La nada pública, encriptada y anónima

Año 2027. El presidente del gobierno español vuelve a preguntar a la presidenta de la República Catalana si Cataluña es de verdad de verdad de verdad independiente. La respuesta vuelve a ser un tuit que sólo contiene un enlace a la declaración firmada el 10 de octubre del 2017 por el Presidente @KRLS.

Al visitante ocasional, la Cataluña del 2027 le podría parecer si hace o no hace como la del 2017, con menos banderas a los balcons, más coches eléctricos y más gente joven —hay mucho trabajo en el sector de las TIC—. Pero la sociedad es muy diferente a aquella que el 2017 se movilizó para defender sus derechos y que ganó la República.

De aquella experiencia, la sociedad aprendió a trabajar con discreción, a comunicarse de manera segura, a conectar redes sociales ciudadanas con redes sociales digitales y a autoorganitzar-se de manera anónima. Cuando el gobierno español aplicó el artículo 155, el activismo de las calles se convirtió en hacktivisme a la red y en cuestión de semanas la República Catalana tenía un gobierno al exilio digital.

"Cuando hubo la fuga de bancos, la gente empezó a operar con Bitcoins ahorrándose así la necesidad de una autoridad reguladora central"

Para evitar más represión, presidente, consejeros, diputados, jueces y todas las estructuras de estado de la República se digitalizaron, encriptar y anonimitzar. Aún así, su actividad era pública y se guardaba en un registro encriptado —una blockchain— a la que todos los ciudadanos tenían acceso. La blockchain , la tecnología que utiliza la criptomoneda Bitcoin para registrar las transacciones, era muy conocida por la sociedad catalana, puesto que cuando hubo la fuga de bancos (conocida popularmente como "el grande simpa") la gente empezó a operar con Bitcoins ahorrándose así la necesidad de una autoridad reguladora central.

Después del 155, los catalanes se preguntaron si podrían sobrevivir como nación a pesar de que no eran amos de su territorio. La respuesta la encontraron en Estonia. Estonia, el país digitalmente más avanzado del mundo, tenía en 2017 ocho embajadas digitales preparadas con los datos críticos del gobierno por si el país sufría un ataque físico o un ciberatac. La primera, situada en una cámara acorazada en un centro de datos de alta seguridad a Betzdorf (Luxemburgo), entró en funcionamiento en 2018. "Si lo tienes todo en linea, ya no dependes de una ubicación" explicaba Taavi Kotka, la excap de tecnologías de información del gobierno que ideó el sistema.

"Participar en un referéndum es ahora tan fácil y a la vez tan divertido como hacer me gustas a Instagram, retuits a Twitter o swipes a Tinder"

Y el Referéndum? El primer referéndum, el del 2017, quedó a la memoria colectiva de todos los catalanes como el momento fundacional que fue, pero con el tiempo hacer referéndums aconteció un hecho cotidiano y fue perdiendo trascendencia. Con aplicaciones como Sovereign de government.earth, la gente empezó a poderlo decidir todo de manera anónima, distribuida y segura desde el sofá de casa. Participar en un referéndum es ahora tan fácil y a la vez tan divertido como hacer me gustas a Instagram, retuits a Twitter o swipes a Tinder. Los explicas a la juventud de hoy en día todo el que hicimos para poder votar en un referéndum, que tuvimos que esconder urnas, dormir a los colegios, cortar carreteras con árboles, bloquear colegios con tractores y votar mientras nos abrían el hacia golpes de porra y, está claro, no se lo cruzan.

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