¿Cuándo hay que visitar las urgencias pediátricas?

Hay ciertos supuestos de fiebre, dolor, diarrea y vómitos, tos, dolor de cabeza, heridas y reacciones alérgicas en los que es recomendable visitar urgencias

Una pediatra y un paciente en una imagen de archivo | iStock Una pediatra y un paciente en una imagen de archivo | iStock

Cuando nuestro hijo o hija está enfermo es normal que nos angustiemos, va con la condición de ser padres, incluso cuando se trata de un resfriado. A continuación, os detallamos unos supuestos en los que hay que visitar las urgencias pediátricas de manera inmediata.

En caso de fiebre si el niño:

  • Presenta manchas pequeñas en la piel de color rojo oscuro o morado que no desaparecen al estirar la piel.
  • Está decaído, irritable o llora excesivamente siendo difícil calmarlo, es decir, hay una afectación del estado general.
  • Presenta rigidez de cuello.
  • Tiene convulsiones o ha perdido la conciencia.
  • Tiene fiebre persistente que no responde a antitérmicos.
  • Es menor de tres meses.

En caso de dolor, se recomienda administrar analgesia en casa y visitar urgencias si el niño presenta:

  • Dolor fuerte, inusual o continuo a nivel abdominal o testicular.
  • Dolor torácico fuerte e inusual.
  • Dolor de cabeza que no cede con analgesia.
  • Otalgia que no cede con analgesia.
  • Dolor de garganta acompañado de fiebre alta.

Si el niño tiene diarrea o vómitos hay que ir a urgencias si:

  • Es menor de dos meses.
  • Los vómitos son persistentes, no tolera líquidos o vomita a pesar de no comer nada.
  • Hace más de ocho deposiciones al día o estas son con sangre.
  • Tiene alguna enfermedad crónica (diabetes, insuficiencia renal...)
  • Lleva más de seis horas sin orinar.
  • Llora sin lágrima o tiene los ojos hundidos.
  • Presenta vómitos verdosos que contienen sangre o parecen en "poso de café".
  • Presenta mal estado general, hipoactividad o está muy decaído.

En caso de tener tos si:

  • Se acompaña de dificultad respiratoria (se marcan las costillas y se hunde el esternón, se oyen silbidos, respira muy rápidamente o de forma agitada...).
  • Tiene fiebre que dura más de tres días.
  • Tiene dolor de oído o supuración.
  • La tos y los mocos persisten más de 10-15 días.
  • Expectora sangre.

En caso de dolor de cabeza si:

  • Tiene fiebre, presenta dolor de cabeza intenso y vomita varias veces.
  • Duerme mucho, más de lo que es habitual, o es difícil despertarlo. O si, por el contrario, está muy irritable.
  • Tiene convulsiones.
  • Presenta otros síntomas neurológicos: por ejemplo, no ve bien, no mueve bien los brazos o piernas, anda o habla con dificultad...
  • Es muy intenso y no responde al tratamiento habitual.

En caso de traumatismo craneal si:

  • Vomita.
  • Presenta dolor de cabeza intenso o progresivo.
  • Está confundido, somnoliento, irritable o cuesta mucho despertarlo.
  • Presenta movimientos anormales, debilidad u hormigueo en las extremidades, le cuesta andar, habla o ve mal o tiene las pupilas de diferente tamaño.
  • Se observa salida de líquido o sangre por la nariz u orejas.
  • Presenta cualquier síntoma extraño o preocupante.

En caso de heridas si:

  • Las heridas son profundas.
  • Es un mordisco.
  • Son quemaduras graves o quemaduras de cualquier tipo en la cara o genitales.

En caso de reacción alérgica si:

  • Hay aparición de una erupción importante en la piel acompañada de picor.
  • Tiene inflamación en la cara, manos, labios o lengua.
  • Presenta dificultad respiratoria y para tragar.
  • Presenta dolor abdominal o vómitos.

En caso de síntomas cardíacos si:

  • Presenta una frecuencia cardíaca rápida que no cede.
  • Tiene palpitaciones o sensación de opresión en el pecho.

Bebés de tres meses si:

  • Hay rechazo de la alimentación.
  • Hay cambio de coloración.
  • Hay llanto constante o gemido.
  • Hay una afectación del estado general.

Otras posibles situaciones:

  • Ingesta de sustancias tóxicas o medicamentos no prescritos.
  • Ingesta de medicamentos en dosis superior a la prescrita.
  • Pacientes con enfermedades crónicas que tienen mayor riesgo de descompensación durante un cuadro febril agudo o infeccioso.

Dada la situación de pandemia actual, haremos unas recomendaciones excepcionales:

  • Ante sintomatología compatible con la covid-19 (fiebre, tos, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, diarreas, pérdida de olfato o gusto…), a pesar de no encontrarse en uno de los supuestos anteriormente citados, aconsejamos dirigirse a urgencias o centro de salud para hacer un diagnóstico y aislamiento rápido, así como el estudio de contactos pertinente.
  • Una vez el paciente ha sido diagnosticado de covid-19, los supuestos para reconsultar en el servicio de urgencias, si no se ha decidido ingreso en el primer momento, serían los mismos que en un niño sin coronavirus, es decir, los que hemos citado anteriormente.
  • Immunodeprimidos, cardiópatas, pacientes con enfermedades neuromusculares, encefalopatías, enfermedad respiratoria crónica y diabetes mellitus tipo 1 mal controlada, requieren una valoración especial.
  • Es probable que se haga un seguimiento telefónico de la sintomatología del niño después del diagnóstico y se entreguen normas de reconsulta por escrito, sobre todo en los pacientes menores de un año.

A pesar de los supuestos mencionados, hay que destacar que quienes mejor conocen a su hijo son los padres, de forma que, si no lo veis bien u os preocupa su estado general, visitad el servicio de urgencias.

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