Recomendaciones para la dieta del paciente oncológico

Mejorar la tolerancia al tratamiento y disminuir la incidencia de complicaciones son algunos beneficios del apoyo nutricional

Cómo afecta la dieta en los pacientes oncològics? | iStock Cómo afecta la dieta en los pacientes oncològics? | iStock

¿Cómo ayuda la alimentación en los tratamientos oncológicos?

Los objetivos del apoyo nutricional en el paciente oncológico son mejorar la tolerancia al tratamiento oncológico específico, disminuir la incidencia de complicaciones, aumentar el control tumoral y mejorar la calidad de vida del paciente ayudando a mantener un buen estado nutricional, mantener un peso adecuado, mantener el organismo muy hidratado y combatir posibles infecciones durante el tratamiento.

¿Qué alimentos son recomendables?

Hay que tomar alimentos ricos en los nutrientes esenciales para nuestro cuerpo.

Durante un proceso oncológico se tienen necesidades nutricionales especiales y diferentes, y por lo tanto, hay que valorar una dieta personalizada. Según el tipo de tumor, su localización y el tratamiento (cirugía, quimioterapia, radioterapia o trasplante), los síntomas que se pueden presentar y que dificultan la ingesta serán diferentes. Lo más importante es:

- Comer para mantener la energía y superar los efectos secundarios del tratamiento.

- Adaptar la alimentación en función de la sintomatología presente: diarrea, estreñimiento, digestiones pesadas, cansancio, gases, ascites (retención de líquidos), etc.

¿Cómo tiene que ser la dieta de un paciente oncológico?

Siempre es aconsejable visitar a un profesional de la salud especializado para que personalice un apoyo nutricional adecuado para cada persona. En la mayoría de los casos, las modificaciones o adaptaciones dietéticas están encaminadas a controlar los síntomas producidos por el tumor y / o por los tratamientos oncológicos. Aún así, hay consejos generales que se pueden seguir mientras esperamos estas recomendaciones específicas:

- Que la alimentación sea: nutritiva, variada, deseable y suficiente.

- Asegurar la energía necesaria para mantener un peso adecuado.

- Utilizar cocciones suaves para que resulte más fácil de digerir.

- Aportar fermentos lácteos y/o probióticos para ayudar a la regeneración intestinal. (Importante después de diarreas, vómitos, etc.)

- Dividir las comidas en 5-7 pequeñas presas diarias.

- Aprovechar las horas de más hambre para aportar los alimentos más completos.

- Respetar los gustos en cuanto a la presentación y preparación de los platos.

- Mantener el organismo muy hidratado (7-8 vasos de agua al día), mejor entre comidas.

- Adaptar la textura y consistencia de los alimentos a la situación de cada persona.

- Evitar alimentos flatulentos, muy condimentados, freídos, grasos, picantes y comidas de olor intenso.

- Controlar el peso y realizar algún ejercicio suave si el estado de cada uno lo permite.

- Comer en compañía y en un ambiente tranquilo y relajado.

- Evitar temperaturas extremas en los alimentos. Hay que servirlos templados o a temperatura ambiente.

- Mantener una correcta higiene bucal.

En definitiva, un buen asesoramiento dietético por parte de un nutricionista especializado es fundamental para definir la dieta de un paciente oncológico, puesto que cada individuo presenta unas necesidades específicas de acuerdo con las características de su caso.

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