Demasiada formación para tan poca trabajo

El mercado laboral en Cataluña sigue sufriendo un desajust entre la formación de su población activa y las ocupaciones que crea el sistema productivo

La formación y la ocupación en Cataluña siguen sin encajar. Mientras un 40% de la población activa tiene un nivel formativo alto, sólo un 23,4% de los puestos de trabajo requieren esta capacitación. "El nivel formativo no se ajusta al nivel de los puestos de trabajo que ofrece el mercado", evidencia Modesto Guinjoan, que esta mañana de lunes ha presentado el último informe de Pimec sobre Formación y ocupación en Cataluña y comparativa con algunos países europeos. Pero dónde es el problema, en la sobrecalificación o en la incapacidad del mercado para generar puestos de trabajo de alta calificación? La respuesta no parece clara, pero desde Pimec insisten a apostar para potenciar la formación profesional como primer intento para corregir la situación.

"Si se potenciara esta banda mediana el nivel de competitividad y desarrollo se resentiría positivamente", ha aventurado un Modesto Guinjoan que, aún así, reconoce que corregir estos desajustos "comportará un decalaje que probablemente no se resolverá antes de 10 años".

Trabajo y trabajadores que no encajan
El análisis que ha presentado el informe de Pimec pone de manifiesto como la mayoría de los puestos de trabajo en Cataluña requieren una baja calificación (40,1%). Guinjoan ha lamentado en este sentido el impacto que tienen sectores como el turismo o el comercio: "No es el mismo ser camarero en Cataluña que en Austria, donde cobran cuatro veces más".

Font: Pimec con datos del INE



El 36,5% de los lugares de trabajan requieren una formación mediana, mientras que sólo un 23,4% de trabajos piden una capacitación profesional elevada. Estas cifras contrastan con el perfil de la población activa catalana, que en un 40% tiene una formación alta, por un 22,8% media y un 37,2% baja. El resultado? "Muchas personas ocupan un lugar por debajo de su capacidad", lamenta Guinjoan.

Lejos de Europa
Si se comparan estos datos con países europeos de unas dimensiones similares en Cataluña (Austria, Bélgica, Dinamarca u Holanda), las diferencias saltan a la vista especialmente en el rango mediano. "Tenemos exceso de puestos de trabajo de baja calificación", dice Guinjoan. A pesar de tener unos niveles similares en formación universitaria, los desajustos vienen en formación mediana y baja. "Tenemos un déficit del 23% en formación mediana, y un exceso del 24% en formación baja", añade.

Por Guinjoan es especialmente relevando la carencia de población con capacidades técnicas asociadas a la formación profesional. "Hay una relación notable entre la formación mediana y el PIB per cápita", asegura.

Si la comparación se hace con Alemania, país que señalan desde Pimec como referencia en el campo de la formación profesional, se observa como al país germánico se crean muchos menos puestos de trabajo de baja calificación. Además, sólo un 13% de la población activa alemana tiene calificación baja. En cuanto a población activa con calificación mediana, en Alemania es casi del 60% y en Cataluña sólo del 20%. "Alemania probablemente es un caso extremo de excelencia en formación profesional, pero también de reciclaje de trabajadores y de cultivar las competencias profesionales para ser una economía competitiva", resalta Guinjoan.

Font: Pimec con datos de Eurostat e INE



FP, una inversión
Antoni Cañete, secretario general de Pimec, ha puesto sobre la mesa que "por una vez se ponga la demanda por ante la oferta". Es decir, ha reclamado tener en cuenta las necesidades de las empresas a la hora de formar los futuros trabajadores. Cañete ha resaltado "la importancia de los recursos que dedicamos como sociedad a la formación"; constatando, a su entender, que "lo estamos haciendo a la inversa con un coste muy elevado para las personas, la sobrecalificación; y para las empresas, que tienen menos competitividad".

El dirigente de Pimec insiste en la demanda insatisfecha de profesionales en ámbitos técnicos que sufren las empresas. "Tenemos universitarios ocupando lugares de técnico, pero porque no hay técnicos". Todo ello por el que considera "una cultura de querer tener la máxima titulación".

Con este panorama, desde la patronal de las pymes catalanas reclaman desplegar con criterio la Ley 10/2015, que por primera vez hace mención de la importancia de la formación profesional. Cañete ha animado a replantear enunciados tan de moda como el de la formación dual. "Es fácil hacerla a la Nissan o a la Seat, pero no en un país donde casi todas las empresas tienen menos de cinco trabajadores", ha asegurado ofreciendo espacios como los gremios para llevarla a cabo.

La orientación, clave
La clave de vuelta, indica el dirigente de Pimec, se encuentra en la orientación profesional. "Tiene que ser aquí la ensambladura. Este es uno de los grandes errores que venimos arrastrando desde la LOGSE. Tenemos itinerarios de formación muy complejos con una orientación del todo insuficiente, sin recursos ni profesionalización". Una carencia de orientación que se acaba traduciendo a menudo en abandono de los estudios, índice donde España es líder a escala europea.

Por Pimec "hay que garantizar más coordinación entre políticas de ocupación y formación", ha dicho Cañete; que ha invitado a considerar el coste de la formación profesional "como una inversión y no un gasto". Por eso la patronal propone facilidades fiscales que reconozcan el papel formativo de la empresa.

Finalmente, la patronal insta a crear la Agencia Pública de Formación y Calificación Profesionales, tal como marca la Ley 10/2015, y adscribirla al Departamento de Presidencia o al más cercano al mundo de la empresa.

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