Esta semana es, sin lugar a dudas, la semana del Mobile WorldCongress . Barcelona, un golpe más, ha acontecido el epicentro del mundo. Estos días las compañías nos muestran sus trabajos, toda una serie de enseres tecnológicos, que han variado y seguirán variando enormemente la manera en que nos relacionan, viajamos, trabajamos, conocemos a personas, nos informan o divertimos.
El rápido avienes de las tecnologías y muy especialmente los dispositivos móviles han cambiado el estatus quo al convertido en obsoleto muchos de los enseres que parecían indispensables. Una enorme revolución que ha dado voz a millones de personas anónimas, que ha convertido la información unidireccional multe direccional, ha trasladado las pautas de información reflexiva y analítica en procedimientos de información fundamentados en la instantaneïtat y el impulso, en la acción y la reacción. La rapidez, todo al instante y por todas partes, desplaza la verificación de la certeza de la información y dificulta la conversión de la información en conocimiento.
Probablemente por esta razón, por la divulgación de la información sin contrastar la veracidad, el filósofo Umberto Eco, que nos dejó la semana pasada, afirmó que "el drama de Internet es que ha impulsado el tonto del pueblo como el portador de la verdad". Un pensamiento crítico, el de Umberto Eco, sobre cómo se transmitía la información y los perfiles anónimos, que practican el insulto y la descalificación del otro, en el marco de las redes sociales y en el que "las redes sociales dan derecho a hablar a legiones de idiotas".
Ciertamente las TIC, el ADN de los nuevos enseres, cada vez más inteligentes y autónomos, han cambiado la cotidianidad y pueden generar los problemas que denunciaba Umberto Eco si no tenemos una sólida formación, que nos permita distinguir la certeza de la falsedad y a la vegada darnos pautas de conducta arraigadas en la transparencia y asunción de responsabilidad. Ahora bien, estos problemas no pueden esconder las ventajas que representan por las personas, no discriminan por género, cultura o formación. Una discriminación que sí que se hace presente cuando se hace referencia al coste. Los nuevos productos, aquellos que aportan más capacidades, versatilidad y funcionalidades, siguen estando al alcance de una minoría si se contextualiza con los 7.400 millones de personas que habitan la Tierra.
La tecnología es omnipresente y lo será todavía más, años detrás año el Mobile World Congress lo evidencia al público en general. Ahora bien, el que se muestra al MWC es sólo aquello que está disponible por su comercialización prácticamente inmediata. Es sólo la punta de iceberg tecnológico que las grandes compañías están desarrollando y que seguirán impulsando enormes cambios. Los smarts products, productos dotados de capacidad para tomar decisiones y conectados en internet, los robots autónomos, los dispositivos conectados con nuestros sistemas sensoriales, que acontecerán extensiones de nosotros, aumentando la realidad, son sólo algunos de los productos que rápidamente irán surgiendo aconteciendo cotidianos.
No nos tenemos que sorprender de los adelantos que descubrimos al MWC de estos 2016, ni en los de las próximas ediciones, sólo hay que pensar que el ordenador instalado al módulo de mando y al módulo lunar, que permitió traer el hombre a la Luna era seis veces menos potente que las calculadoras científicas actuales, o que cualquiera de los smartphones que utilizamos tiene una capacidad casi 100.000 veces más grande que "la Apollo Guidance Computer" que fue diseñado por el MIT.
El Mobile es una puerta al futuro que ya es presente. Nuevos productos que incorporan, mercedes a un cuidadoso proceso de diseño, los últimos adelantos científicos y tecnológicos. Todo ello nos divisa nuevas oportunidades de desarrollo y progreso social, desarrollando nuevos sectores de actividad que generará, a escala planetaria, millones de puestos de trabajo en los años próximos. Tenerlo en casa nuestra, poder interrelacionarse con las empresas más avances y con los profesionales líderes, espolea la creatividad, permite establecer vínculos para cooperar, competir y existir en un mundo globalizado. Se mire como se mire y no sólo pensante en la actividad que genera en hoteles, restaurantes y ocio, hay que cuidar el MWC y trabajar para arraigarlo, puesto que son los sectores intensivos en conocimiento los capaces de generar ocupación estable de calidad y muy remunerada, puesto que en ellos la competencia se fundamenta en el valor de la innovación y no en el precio.
El rápido avienes de las tecnologías y muy especialmente los dispositivos móviles han cambiado el estatus quo al convertido en obsoleto muchos de los enseres que parecían indispensables. Una enorme revolución que ha dado voz a millones de personas anónimas, que ha convertido la información unidireccional multe direccional, ha trasladado las pautas de información reflexiva y analítica en procedimientos de información fundamentados en la instantaneïtat y el impulso, en la acción y la reacción. La rapidez, todo al instante y por todas partes, desplaza la verificación de la certeza de la información y dificulta la conversión de la información en conocimiento.
Probablemente por esta razón, por la divulgación de la información sin contrastar la veracidad, el filósofo Umberto Eco, que nos dejó la semana pasada, afirmó que "el drama de Internet es que ha impulsado el tonto del pueblo como el portador de la verdad". Un pensamiento crítico, el de Umberto Eco, sobre cómo se transmitía la información y los perfiles anónimos, que practican el insulto y la descalificación del otro, en el marco de las redes sociales y en el que "las redes sociales dan derecho a hablar a legiones de idiotas".
Ciertamente las TIC, el ADN de los nuevos enseres, cada vez más inteligentes y autónomos, han cambiado la cotidianidad y pueden generar los problemas que denunciaba Umberto Eco si no tenemos una sólida formación, que nos permita distinguir la certeza de la falsedad y a la vegada darnos pautas de conducta arraigadas en la transparencia y asunción de responsabilidad. Ahora bien, estos problemas no pueden esconder las ventajas que representan por las personas, no discriminan por género, cultura o formación. Una discriminación que sí que se hace presente cuando se hace referencia al coste. Los nuevos productos, aquellos que aportan más capacidades, versatilidad y funcionalidades, siguen estando al alcance de una minoría si se contextualiza con los 7.400 millones de personas que habitan la Tierra.
La tecnología es omnipresente y lo será todavía más, años detrás año el Mobile World Congress lo evidencia al público en general. Ahora bien, el que se muestra al MWC es sólo aquello que está disponible por su comercialización prácticamente inmediata. Es sólo la punta de iceberg tecnológico que las grandes compañías están desarrollando y que seguirán impulsando enormes cambios. Los smarts products, productos dotados de capacidad para tomar decisiones y conectados en internet, los robots autónomos, los dispositivos conectados con nuestros sistemas sensoriales, que acontecerán extensiones de nosotros, aumentando la realidad, son sólo algunos de los productos que rápidamente irán surgiendo aconteciendo cotidianos.
No nos tenemos que sorprender de los adelantos que descubrimos al MWC de estos 2016, ni en los de las próximas ediciones, sólo hay que pensar que el ordenador instalado al módulo de mando y al módulo lunar, que permitió traer el hombre a la Luna era seis veces menos potente que las calculadoras científicas actuales, o que cualquiera de los smartphones que utilizamos tiene una capacidad casi 100.000 veces más grande que "la Apollo Guidance Computer" que fue diseñado por el MIT.
El Mobile es una puerta al futuro que ya es presente. Nuevos productos que incorporan, mercedes a un cuidadoso proceso de diseño, los últimos adelantos científicos y tecnológicos. Todo ello nos divisa nuevas oportunidades de desarrollo y progreso social, desarrollando nuevos sectores de actividad que generará, a escala planetaria, millones de puestos de trabajo en los años próximos. Tenerlo en casa nuestra, poder interrelacionarse con las empresas más avances y con los profesionales líderes, espolea la creatividad, permite establecer vínculos para cooperar, competir y existir en un mundo globalizado. Se mire como se mire y no sólo pensante en la actividad que genera en hoteles, restaurantes y ocio, hay que cuidar el MWC y trabajar para arraigarlo, puesto que son los sectores intensivos en conocimiento los capaces de generar ocupación estable de calidad y muy remunerada, puesto que en ellos la competencia se fundamenta en el valor de la innovación y no en el precio.
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