Una subida empinada por el salario mínimo

El aumento de los sueldos, que este jueves discutirán sindicatos, patronales y Ejecutivo, choca con el 'intratable' objetivo de déficit del Gobierno español

"Nadie con una jornada laboral completa cobra por debajo del salario mínimo porque sería ilegal". Estas declaraciones de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, hechos al Congreso de los Diputados no son paso mentida, si bien en España, 3,7 millones de asalariados ganan menos de 300 euros al mes y casi 1,7 millones de ocupados trabajan a tiempo parcial porque no encuentran un trabajo a tiempo completo. Sea como fuere, la ministra se ha enganchado los dedos con uno de los temas que el nuevo Ejecutivo tiene sobre la mesa, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), un tema controvertido que esta tarde de jueves se discutirá al Ministerio de Trabajo, pero a puerta cerrada, en una reunión de trabajo en que no participará Báñez pero sí los representantes de sindicatos y empresarios.

A diferencia de España, en países como Dinamarca, Italia, Chipre, Austria, Finlandia y Suecia el salario mínimo no está fijado por ley. Aquí el incremento del SMI lo acuerdan patronales y sindicatos en negociación, pero es previsible que el acuerdo tope con las condiciones del Gobierno de Mariano Rajoy: cumplimiento del déficit y no liquidar las reformas logradas hasta ahora. La propuesta del Ejecutivo pasa por una revalorización del SMI de entre cuatro y ocho años mientras los sindicatos creen que se tiene que hacer en una legislatura.

Por su parte, los sindicatos instan el Gobierno español a elevar progresivamente el SMI desde los 655 euros actuales a un total de 800 euros mensuales el 2017 para llegar el 2020 cerca de 1.000 euros, hecho que equivaldría al 60% del salario mediano, tal como establece la Carta Social Europea. Esta última cuantía, señalan, permitiría recuperar el poder adquisitivo perdido por el salario mínimo los últimos años y lo aproximaría a los existentes a la UE-15. Según denuncian, las "erróneas" políticas económicas aplicadas desde el 2010 han provocado que en los últimos siete años los hogares españoles hayan perdido de media un 13% de su renta, que un 35% de los asalariados (casi 5,9 millones de personas) reciba una remuneración inferior al SMI y que un 28,6% de la población española esté en riesgo de pobreza o exclusión social, casi cinco puntos más que el 2008.

El que es sagrado por Rajoy
Aun así, CCOO y UGT argumentan que el SMI, que afecta los trabajadores que perciben los salarios más bajos, ha sufrido una pérdida de poder adquisitivo de 2,7 puntos los últimos cinco años, pues sus subidas nominales en este periodo han sido "irrisòries", sólo menos de 14 euros, un 2,1%.

"Tenemos un Gobierno que amenaza de aplicar el artículo 135 de la Constitución, que marca el límite presupuestario, para vetar aquellas iniciativas que tiendan a equilibrar las relaciones entre trabajadores y empresa como por ejemplo la de subir el salario mínimo", ha afirmado el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, en un encuentro con empresarios organizada por el Observatorio Colón el pasado jueves al Club de Polo de Barcelona. Y el temor de los sindicatos está fundamentado, puesto que una subida del SMI impactaría en los Presupuestos Generales del Sido porque las cantidades mínimas y máximas de las prestaciones derivadas del salario, como por ejemplo el paro y la maternidad, se calculan de acuerdo con el SMI. Y estas prestaciones se pagan vía Presupuestos. Y si se disparan, afectarían la deuda. Y la deuda es sagrada por Rajoy.

A la vez, la aritmética parlamentaria choca con los objetivos de Rajoy. Así, el Congreso ha aprobado este 21 de noviembre una propuesta de Unidos Podemos-En común Podemos-En Marea por la subida del SMI en linea con el que mandan los sindicatos a la vez que el PSOE ha exigido este jueves al Gobierno español, a través de su portavoz parlamentario Antonio Hernando, una subida del SMI de un 8% para apoyar al objetivo de déficitpara el 2017.

 

 

 

Los salarios mínimos en Europa
La situación en España dista de la otros países europeos, puesto que cómo se puede ver al mapa (hay que desplazarse por encima de cada país para obtener la cifra del salario mensual de cada zona), el ranking de la Unión Europea lo lidera Luxemburgo: 1.923 euros mensuales, seguido de Irlanda, con 1.546 euros. En este país, tal como establece Eurostat –responsable de la elaboración del ranking europeo- el salario no se establece por mes sino que sale de multiplicar el precio por hora y este resultado por las 39 horas semanales y por las 52 semanas del año.

En tercer lugar se sitúa el Reino Unido, donde pasa el mismo. El salario es el resultado del precio de la hora multiplicada por la media de las horas básicas retribuidas por semana a los asalariados a tiempo completo en todos los sectores. Esta cifra multiplicada por 52,18 semanas da un resultado aproximado de 1.529 euros, que es el salario mínimo mensual que sitúa en el país en la parte más alta de la lista europea.

Dando un vistazo a las cifras menos jugosas, encontramos España en la novena posición. Por detrás de Eslovenia, con 791 euros mensuales y por ante Malta, con 728 euros; Grecia, con 684 euros; y Portugal, con 618 euros.

En Malta, por ejemplo, existe la prometida hecha este mes de noviembre por su primer ministro, Joseph Muscat, de aumentar este salario mínimo, pero el dirigente ha invitado trabajadores y sindicatos –no se ha hablado de hecho intervenir las empresas en esta negociación- a que dialoguen sobre esta subida. En caso de no encontrar acuerdo por esta parte, se aumentará siguiendo un modelo propio fijado por el Gobierno maltés.

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