Así tenemos que las 9 formas más usuales de perder el tiempo a la empresa, son:
1.- Resolver necesidades personales o familiares , como por ejemplo pedir hora al pediatra, instalador del gas, pedir hora al taller etc...
2.- Hablar con compañeros de trabajo, ya sea de algún hecho, anécdota, persona...que evidentemente no tiene ningún vínculo con la tarea que se está desarrollando. A este hecho cada vez se denomina más "socialización".
3.- Mantener conversas/chats en diferentes redes sociales ya sea vía ordenador o vía Smartphone. Los más usuales: Facebook, Twitter, Instagram y Linkedin.
4.- Navegar por internet en temas nada relacionados con el entorno laboral, haciendo un uso totalmente personal
5.- Asistencia a reuniones poco o nada productivas. Ya sabemos que la "reunionitis" es una de las enfermedades de nuestras empresas.
6.- Resolver situaciones o conflictos relacionados con la misma empresa, pero que según el trabajador no son de su propia competencia. El caso más claro se da cuando se tienen que resolver problemas informáticos y todos los técnicos del departamento informático están ocupados o el servicio externalizado no lo puede atender.
7.- Busca de ynformació clave para el propio trabajador para ejecutar un trabajo o poder tomar alguna propia decisión. A veces esta busca equivale a ponerse en contacto con otras personas, sean superiores o no, que o bien están reunidos o bien no se los localiza.
8.- Buscar una nueva oportunidad laboral, ya sea navegante por internet o recibiendo llamadas telefónicas al móvil para atender propuestas o entrevistas laborales.
9.- Sencillamente no hacer nada. El que se conoce como daydreaming o escaqueig .
Justo es decir que hay muchas más formas o hábitos de perder el tiempo trabajando, pero las aquí reflejadas son las más comunes. Hay que destacar que cada vez hay más empresas que prohíben el uso del móvil y la navegación por internet para usos personales. Llegado este punto ya toma cuerpo el hecho de disponer de una normativa interna de la propia empresa De acuerdo con la propia ética empresarial del órgano director.