Niño Becerra: "El estándar de vida bajará hasta niveles de los 80"

El economista no ve rastros de salida de la crisis en ninguna parte: "El paro sube, la deuda pública crece y la tasa de pobreza no se reduce"

Santiago Niño Becerra fue uno de los primeros economistas que pronosticó la actual crisis económica. Corría el año 2005 y una aparente bonanza y abundancia económica reinaba en los grandes estados de Europa. Fue entonces cuando el catedrático de Estructura Económica del Instituto Químico de Sarriá (IQS) de la Universidad Ramon Lull advirtió los síntomas de una enfermedad ahora grave e irreversible. Ocho años después recopila una completa antología de artículos para formar Diario del crash, libro que ha presentado este jueves.

1. Un pescado que se muerde la cola
Niño Becerra ha descrito con cruel claridad la situación económica del Estado español: "España tiene un modelo de bajo valor añadido, de rentabilidad corta. Esto ha sido así desde hace muchos años". Un punto de partida que genera los males endémicos de las finanzas españolas: "El PIB español creció en base de deuda. De un dinero que no eran suyos, sino de los potentes países del Europa central. Y el problema de esto es que las deudas se tienen que pagar".

Esto provoca que España esté hoy por hoy "totalmente colapsada": "El Estado necesita crecer para pagar la deuda, pero no lo hace y cuando crezca sólo lo hará nos cifres tan bajas que sólo dará para pagar los intereses de la deuda", pronostica.

2. España no tiene voz
El catedrático de Estructura Económica insiste en la idea de una Europa más unida y con más colaboración. En este contexto, pero, lamenta la invisibilidad y poco poder de España a la mesa donde se toman las grandes decisiones: "El Estado español tiene un montón de problemas que empiezan en el siglo XVI y derivan a la actualidad, cuando no pintamos nada en el contexto internacional".

3. Las empresas catalanas
Santiago Niño Becerra ha sido claro a la hora de definir las debilidades y fortalezas del tejido empresarial catalán: "La principal desventaja es que el catalán, por norma, es mucho individualista y necesita cambiar el chip. En cambio, la gran ventaja es que dispone de pymes con buenas posibilidades. Superando el individualismo, innovando y trabajando para otros, el tejido empresarial catalán integrarse en clústeres potentes y salir adelante".

4. La raíz de la independencia es económico
El economista barcelonés ha valorado el proceso soberanista catalán en declaraciones a VIAempresa y lo ha considerado un tema de origen económico: "Pienso que Cataluña tiene un problema de autonomía económica. La demanda de independencia política es un subproducto de la independencia económica", ha subrayado el catedrático, antes de ejemplificar que no se imagina "una Vía Catalana con tanto apoyo popular hace ocho años, cuando la gente consideraba que había bonanza económica".

El profesor del IQS School of Manegement, en este sentido, ha apuntado que el que reclama Cataluña es independencia económica: "Creo que si en Cataluña le dieran el concierto económico vasco más algunas competencias como las que está reclamando el País Vasco, se disolvería en buena mide parte de este sentimiento soberanista".

5. El sistema resistirá

Niño Becerra ve una Europa en problemas, pero una Europa que no se romperá: "No estallará nada. El caos no le interesa a nadie. Siempre se llegarán a acuerdos y consensos". Para ejemplificarlo, ha señalado el caso de Grecia, en una situación muy delicada pero a las puertas de un tercer rescate económico. Para resistir, pero, el catedrático no tiene ninguna duda que "los países que están en una situación menos mala tendrán que poner más dinero sobre la mesa".


De hecho, el profesor del IQS ha pronosticado que se acabarán para asumir –aunque no guste, en especial en los bancos– los finiquitos de deuda en las elevadísimas deudas públicas y privados que mantienen los estados y los particulares.

6. Un euro fuerte
El catedrático de Estructura Económica ha encontrado curioso que desde hace medio año se haya dejado de hablar del euro y de sus supuestos problemas y ha predicho una moneda única europea cada vez más importante: "Vamos hacia más euro, con más integración y mayor unificación. Se profundizará en la moneda única, pero con más regulaciones".

7. Sin rastros de optimismo
Pronosticó la crisis pero no ve el final. Consultado sobre los primeros síntomas de recuperación económica, de los primeros brotes verdes de quienes algunas instituciones hablan, Niño Becerra ha borrado cualquier rastro de optimismo: "Yo no veo síntomas en ninguna parte, al contrario, el paro sube, la deuda pública crece, y la tasa de pobreza no se reduce".

8. Viviremos como en 80

"El nivel de vida que hemos conocido no lo recuperaremos". Santiago Niño Becerra ha querido dejar claro que estamos en un punto de no regreso, que la época de bonanza que hemos conocido ya no la volveremos a encontrar: "El estándar de vida bajará. Hay estudios que apuntan a que el nivel de vida de los españoles retrocederá hasta el estado de los años 80".

De hecho, ha destacado que "la economía de los últimos 25 años se ha basado mucho en las expectativas. Y ahora mismo, las expectativas son muy malas".

9. Una Europa de clústeres
Cuál será, pues, el escenario económico y social de Europa en un horizonte de aquí cinco años?: "Las consecuencias de la crisis hace que cada vez haya más coordinación. Los políticos y los estados pintarán cada vez menos. Pasaremos de una Europa de los países en una Europa de los clústeres y se crearán redes de coordinación entre estas zonas con más posibilidades y recursos económicos". En resumen, "los estados tendrán menos competencias, los grandes protagonistas serán los clústeres".

10. Problema de crédito
Finalmente, Santiago Niño Becerra también ha reseguido la crisis financiera del país. El catedrático barcelonés ha expresado que "los bancos tienen dos megaproblemes: una deuda propia bestial y unos activos que tienen mucho menos valor del que refleja su balance. Los bancos no tienen dinero".

Además, ante la sequía del crédito, el profesor del IQS ha aseverado que uno de los grandes problemas es que en España tampoco "no hay demanda solvente de crédito". En este sentido, "el crédito en el Estado español ha caído más de 300.000 millones los últimos años y seguirá de hacia caída".

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