La conmemoración de una efeméride (cada 17 de mayo celebramos el Día Mundial de las Telecomunicaciones, Internet y la Sociedad de la Información recordando la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional hace ya más de 150 años) siempre acontece una buena excusa para reflexionar en torno a los retos que como colectivo profesional tenemos que encarar. Desde Telecos.cat (entidad de referencia para los ingenieros de telecomunicación de casa nuestra con 25 años de trayectoria) así lo entendemos; y es por eso que quiero aprovechar estas líneas para reivindicar el papel clave que juegan nuestros profesionales en la llamada sociedad del siglo XXI y repasar los hitos que nos quedan para lograr.
Una buena formación básica, unos muy buenos conocimientos en ingeniería, electrónica, física, matemáticas e informática, combinados con una buena dosis de espíritu de sacrificio y de autoaprendizaje -forjados a lo largo de unos estudios de nivel-, hacen de los llamados 'telecos' un instrumento capaz, versátil e indispensable en el mundo en que vivimos. Gracias a sus conocimientos, estos profesionales se ocupan de liderar proyectos cada vez más interdisciplinarios, trabajando y coordinante equipos con personal especializado en áreas muy diversas, desde las enmarcadas dentro del concepto de ingeniería tradicional, hasta otros tanto lejanas como puede ser, por ejemplo, la bioenginyeria.
La convergencia del hardware, el software y las comunicaciones se abren como un nuevo, extenso y renovado campo de trabajo en plena efervescencia por nuestros ingenieros. La Internet de las Cosas, el cloud, la computación cuántica, el Big Data, el Open Fecha o la robótica están de rabiosa actualidad. Esto hace que sólo la mitad de los ingenieros de telecomunicación trabajen directamente en el sector "tradicionalmente" considerado de las telecomunicaciones. Por lo tanto, estamos ante un nuevo paradigma. El talento, que es prácticamente la única barrera de entrada, es el que ha favorecido la irrupción de pequeñas y medianas empresas tecnológicas preparadas para competir a gran escala. Los datos lo corroboran: más de una cuarta parte de los ingenieros de telecomunicación trabajan en empresas de entre 1 y 50 trabajadores.
Ante esta realidad, nos encontramos con unos planes de estudios que se han tenido que adecuar al nuevo marco europeo. Ahora hablamos de grados y másteres, transversalidad que obliga los estudiantes a hacer la elige entre un abanico muy diverso de titulaciones. Esta nueva oferta ha provocado también una cierta desorientación entre los profesionales encargados de los Recursos Humanos de las empresas. Es por eso que desde Telecos.cat, junto con otros colectivos, creamos el AQPE (Agency for Qualification of Profesional Engineers), precisamente para certificar y acreditar la formación, la experiencia y la competencia profesional de nuestros ingenieros a escala internacional.
Aún así, a pesar de las buenas expectativas del sector –donde el paro es prácticamente inexistente- no hay colapso para cursar los estudios de ingeniería de telecomunicación (cosa que sí que pasaba, hay que recordar, entre los años 70 y 90). La realidad, hoy en día, es que el número de estudiantes ha bajado y las universidades luchan para mantenerse.
Quizás este es el principal reto a afrontar. Es indispensable que fomentamos las vocaciones TIC, especialmente entre las mujeres. Lamentablemente nuestra profesión sigue siendo mayoritariamente masculina. Las estadísticas dicen que a pesar de que un incremento gradual, el porcentaje de mujeres que apuestan por la ingeniería de telecomunicación (y la ingeniería en general) apenas empieza a situarse por encima del 20%. Hace falta que desde muy jóvenes las chicas perciban este campo como una oportunidad de futuro.
Precisamente con este objetivo, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer (otra efeméride), a Telecos.cat presentábamos el nuevo grupo de trabajo de Mujeres Telecos. Apenas hemos empezado a hacer las primeras pasas y ya se intuye que el camino no será fácil. Hace falta del compromiso de todos, hombres y mujeres, 'telecos' o no, para lograr el éxito.
Una buena formación básica, unos muy buenos conocimientos en ingeniería, electrónica, física, matemáticas e informática, combinados con una buena dosis de espíritu de sacrificio y de autoaprendizaje -forjados a lo largo de unos estudios de nivel-, hacen de los llamados 'telecos' un instrumento capaz, versátil e indispensable en el mundo en que vivimos. Gracias a sus conocimientos, estos profesionales se ocupan de liderar proyectos cada vez más interdisciplinarios, trabajando y coordinante equipos con personal especializado en áreas muy diversas, desde las enmarcadas dentro del concepto de ingeniería tradicional, hasta otros tanto lejanas como puede ser, por ejemplo, la bioenginyeria.
La convergencia del hardware, el software y las comunicaciones se abren como un nuevo, extenso y renovado campo de trabajo en plena efervescencia por nuestros ingenieros. La Internet de las Cosas, el cloud, la computación cuántica, el Big Data, el Open Fecha o la robótica están de rabiosa actualidad. Esto hace que sólo la mitad de los ingenieros de telecomunicación trabajen directamente en el sector "tradicionalmente" considerado de las telecomunicaciones. Por lo tanto, estamos ante un nuevo paradigma. El talento, que es prácticamente la única barrera de entrada, es el que ha favorecido la irrupción de pequeñas y medianas empresas tecnológicas preparadas para competir a gran escala. Los datos lo corroboran: más de una cuarta parte de los ingenieros de telecomunicación trabajan en empresas de entre 1 y 50 trabajadores.
Ante esta realidad, nos encontramos con unos planes de estudios que se han tenido que adecuar al nuevo marco europeo. Ahora hablamos de grados y másteres, transversalidad que obliga los estudiantes a hacer la elige entre un abanico muy diverso de titulaciones. Esta nueva oferta ha provocado también una cierta desorientación entre los profesionales encargados de los Recursos Humanos de las empresas. Es por eso que desde Telecos.cat, junto con otros colectivos, creamos el AQPE (Agency for Qualification of Profesional Engineers), precisamente para certificar y acreditar la formación, la experiencia y la competencia profesional de nuestros ingenieros a escala internacional.
Aún así, a pesar de las buenas expectativas del sector –donde el paro es prácticamente inexistente- no hay colapso para cursar los estudios de ingeniería de telecomunicación (cosa que sí que pasaba, hay que recordar, entre los años 70 y 90). La realidad, hoy en día, es que el número de estudiantes ha bajado y las universidades luchan para mantenerse.
Quizás este es el principal reto a afrontar. Es indispensable que fomentamos las vocaciones TIC, especialmente entre las mujeres. Lamentablemente nuestra profesión sigue siendo mayoritariamente masculina. Las estadísticas dicen que a pesar de que un incremento gradual, el porcentaje de mujeres que apuestan por la ingeniería de telecomunicación (y la ingeniería en general) apenas empieza a situarse por encima del 20%. Hace falta que desde muy jóvenes las chicas perciban este campo como una oportunidad de futuro.
Precisamente con este objetivo, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer (otra efeméride), a Telecos.cat presentábamos el nuevo grupo de trabajo de Mujeres Telecos. Apenas hemos empezado a hacer las primeras pasas y ya se intuye que el camino no será fácil. Hace falta del compromiso de todos, hombres y mujeres, 'telecos' o no, para lograr el éxito.
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