Globalización - un mito o realidad?

La globalización es un término comúnmente utilizado por todos los agentes: economistas, políticos, empresarios, sociólogos, filósofos, periodistas, profesores. Todo el mundo habla de la globalización económica, cultural, medioambiental, política, tecnológica o financiera. Es cierto que la globalización es un hecho, pero vivimos en un mundo totalmente globalizado?

A primera vista, la globalización es percibida como el aumento de la conexión entre los países y la uniformidad de gustos y comportamientos de los consumidores que pueden comprar Coca-cola y hamburguesas de Mc'Donalds a casi todo el mundo. Es difícil no estar de acuerdo con esta percepción de la globalización. Tiempo atrás, la comunicación era más difícil y los estilos de vida y las costumbres variaban mucho de un país a otro.

Cada sociedad tenía su particular forma de vestir, de preparar la comida o de relacionarse con otras. Actualmente, estas diferencias locales son sustituidas por modelos culturales dominantes que se están extendiendo por todo el mundo como resultado de la globalización cultural. El consumo de bienes se uniformiza a todo el planeta debido a la difusión por parte de las empresas multinacionales de determinados gustos y comportamientos mediante su publicidad y los medios. La tendencia de la producción es organizarse a escala mundial, puesto que las nuevas tecnologías permiten dividir el proceso de fabricación en fases y localizar cada una de estas en diferentes países para reducir los costes empresariales.

"El consumo de bienes se uniformiza a todo el planeta debido a la difusión por parte de las empresas multinacionales de determinados gustos"

Gracias a las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, las personas de todo el mundo pueden comunicarse más rápidamente, intercambiar conocimientos, ver las mismas películas, escuchar la misma música, etc. Un programador de Polonia o España no tiene que trasladarse en los Estados Unidos para trabajar en una empresa de software americana. Lo puede hacer desde casa suya, gracias a internet. Ya no existen barreras de espacio ni de tiempo. Parece que todo el mundo está estrechamente integrado y conectado.

De hecho, al libro titulado The World is Flat: A brief history of the twenty-first century ,Thomas Friedman, periodista del New York Times ganador de tres premios Pulitzer, describe la globalización mediante un testigo ocular en los rincones más lejanos del mundo, entre ellos el India. Basándose en sus observaciones, Friedman ha llegado a la conclusión de que el mundo se está allanando, conectándose en una red global, en la cual los países considerados "mercados emergentes" son capaces de competir en un ámbito global, desafiando las potencias tradicionales como los Estados Unidos o el Japón.

Sin embargo, si analizamos los indicadores de desarrollo mundial, resulta difícil afirmar que el mundo sea muy plano. Según los datos del Banco Mundial del año 2017, el Producto Interior Sucio global es de 80.683 billones USD, el 45% del cual fue producido por tan sólo tres países, que representan las mayores economías del mundo: los Estados Unidos (con el PIB de 19.390 billones USD), China (12.237 billones USD) y el Japón (4.872 billones USD). Entre las economías más pequeñas del mundo encontramos Tuvalu (con un PIB de 39,73 millones USD), Naauru (113,82 millones USD) y Kiribati (196,15 millones USD). También encontramos mucha desigualdad si analizamos el PIB per cápita. Mientras que el PIB por capitán de Luxemburgo, el país más rico del mundo, es de 104.103,0 USD, el de Burundi, el país más pobre del mundo, es de tan sólo 320,1 USD.

Hay una brecha enorme entre los países altamente desarrollados y los países en vías de desarrollo en cuanto a su desarrollo económico y sus ingresos, pero también en relación con el desarrollo tecnológico y social, que causa grandes diferencias en el nivel y la calidad de vida. Estas diferencias y desigualdades hacen que muchas personas estén en contra de la globalización, afirmando que sólo se benefician los países más desarrollados y ricos. Los países más pobres no participan normalmente de este proceso, puesto que no son suficientemente atractivos económicamente para atraer importadores e inversores extranjeros. Esto indica que la globalización es todavía un proceso incompleto y que no se puede afirmar que nos encontramos en un mundo 100% globalizado.

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