"Los políticos son todos unos fracasados"

Del encanto de la mediocridad a la dictadura de los incompetentes

Pep Guardiola durante un partido de la Premier League. | EP Pep Guardiola durante un partido de la Premier League. | EP

"Esto no lo hemos provocado ni tú ni yo ni nadie... ¿Dónde está la OTAN? ¿Dónde están los Estados Unidos? ¿Dónde está la Unión Europea? Para intentar -ahora ya es tarde- evitar esto. Es el fracaso absoluto del ser humano. Es el fracaso absoluto de las instituciones políticas. Los políticos solo están para qué podamos vivir algo mejor. Nosotros somos los que trabajamos y pagamos impuestos. Ellos solo se tienen que preocupar de que estas cosas no pasen. Solo. Son todos unos fracasados. Todos."

Estas declaraciones que hicieron la vuelta al mundo hace apenas un mes son obra del entrenador y exfutbolista Pep Guardiola en Eleven durante una plácida noche de Champions League. Una reflexión que podría haber hecho el mismo Johan Cruyff, recordando también frases míticas cómo "si tú tienes la pelota, el rival no la tiene", "si no puedes ganar, asegúrate de no perder" o "en el reino de los ciegos, el bizco es el rey, pero sigue siendo bizco". Palabras que van mucho más allá del fútbol.

Guardiola: "Los políticos solo están para qué podamos vivir algo mejor. Nosotros somos los que trabajamos y pagamos impuestos... Son todos unos fracasados"

En una cena reciente del colectivo de La Milanesa de Messi, Jordi Basté lo explicó mejor que nadie cuando aseguró que "Pep dice lo que piensa y se hace escuchar, hable de lo que hable. Estoy a favor de esta gente que se hace querer y que se quiere involucrar. La gente que pasa desapercibida en el siglo XXI, lo mejor que puede hacer es encerrarse en casa. Los que quieren decir y quieren hacer, estos son de los míos."

Més info: Un Dry Martini con Xavier Marcet

Estoy de acuerdo. La invasión de Rusia en Ucrania es un fracaso absoluto del ser humano, de las instituciones políticas y de los políticos. No soy partidario de poner a todo el mundo en el mismo saco, pero hay muchos que hace tiempo que se lo han ganado a pulso. Efectivamente, la pelota solo la puede tener uno y vale más empatar que perder asumiendo, pero, que todo el mundo quiere ganar ahora y siempre. Y sí, los míos también son los que quieren decir y hacer -y sobretodo hacen lo que dicen- cómo Pep Guardiola o Johan Cruyff.

Esquivar la mediocridad

Todo ello, me recuerda a Xavier Marcet y a su filosofía de crecer haciendo crecer, después de esquivar la mediocridad. "Los mejores líderes suman ambición y humildad. Líderes que sean el faro contra el mal de altura, la arrogancia y la autocomplacencia", aseguraba a trago de Dry Martini. Otro titular clásico suyo: "Es más barato ser auténtico que hacerlo ver". El consultor Xavier Marcet es auténtico y es de los míos. O dicho de otro modo y con su permiso, yo soy de los suyos.

El dulce encanto de la mediocridad. Así es cómo se titula uno de los últimos artículos de Alfons Duran-Pich en su blog donde recuerda que la mediocridad viene del latín y significa "moderación", "punto justo" o "término medio". Platón, Aristóteles, Horacio, Warhol, Ortega y Gasset... Muchos han hablado de ello a su manera y desde su filosofía. "Estoy de acuerdo con el sociólogo Alain Deneault cuando denuncia que los mediocres han cogido el poder, anestesiando con sus mensajes el resto de la población", escribe Duran-Pich.

Duran-Pich: "Estoy de acuerdo con el sociólogo Alain Deneault cuando denuncia que los mediocres han cogido el poder, anestesiando con sus mensajes el resto de la población"

El economista añade de forma prácticamente magistral: "Para ello se han valido de un lenguaje que parecería  moderno si estuviéramos a finales del XVIII, en pleno cambio de paradigma. Insisten en el pragmatismo, en el “buen gobierno”, en lo vendible, en lo presentable, en lo apolítico, en lo correcto, en la eficacia en el cumplimiento de las tareas encomendadas, en el papel clave de los “expertos”, en el “día a día” sin horizonte, en la especialización llevada al extremo, en las “medidas equilibradas”, en la excelencia (sin pasarse), en desarrollar protocolos, en predicar “lo inevitable”.

¿De quién es culpa la mediocridad? ¿De la historia o del poder? ¿De quién la hace o de quién la aplaude? 

En este mismo sentido, Xavier Roig tiene un libro titulado La dictadura de la incompetència (La Campana) donde hace referencia a "la sociedad civil como especie amenazada" y reivindica tanto la iniciativa privada cómo la libertad más allá de vicios, trampas y "relaciones promiscuas entre cierto poder económico, el progresismo mal entendido y el poder político". Eso sí, lejos de "la cultura de la queja" y cerca de "la conciencia ciudadana y empresarial".

Estoy de acuerdo. NO rotundo a la mediocridad, sea cuál sea su encanto "moderado". Esquivémosla. NO rotundo a la incompetencia, sea cuál sea su vicio o su trampa y todavía menos su dictadura. SÍ rotundo a la autenticidad y a los líderes ambiciosos y humildes. SÍ rotundo al pensamiento crítico, la conciencia y la (re)construcción.

NO rotundo a la mediocridad y la incompetencia. SÍ rotundo a la autenticidad y a los líderes ambiciosos y humildes. SÍ rotundo al pensamiento crítico, la conciencia y la (re)construcción

Cuidado con los estúpidos

"Cuidado, hay muchos estúpidos cerca tuyo", alerta Genís Roca en un artículo de opinión en VIA Empresa. Estaban, están y estarán. Según el texto del historiador Carlo M. Cipolla, no son incautos ni inteligentes, tampoco malvados sino que son directamente estúpidos y esto tiene consecuencias medibles en cinco leyes fundamentales que merece la pena tener a mano. Su poder va desde la mafia hasta la ONU o el Club Bilderberg.

"Frente a un individuo estúpido siempre estamos desarmados. Dado que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a ninguna regla racional, el resultado es que su ataque siempre nos coge por sorpresa. Incluso cuando tenemos constancia del ataque no somos capaces de organizar una defensa racional, porque el ataque no tiene ninguna estructura racional", asegura Roca.

Por último, recuerdo el título de la obra La cena de los idiotas (Le Dîner de cons en versión original) del dramaturgo Francis Veber estrenada en 1993 en el Théatre des Variétés de París. Ahora también dirigida por Pep Antón Gómez en el Teatro Borràs de Barcelona. Una lluvia de ideas: la lejía de Donald Trump para luchar contra la pandemia, la fiesta covid de Boris Johnson en Downing Street, la justificación para celebrar el Mundial de futbol cada dos años de Giovanni Infantino... Y tantísimos otros ejemplos recientes y para la historia.

Los próximos protagonistas de la cena de los idiotas están en vuestras manos. Y recordad que la fiesta la pagamos entre todos. Del fracaso de los políticos al éxito de la política. 

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Cuidado, hay muchos estúpidos a tu alrededor
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