Lecciones de una crisis: 'back tono basics' (2)

El mes pasado reflexionaba sobre la necesidad de recuperar aquellos principios que trajeron nuestra actividad al éxito y que la imprudencia o la ceguera a menudo nos hizo olvidar. Eran reflexiones de visión y gestión interna pero después me he dado cuenta que el qué preconizaba en aquel artículo es también predicable por la clase política, tanto vilipendiada hoy.

Cada vez que un político me preguntaba qué podía hacer por nosotros, mi respuesta era la misma: sólo hace falta que hacéis que las condiciones de nuestro entorno sean las adecuadas. Por lo tanto, a ellos también le son aplicables los principios básicos.

1. No al corto terminisme.

2. Fuera aquellos políticos que sólo miran para sí mismos o mienten.

3. Trabajar para los ciudadanos, no para el partido, no demagogia.

4. Podar ineficiencias.

5. Seguridad y transparencia.

6. Conciencia, estudio y renovación continuados para así poder luchar en un mundo cambiante.

7. Invertir en futuro.

8. Solidaridad y responsabilidad ecológica y social.

Los empresarios necesitamos reglas claras, establos, eficientes y justas. Y democráticas. El 13 de febrero del año pasado los principales colegios profesionales, asociaciones de periodistas y del comercio y patronales como la CECOT proclamaban un Manifiesto por la Calidad Democrática, que entregaron a la presidenta del Parlamento de Cataluña el 28 de noviembre, que no ha recibido el eco público que merece.

El texto del manifiesto concreta cinco acciones a desarrollar: a) Una nueva Governança con un sistema electoral mixto y proporcional. b) Revisión o creación de una nueva legislación de los partidos políticos que modifique el funcionamiento y el sistema de financiación. c) La reforma de las administraciones públicas y de la función pública. d) La Ley de transparencia, con retiment de cuentas o publicidad activa. e) La reforma de la justicia.

Toda una declaración de principios que tiene que ser escuchada y sobre todo llevada a cabo. Es por eso que Sant Cugat Empresarial se ha adherido con fe y todavía, ay!, esperanza.

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