Sorigué, de constructora a start-up

La empresa leridana diversifica la actividad produciendo aceite de oliva a su gravera, invirtiendo en inodoros inteligentes o diseñando un edificio reconocido en la Bienal de Venecia 

Nació hace 60 años centrada en el asfaltado y la construcción de carreteras. Desde hace tres, a raíz de un "cambio generacional realizado de forma ordenada", la empresa leridana Sorigué quiere desmarcarse, de forma progresiva de ser considerada sólo como una compañía constructora, como define la presidenta del grupo Sorigué, Ana Vallés. A pesar de que habla de un "momento de inflexión", Vallés recuerda que la diversificación de las actividades de la firma ya se inició al pasado. La creación de una fundación el 1985 y la compra de terrenos agrícolas para aprovecharlos con un uso industrial también adobaban este nuevo camino.

Desde el 2012, los dos consejeros delegados y el fundador del grupo, Julio Sorigué, han dejado sus cargos, pero se mantienen al consejo de administración. Paralelamente, la esencia de la empresa se ha abierto a la obra civil, la gestión, el tratamiento del aigua y la apuesta por "cultivos productivos y eficientes para desarrollar una visión industrial de la agricultura", explica Vallés. El gran salto de Sorigué se formaliza con la adquisición de Aguas de Busot de Barcelona (Acsa), hecho que le ha permitido pasar de ser una constructora de una medida mediana a una gran compañía vinculada al servicio, el tratamiento y la tecnología del agua, que incluye 50 filiales y cuenta con 2.500 trabajadores.

Marca unificada
A partir de la nueva visión de la firma, Vallés defiende la necesidad de ir más allá de los activos tradicionales de Sorigué. "Somos la única constructora que está presente a todas las fases del proceso con recursos propios, desde el movimiento del tierra, pasando por la fabricación de materiales hasta el transporte y el mantenimiento, pero también destacamos por nuestros trabajos en ingeniería, tecnología, servicios y materiales".

Equilibrar estas actividades es uno de los objetivos de la compañía. "Destinamos una tercera parte de los recursos a cada área de negocio: materiales, agua y construcción", añade. A pesar de que las ventas consolidadas del grupo Sorigué bajaron de los 346 millones de euros el 2012 hasta los 249 del 2013, la diversificación productiva supone uno de los caminos que el grupo quiere consolidar.

En el contexto del cambio generacional tranquilo, desde Sorigué se han buscado nuevos procesos empresariales, como introducir el asesoramiento de especialistas externos, la gestión del liderazgo, la coordinación de la comunicación, el aumento del contacto con el exterior y la captación del talento. Toda esta estrategia se ha concretado en una marca única, llamada Sorigué, que agrupa en todas las áreas y un cambio de imagen corporativa.

La busca del ADN propio
Los próximos pasos de Sorigué se encaminan a establecer iniciativas que permitan visualizar el ADN de la compañía. Por tercer año, a la gravera que Sorigué ha restaurado en Menàrguens (la Noguera) se ha producido aceite de oliva. Este planteamiento es un símbolo del camino que quiere emprender la firma, tal como apunta su presidenta. "Forma parte de un plan estratégico basado en las personas, la innovación y el ADN".

Los primer resultados de la busca del ADN ya se han presentado. Vallés comenta que el trabajo para atraer talento se ha traducido en la inversión en start-up y en business angels de la que ha surgido lo proyecto Nido. A raíz del apoyo financiero a un ingeniero de Huesca, Sorigué propició la construcción de un inodoro inteligente que no requiere la intervención humana. "Se trata de un producto que encaja con nuestros servicios asociados a la gestión del agua y demuestra la sinergia lograda entre las diferentes áreas de trabajo".

Premiados a la Bienal de Venecia
Otro de las propuestas surgidas del ADN de Sorigué es su fundación. A pesar de que fue creada hace tres décadas, de la necesidad de buscar un espacio expositivo más amplio por la colección de 450 obras de arte contemporáneo ha nacido el proyecto Planta, "nuestro buque insignia", afirma Vallés. El proyecto Planta será una estructura situada a la gravera de Menàrguens que aglutine los valores, la cultura y el conocimiento de las áreas de actividad e innovación empresarial del grupo.

El diseño del edificio -se inaugurará el 2017- recibió una distinción en la Bienal de Venecia del año pasado. Planta mezclará arte, arquitectura, ciencia y la gestión del entorno natural e industrial a la empresa. "Nuestros dos mundos se unen en torno al proyecto Planta'". La idea es integrar en una única ubicación las diversas almas de Sorigué.
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