Cuidado, hay muchos estúpidos a tu alrededor

Carlo M. Cipolla (1922-2000) es un historiador económico italiano con una sólida carrera académica que inició estudiando en Pavia, la Sorbona y la London School of Economics y que le llevó a ejercer en distintas universidades italianas para finalmente merecer una cátedra en Berkeley. Escribió mucho y bien, pero aquello por lo que será recordado es por un texto muy breve que publicó en 1988: “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”. Delicioso e indispensable.

Dice Cipolla que todos los seres humanos se pueden clasificar en una de estas cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos.

Los incautos. Seguro que recordamos alguna ocasión en que una persona ha hecho una acción (debe ser ella quien la inicia) que ha tenido como resultado una pérdida para ella y un beneficio para nosotros. Hemos entrado en contacto con un incauto.

Los inteligentes. De la misma manera, nos vienen a la memoria ocasiones en que un individuo hace una acción de la que ambas partes sacamos un provecho: se trata de una persona inteligente.

Los malvados. Todos nosotros recordamos ocasiones en que, lamentablemente, hemos estado en relación con un individuo que ha conseguido un beneficio provocándonos una pérdida a nosotros: estamos ante un malvado.

Los estúpidos. Nuestra vida está repleta de ocasiones en que sufrimos pérdida de dinero, tiempo, energía, tranquilidad y buen humor por culpa de las acciones de alguna absurda criatura a quien, en el momento más impensable e inconveniente, se le ocurre provocarnos daños, frustraciones y dificultades sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con ello. Nadie sabe ni entiende o puede explicar porqué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe ninguna explicación, o mejor dicho, sólo existe una explicación: la persona en cuestión es estúpida. La mayoría de las personas estúpidas son fundamentalmente y firmemente estúpidas, en otras palabras, insisten con perseverancia en provocar males o pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas. Pero aún hay más: existen personas que con sus increíbles acciones no sólo hacen daño a otras personas, sino que también se lo causan a ellas mismas. Estas personas pertenecen al género de los súper-estúpidos.

Més info: Cebrián: "Hay muchos idiotas y corruptos en los puestos de poder"

Carlo M. Cipolla afirma que los estúpidos no sólo existen, sino que forman un grupo real más poderoso que cualquier gran organización que podamos imaginar, desde la mafia hasta la ONU pasando por el Club Bilderberg. Los estúpidos son un grupo no organizado que funciona sin leyes ni reglamentos, que no tiene jefes, líderes ni estatutos, pero consigue igualmente un increíble efecto coordinado. En su texto Cipolla analiza la distribución de la frecuencia, la probabilidad que tenemos de tropezar con un estúpido, y también la relación existente entre la estupidez y el poder. Si bien es cierto que hay factores genéticos que favorecen que los hijos de un estúpido también sean estúpidos, afirma Cipolla que hay un inquietante alto porcentaje de estúpidos entre las personas que ocupan cargos de poder. Por todo ello Cipolla se dedicó a estudiarlos y llegó a unas conclusiones que sintetizó en sus maravillosas y agudas “Leyes fundamentales de la estupidez humana”.

Carlo M. Cipolla afirma que los estúpidos no sólo existen, sino que forman un grupo real más poderoso que cualquier gran organización que podamos imaginar, desde la mafia hasta la ONU pasando por el Club Bilderberg

Primera Ley Fundamental. Siempre y de manera inevitable cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

Segunda Ley Fundamental. La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

Tercera Ley Fundamental. Una persona estúpida es una persona que hace daño a otra o a un grupo de personas sin obtener, a la vez, ningún provecho para si mismo, o incluso, obteniendo un perjuicio.

Cuarta Ley Fundamental. Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y bajo cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos provoca de manera infalible un error que se acabará pagando caro.

Quinta Ley Fundamental. La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado.

Ante un individuo estúpido siempre estamos desarmados. Dado que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a ninguna regla racional, el resultado es que su ataque siempre nos coge por sorpresa. Incluso cuando tenemos constancia del ataque no somos capaces de organizar una defensa racional, porque el ataque no tiene ninguna estructura racional.

Así que ve con cuidado, hay muchos estúpidos a tu alrededor. Quizás ahora entiendes más algunas cosas que pasan. 

Hoy Destacamos
Lo más leido