Ha empezado la campaña electoral, el camino hacia unos nuevos gobiernos municipales que acontecerán complejas de configurar atendida la fragmentación que avanzan todas las estadísticas publicadas. Unos gobiernos, pero, que tendrían que aprovechar la incipiente recuperación económica y, consolidándola en la medida de sus capacidades, lograr que esta llegue a la ciudadanía en forma de trabajo, de aumento del ocupabilitat de cada persona y de acompañamiento a aquellos que se encuentran en el seno de la pobreza, logrando su rescate y su recuperación. Un proceso requerido por todas partes y en el que el proceso de reindustrialización del territorio, entendido como reequilibre territorial, acontece clave para lograrlo, atendida su capacidad tractora y de generación de puestos de trabajo.
Reequilibrar el territorio, utilizando el proceso de reindustrialización hoy emprendido, exige una apuesta decidida por parte de las administraciones locales, actuando con complicidades transmunicipals. Acontece imprescindible disponer de suelo industrial competitivo, el que obliga en primer lugar a que la movilidad no esté sólo pensada por las mercancías, hace falta también priorizar y cuidar la movilidad de las personas. En segundo lugar, disponer de infraestructuras telemáticas de alta velocidad. En tercer lugar es requerido que en las zonas industriales se instalen simbiòticament los servicios asociados en las personas (parvularios, comercios y aquellos otros que facilitan el binomio trabajo – responsabilidades familiares). En cuarto lugar, hay que disminuir la burocracia que frena tanto el crecimiento de las empresas existentes como el establecimiento de nuevas.
Disponer de suelo industrial competitivo distribuido por el territorio es condición necesaria pero no es suficiente, hace falta también asumir que las empresas tienen que exportar e internacionalizarse, estos hechos obligan a rehuir de caer en la tentación de competir por coste, puesto que competir por coste implica empobrecerse, porque siempre habrá alguien dispuesto a hacer el mismo pero más barato; aceptar el reto de competir por valor, creando productos con elementos diferenciales. Estos hechos obligan a innovar de forma integral, muy especialmente en producto, mercedes entender las potencialidades del proceso científico y las herramientas tecnológicas, generando nuevos productos mediante un proceso de diseño.
Innovar es hacer que el adelanto científico y tecnológico se convierta en progreso económico y social. Pe hacerlo, hace falta la implicación clara de los centros tecnológicos, puesto que la innovación también está vinculada a la capacidad de observar, analizar y deducir cuáles son las demandas de la sociedad y las capacidades de los adelantos científicos y tecnológicos. En este contexto hace falta que los municipios establecen mecanismos, porque las potencialidades de los centros tecnológicos lleguen a todos los rincones del territorio y aporten respuestas a los requerimientos de las empresas y sus potencialidades. Unas potencialidades que emergen a la entender que la innovación no está vinculada ni a la ubicación de la empresa, ni a su medida, sino a la idea, a las personas, al convencimiento de la obsolescencia del presente y, consiguientemente, a las oportunidades de futuro.
Los nuevos gobiernos municipales tienen la oportunidad de aprovechar la recuperación económica, que se divisa, pero tienen que asumir que tienen muchas limitaciones y no se aprovechan las sinergias entras ellos. Hace falta consorciar-se, hay que ver el territorio como un bien transmunicipal, aprovechando las sinergias de cooperar para competir. En esta línea creo que un buen ejemplo es el eje de la B-30 de Cataluña, una zona muy significativa en producción industrial donde se ha arraigado, mediante la asociación Ámbito B-30, la cooperación. Una cooperación, poniendo en el centro de decisión a las personas, que hace falta que por todas partes, y con voluntad democrática, se revalide y emerja nuevamente con determinación, y bastante renovada, el próximo 24 de mayo, por entomar las oportunidades de futuro.
Reequilibrar el territorio, utilizando el proceso de reindustrialización hoy emprendido, exige una apuesta decidida por parte de las administraciones locales, actuando con complicidades transmunicipals. Acontece imprescindible disponer de suelo industrial competitivo, el que obliga en primer lugar a que la movilidad no esté sólo pensada por las mercancías, hace falta también priorizar y cuidar la movilidad de las personas. En segundo lugar, disponer de infraestructuras telemáticas de alta velocidad. En tercer lugar es requerido que en las zonas industriales se instalen simbiòticament los servicios asociados en las personas (parvularios, comercios y aquellos otros que facilitan el binomio trabajo – responsabilidades familiares). En cuarto lugar, hay que disminuir la burocracia que frena tanto el crecimiento de las empresas existentes como el establecimiento de nuevas.
Disponer de suelo industrial competitivo distribuido por el territorio es condición necesaria pero no es suficiente, hace falta también asumir que las empresas tienen que exportar e internacionalizarse, estos hechos obligan a rehuir de caer en la tentación de competir por coste, puesto que competir por coste implica empobrecerse, porque siempre habrá alguien dispuesto a hacer el mismo pero más barato; aceptar el reto de competir por valor, creando productos con elementos diferenciales. Estos hechos obligan a innovar de forma integral, muy especialmente en producto, mercedes entender las potencialidades del proceso científico y las herramientas tecnológicas, generando nuevos productos mediante un proceso de diseño.
Innovar es hacer que el adelanto científico y tecnológico se convierta en progreso económico y social. Pe hacerlo, hace falta la implicación clara de los centros tecnológicos, puesto que la innovación también está vinculada a la capacidad de observar, analizar y deducir cuáles son las demandas de la sociedad y las capacidades de los adelantos científicos y tecnológicos. En este contexto hace falta que los municipios establecen mecanismos, porque las potencialidades de los centros tecnológicos lleguen a todos los rincones del territorio y aporten respuestas a los requerimientos de las empresas y sus potencialidades. Unas potencialidades que emergen a la entender que la innovación no está vinculada ni a la ubicación de la empresa, ni a su medida, sino a la idea, a las personas, al convencimiento de la obsolescencia del presente y, consiguientemente, a las oportunidades de futuro.
Los nuevos gobiernos municipales tienen la oportunidad de aprovechar la recuperación económica, que se divisa, pero tienen que asumir que tienen muchas limitaciones y no se aprovechan las sinergias entras ellos. Hace falta consorciar-se, hay que ver el territorio como un bien transmunicipal, aprovechando las sinergias de cooperar para competir. En esta línea creo que un buen ejemplo es el eje de la B-30 de Cataluña, una zona muy significativa en producción industrial donde se ha arraigado, mediante la asociación Ámbito B-30, la cooperación. Una cooperación, poniendo en el centro de decisión a las personas, que hace falta que por todas partes, y con voluntad democrática, se revalide y emerja nuevamente con determinación, y bastante renovada, el próximo 24 de mayo, por entomar las oportunidades de futuro.
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