina. "Ya no era la papelería convencional de libreta, lápiz, goma y poca cosa más de La Carpeta", señala Mana. Hoy en día, La Carpeta todavía está abierta y para la empresaria es una insignia, "puesto que es donde nací como profesional".

Cuatro plantas de papelería

Este gran cambio de La Carpeta a Resma fue el que trajo a la empresa a evolucionar de una papelería convencional a una tienda especializada. Durante 30 años la tienda de Resma estuvo en funcionamiento con dos plantas, a la vez que fueron abriendo otros establecimientos. El 1995 se inauguró la segunda tienda Resma en la calle Dios y Mata de Barcelona y el 2000 llega Konema, ubicada a la Rambla de Cataluña.

Mana: "En nuestros productos queremos diseño, calidad y precio"

Pero el tiempo iba pasando y la empresa se tenía que adaptar a los cambios. "Las personas que estamos al frente de un negocio siempre tenemos que mantener los ojos abiertos y las orejas atentas para saber qué está pasando en el mundo, y este nos estaba dando una información muy diferente del qué teníamos. Estábamos caducando", apunta Mana. Es por eso que hace un par de años decidieron coger una constructora, un arquitecto e hicieron un proyecto de reforma de todo el edificio.

Ahora bien, no fue una decisión fácil. "La idea de ampliar la tienda de Resma la tuvimos antes de la crisis, pero el Ayuntamiento tardó siete años a darnos el permiso para hacer la reforma", explica Mana. Al final, decidieron salir adelante e invirtieron 2 millones de euros al crear una tienda de cuatro plantas y que lo ha convertido en la papelería más grande de Europa.

Calidad y kilómetro cero

Resma se caracteriza por sus productos de proximidad y su calidad. "Dentro de nuestro sector, que es el que dominamos y conocemos mucho, nos hemos abierto y hemos ido a buscar las mejores marcas", apunta la gerente. La empresa tiene unos valores muy claros y es que si pueden encontrar el producto en Barcelona, es de allá donde lo comprarán. Ahora bien, cada vez es más difícil buscar el artículo de kilómetro cero. Y es que muchos pequeños productores han cerrado y como mucho un 10% de los productos que vende Resma son barceloneses.

"Los últimos años, con la crisis, nos ha sido muy difícil defender el precio de nuestros productos, porque son de calidad. Pero nosotros lo tenemos muy claro, queremos diseño, calidad y precio", afirma Mana.

Las tres semanas de Nadal suponen el 75% de la facturación anual de Resma

Uno de los objetivos de la ampliación de Resma es proporcionar el cliente todo el que necesita y que la visita a la tienda sea una experiencia. Es por eso que han cuidado todos y cada uno de los detalles del establecimiento, con una decoración muy colorida y con muebles restaurados con papel y pintura que la misma tienda vende. Siempre sin perder su toque diferencial y es "la esencia barcelonesa de la Ciutat Vella que queremos que se mantenga y que es presente en todas las tiendas de Resma", señala el creative manager de la empresa y segunda generación, Nilo Muntané.


La secció de papel de Resma | Cedida

Es por eso que han destinado la última planta en un espacio donde los profesionales puedan ir a explicar su producto, conozcan gente del sector, y hagan exposiciones o talleres. Y es que el principal cliente de Resma es aquel profesional que tiene una cierta sensibilidad por el producto de proximidad. Ahora bien, desde la empresa afirman que desde la ampliación de la tienda han venido nuevos clientes, sobre todo de fuera del país.

Sobrevivir en pleno mundo digital

El papel es el principal producto de la compañía y el que tiene un peso más elevado dentro de la facturación, a pesar de que la manualidad también está creciendo mucho, según detectan. Ahora bien, las nuevas tecnologías han sido una revolución por el sector de la papelería, un tema que preocupa al equipo de Resma. Es por eso que el 2013 hicieron una pasa hacia la digitalización con el lanzamiento de su ecommerce, cosa que los permite vender más allá de Barcelona, que es su mercado físico y del cual no tienen previsto salir.

"Parecía que el papel se tenía que acabar con las nuevas tecnologías, que ya no se escribía, que ya no se hacían facturas en papel... Pero yo puedo decirte que hasta día de hoy el papel se utiliza todavía para otras muchas cosas", afirma Mana. Según la gerente, el papel de oficina se ha reducido mucho, pero la gente va a Resma a comprar papel para hacer manualidades, decorar cajas, hacer scrapbooking... "Se dijo que los álbumes de fotos en papel desaparecerían, igual que la agenda, pero en este momento estoy vendiendo más agendas, cuadernos y álbumes que nunca".

Mana: "Se dijo que el papel desaparecería, pero en estos momentos estoy vendiendo más agendas, cuadernos y álbumes que nunca"

Especialmente por Nadal, cuando es la mejor época del año para la papelería. "En tres semanas facturamos tres cuartas partes de la facturación de todo el año, una tendencia que ya pasaba hace 40 años y no ha cambiado", señala Mana. "El cliente profesional que está acostumbrado a estar a la planta de papel y de enseres de Bellas artes, durante esta época se encuentra en todos los pisos de la tienda", añade Muntané. Y es que el consumidor que ya conoce Resma y conoce sus productos, vuelve al establecimiento a coger ideas por sus regalos y a comprar por la familia, por los amigos o por los niños.

Según la gerente de la empresa, el que más se vende por Nadal son las bolsas y carteras de piel, la escritura de marca, pero también cajas y cintas para decorar los paquetes y la sección de manualidades, que tiene muchos accesorios para hacer un detalle por el amigo invisible o el Tió.

Un icono de Barcelona

La empresa, que factura anualmente unos 3 millones de euros, prevé incrementar entre un 30% y un 40% esta cifra gracias a la ampliación de la tienda. Y es que sus objetivos para el año próximo se centran sobre todo a hacer conocer el establecimiento, puesto que "es una tienda que acaba de nacer como expansión", puntualiza Mana.


La tienda de Resma desde arriba | Cedida

Para la empresaria, es un local que trae 30 años pero que ha hecho el cambio a un nuevo modelo de comercio, que se basa en la experiencia y que tiene como objetivo convertirse en un "icono de Barcelona" gracias a su decoración y a la apuesta extremadamente atrevida. "Casi sin darnos cuenta hemos creado una tienda instagramer total", bromea Muntané.