Las imágenes empresariales 

Las empresas, como todas las organizaciones, tienen una realidad y una imagen. Esta se utiliza, junto con la imagen específica de sus productos, en la relación con sus clientes; y también, si es el caso, en relación a sus posibles inversores o financiadores. En la formación de esta imagen intervienen elementos numéricos y otros de tipo cualitativo. Vale la pena ver como se establece la relación entre unos y otras, y como va variante.

Ya hace tiempo que se ha ido tirando difícil la aceptación por parte de los receptores, de mensajes simples que no tengan un rigor suficiente, puesto que son rechazados como "pura propaganda". Una de las maneras de añadir rigor es basar las afirmaciones en datos numéricos de estadísticas oficiales. Otra es acompañarlo con dictámenes de expertos independientes o de organizaciones especializadas que lo certifiquen.

Desgraciadamente, esta segunda ha sido objete de mucha polémica debido a la sospecha de carencia de independencia. Sólo hay que recordar el caso de las "agencias de rating ". Todo esto, y bajo el convencimiento de qué "el que no engaña son los números", ha multiplicado la publicación de resultados cuantitativos. Creo que esto es muy bueno; pero hace falta no ser esclavo de según qué números por dos razones.

Primero, por qué cada vez más la buena imagen de una empresa depende también de elementos que es difícil cuantificar (relaciones laborales internas, respeto por el medio ambiente, relación con la en torno a proximidad...) y, por lo tanto, hay que hacer esfuerzos en estos sentidos, para ofrecer datos rigurosos, cuantificadas si se puede, o muy muy explicadas, al respeto.

En segundo lugar, y paradójicamente, las estadísticas rigurosas, pero sesgadas y mal analizadas, pueden ser también un nuevo elemento de ocultación de la realidad. Aumentar mucho la cifra de concesión de hipotecas, pero sin explicar que ha estado a partir de disminuir temerariamente las exigencias de solvencia; mejorar la penetración de un medio escondiendo que ha estado en base disminuir el rigor de la información, o explicar que se han aumentado mucho las ventas pero sin decir que ha aumentado mucho la morosidad, son aquellas verdades a medias que tanto de mal hacen. 

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