A que renunciamos las mujeres por nuestra vida profesional?

En abril, una futura psicóloga, Andrea Pont, vino a mi oficina con el objetivo de realizar una entrevista para documentar su trabajo final de carrera sobre Mujeres en cargos directivos y conciliación familiar. Fue una entrevista con preguntas cómo: A qué cosas has renunciado a tu vida para poder ser empresaria? Cómo puedes conciliar tu vida profesional y familiar? Qué han sido tus prioridades? Y me hizo reflexionar…

Viendo mi vida en perspectiva me he dado cuenta que el tiempo pasa muy rápido. La vida pasa mucho prisa y apenas nos damos cuenta. Me casé a los 25 (recientemente celebrados) y a los 32 ya era madre de tres hijos maravillosos. Ahora tienen 18, 20 y 22 años. Mi prioridad ha sido siempre ser buena madre. Sin embargo, para sentirme plenamente realizada, necesitaba desarrollar también mi vida profesional.

Estudié derecho, hice un Máster y mi primer trabajo fue en una Asociación Empresarial. Nunca he podido evitar tener ideas y obsesionarme hasta ponerlas en marcha y montar así una empresa y traerla a la rentabilidad. Sin haberlo reflexionado mucho, me lancé a realizar mi sueño. Mi primera empresa la monté con 30 años y, después, la vida me ha traído a colaborar y co-fundar siete más. El camino no ha sido ni es fácil. Cada día es un reto pero me siento feliz con el que he elegido.

Cómo lo he conseguido? Con mucha persistencia y trabajo. Y definitivamente sí que hay una renuncia: el tiempo para tú misma, para tus hobbies, para dormir, para hacer deporte… Pero todo pasa, y cuando mis hijos tenían ya de 10 a 12 años, empecé a tener algo más de tiempos para mí.

Así pues, la primera recomendación a las jóvenes de hoy que tienen metas profesionales ambiciosas y quieren ser madres es que elijan muy bien a su pareja, puesto que es la ayuda principal, el impulso y el equipo. Gestionar ambas responsabilidades sola es casi imposible. Cuanto antes posible nos damos cuenta que no somos superwomans y que necesitamos ayuda, mejor para nuestra felicidad. Y no pasa nada. Traer una vida profesional completa y ser madres no es nada fácil y no es posible hacerlo sin apoyo logístico: canguros, familia, etc. Compatibilizarlo todo es estresando.

En mi caso, la ayuda principal ha sido mi marido. Él no podía ocuparse mucho la familia entre semana porque viajaba con frecuencia, pero sí los fines de semana. He tenido la suerte de poder permitirme canguros y también a veces, he tenido que echar de familiares o alguna amiga que me estima mucho. Los peores momentos eran cuando mis hijos se ponían enfermos y yo estaba de viaje…

Me he sentido culpable? Sí y con mucho estrés. A veces mis hijos me preguntaban por qué no podía irlos a buscar en la escuela, como sí que hacían las madres de sus amigos, o por qué no iba a las reuniones de madres a las tres de la tarde. Dolía… Las mujeres somos muy conscientes que estar con nuestros hijos y ser buenas madres nos hace ser felices y es necesario para nuestro propio equilibrio personal. Y por eso asumimos la mayoría de responsabilidades del hogar. Pero tenemos que aprender a delegar más las tareas delegables. Sólo hay una cosa no delegable y que sólo tú puedes vivir y es "estar con tus hijos". Momentos mágicos en el cual te explican su vida como cuando los cuernos o los acuestas y los explicas un cuento… Estos momentos no vuelven y es cuando se forja la confianza entre padres e hijos.

El tiempo pasa y no te das cuenta…Y ahora mis hijos, según me dicen, están orgullosos de mí. La conferencia más difícil de mi vida la tuve que dar en el colegio de mi hija animando a las jóvenes de 16 años a emprender. Y mi hija, a la salida de la conferencia me dijo: "Mame, no es que esté orgullosa de tú… sino el siguiente. Tengo la mejor madre del mundo". Me saltaron las lágrimas.

En fin, os quiero transmitir muchos ánimos y que si tenéis una meta profesional ambiciosa, lo podéis conseguir y compatibilizar con ser buena madre.

Elena Gómez publica regularmente sus artículos a "Mujeres Consejeras y Consejables".

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