Joyners, la aplicación de 'Las Chicas de oro'

La start-up de residencias colaborativas apuesta ahora por una aplicación de cuidadores donde demand

"Existe una gran insatisfacción por parte de la gente mayor respecto a las residencias", explica Oriol de Pablo, impulsor junto con su pareja, Mireia Llort, de Joyners . Este es un proyecto de economía colaborativa que pone contacto personas grandes que quieren compartir piso y que, además de darlos un golpe de mano para encontrar un hogar adecuado, los ofrece servicios complementarios como por ejemplo limpia, cocina o curas.

"Mi madre me advirtió que si alguna vez la traía a una residencia, me desheretaria", explica de Pablo. De esta amenaza surgió el proyecto: "Para aligerar la caída de los ingresos de la jubilación, propuso a dos amigas ir a vivir juntas para compartir gastos ". La madre del emprendedor estaba invocando el espíritu de Las Chicas de Oro y "esta era una opción que podía ser válida para otra gente".

De Pablo apunta que la gran mayoría de emprendedores se dedican a hacer cosas para jóvenes. Él y su pareja se propusieron emprender por un segmento que realmente es un reto por el país. Mientras la esperanza de vida va a la alza y las pensiones van a la baja, las residencias públicas están saturadas –sólo en Cataluña hay una lista de espera de 17.000 personas (unos cuatro años)-. Para rematarlo, la pensión mediana son 1.000 euros y la mensualidad de una residencia es de 1.865 euros. "Aquí había algo que no encajaba", por eso se propusieron conjugar esta situación con elementos que están cambiando el mundo: la tecnología, la economía colaborativa y ponerlos al servicio del país.

En enero del 2015 pusieron las residencias colaborativas al mercado y el proyecto ya anda solo, por mucho que la opción de gente mayor compartiendo piso como si fueran estudiantes choque al principio, "en unos años será normal como alternativa de envejecimiento".

Curas, acompañamiento y compañía a la carta
Paralelamente a este proyecto ha surgido uno de derivado: los cuidadores donde demand. Las residencias colaborativas de Joyners pasan a denominarse Club Joyners y a partir de ahora la nueva aplicación de cuidadores a domicilio –a la carta y donde demand- pasa a ser la actividad en que De Pablo y su equipo ponen todos los esfuerzos e ilusión.

De Pablo detalla que con este nuevo proyecto quieren solucionar muchos de los problemas que el sector presenta: se trata de una aplicación para pedir cuidadores por horas, de manera recurrente o puntualmente: "En una hora nos comprometemos a que un cuidador está en el domicilio donde se indique".

En el piloto, los servicios que ofrecen son "los de toda la vida": acompañamiento, curas, asistencia personal, menús, encargos y compras, transporte y recordatorio de medicamentos, entre otros.

De Pablo tiene muy claro que la innovación tiene que resolver problemas antiguos y precisamente uno de los problemas de este sector es "la esclavitud", así como "la invisibilidad de la excelencia" y "la economía sumergida".

Para solucionar estos problemas, Joyners insiste en el hecho que "trabajaremos completamente en blanco, como es normal, porque el trabajador no merece trabajar en negro, por un tema de seguros, también". Joyners tiene un seguro de hasta 600.000 euros que cubre la empresa y los cuidadores en el ejercicio de su profesión.

"El cuidador puede aceptar o rechazar un trabajo cuando quiera y esto nos ha permitido acceder a un ejército de cuidadores muy calificados a la vez que nos ha permitido resolver el segundo problema: podemos optimizar el mercado", dice de Pablo.

Para resolver el segundo problema, Joyners está contactando trabajadores muy calificados y pagan por encima del precio de mercado, con la posibilidad de trabajar a jornada completa o reducida. La exigencia en este sentido es tan alta que de Pablo asegura que "en una semana hemos entrevistado 60 personas y sólo han afiliado dos en su red de cuidadores", para asegurar la máxima calidad.

Como un abuelo usa el app?
La decisión de una solución de bienestar para la gente de la tercera edad normalmente no recae sobre el demandante, sino que, según explican desde Joyners, recae en los hijos o los nietos. Por este motivo la comunicación de la empresa va dirigida no directamente a los abuelos y abuelas.

De todos modos, desde el start-up se están dando cuenta que cada vez más los usuarios finales están accediendo a sus servicios. "Esto pasa porque la digitalización está llegando a las personas más grandes y los que ahora se jubilan ya hace años que están inmersos en la digitalización", apunta de Pablo y, además "cada vez quieren ser más independientes".

Cuando un usuario quiere acceder a los servicios de Joyners, se realiza un análisis de las necesidades del cliente: "Uno de nuestros trabajadores hace una visita al usuario y se realiza una entrevista". Así se aprenden las necesidades del usuario y se adjudican un cuidador recurrente y uno de puntual de refuerzo en caso de que el primero no tenga disponibilidad, así también se mantiene un vínculo de confianza.

Un mercado en expansión
El lanzamiento de la aplicación se ha hecho coincidiendo con el Mobile WorldCongress . De hecho, Joyners participa en el 4YFN con un stand de Barcelona Activa. La empresa nació con un proyecto final del MBA a Iese que hacía de Pablo en 2013. Con una inversión inicial de 30.000 euros y el apoyo de Marc Vidal y Risto Mejide, el proyecto empezó a hacer sus primeras pasas el enero del 2015, cuando la start-up entró a Conector.

El piloto de Joyners empieza con una fundación y una red de 25 cuidadores con la intención de entrar en un mercado de 2.500 millones de euros al Estado –con 1.000 millones en negro- concentrado sobre todo en las grandes ciudades. Además, el mercado potencial a que esta empresa puede llegar crece exponencialmente: en 15 años habrá 11 millones más de personas mayores de 65 años.
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