En busca de la media naranja

Más de 80 investigadores e inversores buscan su pareja profesional en el primero Health & Bio Team Dating para impulsar la emprendeduría en el sector de las ciencias de la salud en Cataluña

Encontrar tu media naranja no es fácil y que una historia dure por siempre jamás es difícil, pero sí que hay un consejo universal y básico: "Dejáis que nazca el amor y la pasión". Una recomendación que tanto se puede extender en el ámbito personal como en el laboral y que ha dado el pistoletazo de salida a la primera Health & Bio Team Dateng, donde hasta 80 investigadores e inversores se han reunido para encontrar su compañero en el viaje de la emprendeduría.

Y es que si hay un patrón que se repite en las empresas de éxito en biociències, según el director de la Fundación Bosch y Gimpere, Jordi Naval, este es la fusión entre científicos y gestores. Por eso, la jornada ha querido romper el muro que separa la comunidad investigadora y empresarial y dar el impulso a "crear parejas que sean el embrión de futuras empresas".

Un sector a la alza
Más de 500 empresas, 11.500 millones de euros de facturación y un 5% del PIB, estas son algunas de las cifras que avalan la viabilidad de la emprendeduría en el sector de las ciencias de la vida en Cataluña. "Hay oportunidades, pero hay que dar un empujón para sacar el miedo. Queremos hacer salir del laboratorio los proyectos con potencial y facilitar la transferencia tecnológica", apunta Jordi Fàbrega, director de desarrollo del negocio a Biocat .

Por eso, esta jornada reúne dos tipos de perfiles: "Investigadores que no tienen el espíritu emprendedor que hace falta y que podría hacer que sus proyectos no se quedaran al banquillo, y gente emprendedora pero sin proyecto y que ve el sector de las ciencias de la vida como un campo importante". Entonces, todo es cuestión de encontrarse. Los primeros, se identifican con una acreditación de color verde y los segundos, en lila. Pero esto no quiere decir que no se pueda hablar con nadie del mismo bando, en jornadas como estas, al final, el más importante es el networking.

Minoryx, el ejemplo a seguir

No hay mejor manera para empezar una jornada de este estilo que con un caso de éxito. Al escenario, Minoryx Therapeutics, pionera en la investigación de fármacos para combatir las enfermedades raras; que ha demostrado que apostar para invertir y para desarrollar nuevos proyectos en el sector de la salud no es ninguna locura.



"El 2009 tomé la decisión de montar el negocio, estaba muy inseguro, pero lo hice", explica el CEO y miembro de la junta de CataloniaBio, Marc Martinell, un comentario que ha sacado más de un sonreír cómplice entre los oyentes. "Hablé con bancos, consultores, abogados... creo que hice hasta 70 reuniones con gente diferente", detalla, "también con médicos, porque habíad 'informarme sobre las necesidades del sector y las carencias que había". Y es que, por difícil que parezca, ciencia y empresa tienen que encontrarse en un momento u otro del camino para hacer que los proyectos de laboratorio tengan su repercusión social.

Pero más allá de la historia de éxito de Minoryx, el que trae una brizna de esperanza a los oyentes es la noticia de los 19 millones de euros que la compañía ha conseguido recientemente para seguir con sus investigaciones. "El 2010 se invirtieron 6 millones de euros en el sector y el 2015 han sido casi 100 millones de euros", señala Martinell, dando a entender que su caso no es un caso aislado y que es un buen momento para la emprendeduría científica.

Un bien social
Si hay un disparo diferencial entre un emprendedor del ámbito de la salud y un emprendedor de otro sector este es l'ímpetu para ayudar la sociedad. Lo ratifica Martinell, quien reconoce que su "proyecto vital" no es Minoryx, sino que lo es "desarrollar proyectos relacionados con enfermedades poco conocidas".

Otro de los participantes que demuestra este hecho es el CEO de Dapcom , Francesc Julbe: "Nosotros somos tecnología aplicada al sector espacio. Estamos en un programa de incubación de la Agencia Espacial Europea que quiere hacer transferencia de conocimiento a otros ámbitos. Buscamos colaboradores que nos den el conocimiento médico que nos falta y que nos acompañe en el recorrido hasta aportar un granito de arena en el sector médico o científico".

Precisamente este deseo de ayudar los otros es uno de los temas recurrentes en la primera presa de contacto entre investigadores y CEOs enel speed dating improvisado a la hora de la pausa por el café. Las buenas cifras del sector y el buen regusto que deja la historia de Minoryx anima ya los más impacientes a sacar las tarjetas de la cartera e ir por trabajo en la investigación de la mejor pareja profesional.



Quizás quienes parecen más impacientes son los inversores, como es el caso de la gerente de la consultoría en comercio exterior Arian Internacional, María José Borreguero. "Hay muchas ideas, por el que sólo puedo decir que para mí el emprendedor es una persona que merece toda mi admiración. Un emprendedor no lo hace por dinero, decide emprender por voluntad", apunta, y asegura que a menudo esta actitud tan desvinculada del objetivo de enriquecerse es el que atrae muchos inversores.

Inversiones de alto riesgo
En cuestión de financiación, las ciencias de la vida también tienen su particularidad. Dos terceras partes de la inversión en el sector proviene de fuentes públicas, mientras que el último tercio se corresponde en capital privado. Además, se trata de inversiones "de mucho riesgo", considera Borrego, quien pone como ejemplo el lanzamiento de un fármaco: "Se necesita entre 500.000 y 100.000 dólares para sacarlo al mercado. Son inversiones enormes que generalmente hacen que no sea posible que una sola empresa traiga todas las fases, por eso las start-ups y espín off se centran en las primeras etapas para vender después".

En este sentido, la banca es una de las opciones más recurrentes. Es el caso de Teresa Gasull, investigadora del Hospital Universitario Hermanos Trias y Pujol, quienes explica que está trabajando en un tratamiento para traducir el daño en el cerebro en casos de ictus en animales. La investigación se encuentra en fase de trasladar sus resultados a los humanos, por el que encontrar o no la financiación puede decidir su seguimiento: "Necesitamos dinero para hacer el primer paso y un CEO que nos ayude con las cosas más económicas que se nos escapan de las manos". En cuanto al dinero, explica que se encuentra dentro del programa CaixaImpuls de la Obra Social de La Caixa, una opción que cree que le facilita las conexiones con inversores y otras líneas de financiación.

El Banco Sabadell, organizador del acto junto con Biocat, CataloniaBio y la Fundación Bosch y Gimpera, también se posiciona con el programa BStartup como una opción válida por los emprendedores. "En la creación de una start-up, hay diferentes fases y en las iniciales cuesta encontrar capital. Muchas empresas vienen sin balances, el más normal seria decirlos que no, pero nosotros nos lo miramos con carinyo y los apoyamos", señala la directora de BStartup, Conxa Oliu.

Además, Oliu considera que Cataluña tiene un potencial "bueno y desaprovechado porque no acaba de haber el vínculo entre científicos y empresas que traigan a la práctica las ideas", una situación que se está empezando a resolver gracias a la visibilització que despacio gana la emprendeduría en el mundo de la biomedicina y la tecnología.

Crear puentes entre la empresa y el laboratorio
"La ciencia tiene que encontrar su lugar en la sociedad y crear puentes entre universidades y centros de investigación con el mundo financiero". Esta es una de las principales quejas que formula la investigadora Teresa Gasull y que comparten la mayoría de los asistentes al encuentro.

También es el caso de Valentini Konstantinidou, doctora en biomedicina, experta en genómica nutricional y principal impulsa del proyecto DNANUTRICOACH, creado para alargar y mejorar la calidad de vida a través de la nutrición y el coaching. "Cómo que yo tengo un perfil académico, me falta la parte empresarial y estratégica, por eso este encuentro me tiene que ayudar a encontrar algún colaborador que tenga esta mirada más de negocio y que no encuentro en ninguna parte", explica. Konstantinidou trae desde el 2006 en Cataluña, vino desde Grecia para hacer un máster y un doctorado, y a pesar de que también critica la carencia de relación entre los dos mundos, asegura que la situación es mejor que en Grecia.

Todo empieza con un 'speed dating'
Quizás la mejor manera para empezar a crear sinergia con la comunidad empresarial es utilizar sus herramientas. Después de una media hora de coffee break que da para mucho, los emprendedores, a toque de campana, miran su parrilla y buscan la mesa que los toca ocupar. Allá hay su posible media naranja, pero para saberlo, primero hay que superar esta primera cita. Una cita donde preguntas básicas como "lo estudias o trabajas" o "qué experiencia tienes en el sector" acontecen fundamentales.

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