Las viejas razones del mundo

'Razones Públicas' introduce las principales tendencias filosóficas y sociales recientes con un estilo divulgativo y una bibliografía profunda

Imagen de la Universidad de Jena, donde se doctoró Karl Marx con una tesis sobre Epicur Imagen de la Universidad de Jena, donde se doctoró Karl Marx con una tesis sobre Epicur

Ya hace cerca de una década que los franceses Pierre Laval y Christian Dardot, fundadores del grupo de investigación Question Marx y dos de los grandes expertos en el pensador de Tréveris , hicieron su reflexión alrededor de La nueva razón del mundo, un ensayo que explora la genealogía, la implantación y la victoria del que consideran más allá de una ideología, una racionalidad rectora: el neoliberalismo. En una tesis que han recogido autoras como la profesora de Berkeley Wendy Brown, los franceses leen al núcleo de la racionalidad contemporánea una misma fuente, que "hace de la competencia la norma universal de los comportamientos, sin dejar intacta ninguna esfera de la existencia humana".

Un fin de la historia cómo la que puede sugerir una lectura de esta tesis es – como todas – cuestionable, y en mujer buena cuenta la multiplicidad de ya no soluciones, sino problematitzacions del ser social y sus condiciones que encara hoy están al núcleo de discusiones y conflictos a todos los niveles. La compilación de ensayos Razones Públicas (Ariel, 2021), editado por los profesores Íñigo González Ricoy y Jahel Queralt, ofrece, con pretensiones divulgativas y un estilo dinámico – "han tenido tiempo para escribir una carta más corta", recuerdan – una primera mirada, y un camino de profundización, a muchas de estas tendencias, problematitzacions y escuelas filosóficas, económicas y políticas contemporáneas.

El recopilatorio se articula alrededor de cuatro grandes ejes conceptuales. En primer lugar, el capítulo Teorías Políticas visita algunas de las tendencias de pensamiento que han marcado la modernidad. Desde el liberalismo al nacionalismo, pasando por el marxismo, el feminismo o la teoría republicana, Razones Públicas ofrece, con diferentes grados de análisis y descripción, una puerta de entrada en escuelas y narrativas de la mano de firmas relevantes de la academia española e hispana cómo Eduardo Rivera López, profesor-investigador a la portenya Torcuato di Tella; o Silvina Álvarez, profesora de filosofía del Derecho de la UAM que ha pasado por las aulas de la UPF, Oxford o Sussex.

La exploración de la Justicia y los derechos gira alrededor de cuestiones cómo la redistribución o la centralidad de los DDHH en los análisis políticos y filosóficas – con un especialmente interesante capítulo dedicado a la Justicia Global, que plantea cuestiones cómo el eurocentrismo del concepto, la carencia de agencia del que podría ser su sujeto político "los más necesidades", o la prevalencia del Estado Nación como órgano primero de la justicia. Antes, sin embargo, el libro entra a su espacio más descriptivo con el capítulo dedicado a y Estado Instituciones, en que se discute desde la Estado de Derecho al desarrollo del concepto de Democracia, sus variantes en diferentes escuelas de pensamiento y su alcance. La obra cierra con un apartado dedicado a Cuestiones Prácticas, en que su discurso aterriza y la discusión en cuestiones más inmediatamente materiales, cómo el medio ambiente, las políticas sociales, la asistencia sanitaria o los derechos de los animales.

El valor de la genealogía

Algunas de las aportaciones más valiosas de Razones Públicas, un recopilatorio assagístic y divulgativo en si bastante operativo para su propósito, son aquellas que van más allá de la descripción y ofrecen perspectivas complejas, a menudo conflictivas, de las tendencias que exponen – a menudo concentradas en el primer apartado, el dedicado a la teoría política. Algunas de las apreciaciones, y de las puertas que estas abren una vez leído el ensayo en cuestión a la hora de profundizar en estos temas.

Especialmente interesante es la aportación del profesor de la Universitat de Barcelona Félix Ovejero alrededor del marxismo, con referencias bibliográficas de gran valor que a menudo no ocupan las primeras líneas de la academia, ni dentro de la misma escuela ni cuando se habla de ella – como es el caso de las citas a Erik Olin Wright y su perspectiva relacional en la formación de la clase como sujeto. Se puede atribuir al texto cierto conflicto a la hora de analizar la obra de Marx hacia los planteamientos de sus seguidores – a pesar de que, muy inteligentemente, separa los planteamientos marxianos de algunos de los postulados más parcamente fundamentados de una tradición marxista a veces torpe. Llama la atención, en este sentido, la decisión de no servirse del Capital, obra que algunos consideran único representante de los postulados del Marx maduro y con una alta carga filosófica, como constatan autores de la talla de Fernández Líria o Martínez Marzoa.

Similarmente valiosas son las aportaciones alrededor del Republicanismo que ofrece el profesor de la UCM Andrés de Francisco, con un debate vive con varias formas de entender la teoría republicana que prescinden de algunos de los postulados de más "radicalidad psicológico-moral de la ética antigua", valorando la crítica de Gourevitch al republicanismo de libre mercado del siglo XIX. Con una igualmente profunda lista de referencias bibliográficas, a menudo contradictorias, a menudo debatidas, el apartado dedicado al feminismo que firman las profesoras Cristina Sánchez y Silvina Álvarez, que hace una detallada historia de las oleadas del movimiento y sus planteamientos. La valoración de la crítica feminismo al universalismo substitutorio de la ilustración, acompañada de una disección de los debates que ocupan la academia y el movimiento desde sus orígenes hasta la actualidad, sirven como herramienta para comprender su alcance y su necesidad.

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