El trabajo productivo

He releído un artículo que publiqué en este mismo medio, ahora hace un año. Quiero añadir una visión más reflexiva y más actual. Empieza a haber unos crecimientos, pequeños pero establos, del PIB. Buena noticia! Pero mientras seguimos con tazas de paro alrededor del 25%, y las previsiones indiquen que la reducción será muy lenta, no podemos decir que estamos saliendo de la crisis. Echo de menos políticas más activas de creación de trabajo , porque el elemento que más caracteriza una situación de crisis , es la ausencia de trabajo productivo para todo el mundo que quiere trabajar y está en edad de hacerlo.

El trabajo ocupa una posición central en nuestras vidas y en la organización social. Las personas tenemos muchas necesidades, y para cubrirlas nos hacen falta productos y servicios que se producen mediante el trabajo. Este trabajo se retribuye y proporciona ingresos a quienes lo realizan, en forma de salarios o de beneficios . Estos ingresos permiten adquirir los productos o pagar los servicios que queremos. La organización económica, cierra así un círculo equilibrado que permite la continuidad de la vida social.

Para una gran mayoría de personas adultas, el trabajo es la principal fuente de actividad personal, la única fuente de yngressos, y el mejor mecanismo de integración social. En este sentido, el trabajo no es sólo una herramienta para poder satisfacer las necesidades, sino que se ha convertido él mismo en una necesidad.

Las sociedades desarrolladas hemos ido manteniendo hasta ahora este círculo equilibrado, pero la crisis actual nos sitúa ante una nueva perspectiva como consecuencia de cuatro fenómenos: la globalización , la limitación de recursos naturales, la creciente automatización de los procesos de producción , y el envejecimiento de nuestras sociedades. Todos ellos influyen en la cantidad, el tipo y la localización del trabajo.

La crisis nos hace pensar. No hay nada que establezca que para generar la totalidad de productos y de servicios que una sociedad necesita, haga falta el trabajo productivo de todas las personas que la forman.

Todo esto puede ser una muy buena noticia, pero tenemos que gestionar los cambios que hagan falta sin olvidar el más importante: que la actividad económica no es un fin en ella misma, sino un instrumento al servicio del bienestar de las personas, de todas las personas.
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