Los robots tienen que pagar impuestos? | iStock

Innovación

Hacer pagar impuestos a los robots?

Que las máquinas paguen tasas al erario público es una idea "peregrina" que ahora los expertos ven cada vez más posible

Barcelona inauguraba este miércoles el primero hub de robótica colaborativa del mundo, donde dos empresas internacionales invertirán 2 millones de euros y prevén crear unos 40 lugares de trabajo. Pero si la robótica implica la aparición de nuevos lugares de trabajo muy especializados, también destruye mano de obra, y algunos sindicatos, políticos y expertos hace tiempo que reclaman que los robots paguen impuestos. De hecho, los expertos consultados por la ACN coinciden que la propuesta cada vez genera más apoyos y que "no se puede descartar" que se apliquen impuestos o se grabe el trabajo de los robots, y "muy rápido". Desde el sector, pero, se rechazan estas iniciativas, argumentando que los robots ayudan a los trabajadores a ser más "eficientes".

El hub de robótica colaborativa inaugurado esta semana en Barcelona, con más de 1.500 metros cuadrados, quiere acontecer la sede del sur de Europa del primer fabricante de robots colaborativos del mundo, Universal Robots, y el fabricante danés Mobile Industrial Robtos. Además, incluye un centro de formación y un espacio de exposición de los robots de la compañía y el Gobierno lo considera clave.

"Es un problema que se automatice el trabajo, pero la consecuencia no es que tengan que pagar impuestos los robots mismos, sino que los paguen las personas que deciden utilizarlos, y que se grabe sobre el capital, no el trabajo", afirma la ACN Andrea Rea, jefa de política de regulación, innovación y economía digital del think tank europeo CEPS.

La robótica sigue avanzando mientras sindicados, empresarios e investigadores admiten que su tributación es un debate que se tendrá que abordar

El secretario general de la UGT, Josep Maria Álvarez, ya propuso hace tres años crear un impuesto a los robots porque cada vez hay más empresas en que estas máquinas sustituyen tareas que hasta ahora hacían personas. Una idea que desde el sindicato admiten que al principio se veía cómo extraña, pero que cada vez tiene más adeptos.

El trabajo de los robots "se tiene que grabar", afirma a la ACN la portavoz de Industria, Construcción y Agro de UGT de Catalunya, Alicia Buil. La representante del sindicato explica que la propuesta se plantea para dar respuesta a una situación en que desaparecerán los lugares de trabajo más manuales y habrá más personas al paro que no cotizarán.

La propuesta de la UGT pasa porque los robots coticen a la Seguridad Social como lo harían los trabajadores o bien que se cree un impuesto para grabarlos. El pago del mismo tendría que ir a cargo o bien del propio robot creando una personalidad electrónica –debate que se ha tratado a nivel europeo- o bien lo tendría que asumir la empresa por el uso que hace.

"La decisión que un robot tenga que pagar impuestos equivale a que tenga personalidad jurídica y esto no se ha decidido", explica Andrea Rea desde Bruselas. Según él, quien tiene que pagar son "las empresas que deciden utilizar" los robots, y no las máquinas con algún tipo de personalidad electrónica.

Desde UGT, Buil admite que se está al inicio del camino pero también alerta que todo "puede ir muy rápido" puesto que en su día la propuesta del sindicato pareció "peregrina" y, en cambio, ahora ya se ha hablado en el Foro de Davos e incluso la mencionen Bill Gates o el premio Nobel de Economía Robert Schiller.

Més info: Un sindicato por los robots?

Para el profesor de la Universitat de Barcelona e investigador del Instituto de Economía de Barcelona (IEB), José Maria Duran-Cabré, "no se puede descartar" que se acabe aplicando el impuesto.

El investigador insiste que la robotización comportará la sustitución de puestos de trabajo que hasta ahora realizan personas y, por lo tanto, el consecuente aumento de parados y la reducción de la recaudación a través de los impuestos al trabajo.

Sobre la tipología de impuesto a aplicar, él apunta que podría ser un gravamen por un hipotético salario o bien grabar el propio valor del robot. En todo caso, apunta que lo que sí está claro es que la robotización aumentará la desigualdad salarial.

En cambio, el presidente de Universal Robots, Jürgen von Hollen, rechaza frontalmente este tipo de impuestos. Von Hollen considera que los robots, en concreto los colaborativos, son una "herramienta", como un "martillo", y que, por lo tanto, no tendrían que pagar tasas. El directivo defiende que este tipo de instrumentos no sustituyen a las personas, sino, al contrario, les permiten ser "más eficaces y efectivas".

En este sentido, Andrea Rea del CEPS recuerda que tradicionalmente se han aplicado unos impuestos más elevados sobre el trabajo que sobre el capital para impulsar y "incentivar" la industrialización, y exige un cambio. Así, este experto europeo apuesta por una especie de "tasa de redistribución" que "responsabilice a las empresas por la decisión de no poner trabajadores a los lugares de trabajo y poner robots".

"En política pública tenemos que crear un incentivo para preservar un equilibrio entre el trabajo físico humano y el capital, que son los robots y la inteligencia artificial", destaca Rea, que no se partidario de grabar los robots como si fueran trabajadores –es decir, aplicándoles un IRPF o una cuota de la seguridad social.

Para Duran-Cabré el debate no es nuevo, porque en el pasado las máquinas ya habían yendo sustituyendo trabajo que hacían las personas, pero hasta ahora la economía siempre ha podido absorber los cambios con la creación de nuevos sectores y nuevos puestos de trabajo, y ahora esto no está claro. "Lo que sería nuevo es si se extiende mucho más y la economía no es capaz de absorber y reorganizarse creando puestos de trabajo alternativos en otros sectores", declara.

Una decisión compartida por la comunidad internacional

Según el investigador de la UB, la decisión de grabar los robots no llegará de manera unilateral por parte de ningún país puesto que esto afectaría su competitividad. En este sentido, apuesta porque sea una decisión que se decida en organismos internacionales como la Unión Europea (UE).

Pero Andrea Rea ve complicado que la Unión Europea legisle para todos los estados. En cambio, apuesta por introducir incentivos para reclamar a través del semestre europeo –los exámenes bianuales que hace la Comisión Europea a los estados sobre su economía- la implantación de tasas de este tipo.

Con todo, admite que es muy complicado y recuerda que la UE ni siquiera está consiguiendo ponerse de acuerdo sobre la llamada Google Tax, el impuesto sobre las grandes tecnológicas que trabajan en muchos países y no acaban tributando en cabeza.

La idea de hacer pagar a los robots, en todo caso, no es nueva en Bruselas. El 2015 la eurodiputada socialista por Luxemburgo Mady Delvaux ya pedía a la Comisión Europea (CE) estudiar los retos y oportunidades de la entrada de los robots en el mercado laboral y su impacto en la Seguridad Social. Dos años después, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que pedía a la Comisión legislar sobre robótica e inteligencia artificial para aprovechar el potencial económico y garantizar los mismos niveles de seguridad en todos los países miembro. Se rechazó, pero, la posibilidad de grabar con un impuesto los robots para compensar los puestos de trabajo que se destruyeran, a pesar de que la idea salía en el texto inicial.

El tema volvió a surgir en febrero de este mismo año, cuando una resolución del Parlamento Europeo pidió "repensar y rediseñar las políticas del mercado laboral, seguridad social y fiscalidad" ante el "gran impacto" que la robótica tendrá en las relaciones industriales.

En el Estado, en febrero de este año la comisión del Pacto de Toledo redactó un borrador en el que recomendaba buscar vías alternativas de financiación de la Seguridad Social como consecuencia de la robotización y abría la puerta a la cotización de robots. Aún así, el acuerdo no salió adelante por falta de acuerdo entre los partidos.