Iniciamos nuevamente la actividad institucional después de cerrar el 2015, empresarialmente hablando y de manera genérica, con buenos resultados económicos.
El resultado del sondeo realizado entre nuestras empresas asociadas para el 2015 explicita un balance positivo, y unas perspectivas para el 2016 que nos traen a un optimismo moderado, dando continuidad a la línea iniciada el 2015 y pudiendo, así, repetir un buen ejercicio.
Eso sí, siempre a la expectativa de como evolucione la política interna y la constitución o no de gobiernos estables, así como la situación geopolítica a nivel mundial, sobre todo para los sectores industriales y exportadores. La evolución del precio del petróleo, del dólar y de las primeras materias, condicionarán los márgenes industriales de las empresas. No obstante, la mayoría de empresas consultadas señalan que o continuarán como el 2015 o crecerán. Por lo tanto, podemos decir que las perspectivas de la microeconomía, configurada por autónomos y pymes, son buenas. Hay más ilusión al sector industrial y de la construcción que, como consecuencia, arrastrarán a los servicios y al comercio.
Sólo un par de datos para reflejarlo, puesto que podéis consultar el sondeo completo, un 61,97% de las empresas afirma que durante el 2016 mantendrá sus plantillas y un 32,39% afirma que la incrementará. Así pues, el 2016 experimentará un moderado incremento en la creación de nuevos puestos de trabajo. El segundo dato hace referencia a la previsión del cierre para el 2016, un 51,41% de las empresas prevé un 2016 con más beneficios que el 2015 y un 34,51% prevé un cierre igual que el 2015. Sólo un 1,41% prevé finalizar el 2016 con más pérdidas que en 2015. Todos los esfuerzos realizados por los equipos de las empresas durante los años más duros de la crisis empiezan a dar resultados.
Tenemos, pero, grandes amenazas por delante que tendremos que intentar gestionar a escala global y con las que tenemos que saber gestionar internamente la actividad de nuestras empresas: un déficit que no se puede pagar, unos costes energéticos excesivamente elevados y unos costes del dinero extraordinariamente bajos que pueden cambiar en poco tiempo, y que, desgraciadamente, no seremos nosotros quien fijaremos los tempos. Es por eso que desde la Cecot, como instrumento al servicio de las empresas que somos, ya estamos trabajando en acciones por:
• Ayudar las empresas a crecer y ganar dimensión con nuevos instrumentos que presentaremos durante el año.
• Defender la competitividad empresarial mediante servicios de valor añadido pero, sobre todo, mediante la reducción de costes para las empresas. (Por ejemplo, evitando la repercusión de la indemnización del caso Castor a todos los consumidores a partir de este año y durante los cercanos treinta cómo está previsto; o recuperar el porcentaje que las empresas destinan a formación continua y que no se los devuelve).
• Intensificar la internacionalización de las empresas catalanas como base de la diversificación de mercados y riesgos, así como generar el acercamiento efectivo de transferencia tecnológica y de la investigación aplicada hacia el mundo empresarial para estimular la innovación.
• Trabajar para calificar más en las personas y facilitar la busca de talento en un escenario donde carecen determinados perfiles profesionales.
• Contribuir a la reforma de la FP empresarial para ir definitivamente a un modelo de formación dual centrado en la contratación de jóvenes como base del aprendizaje.
• Acelerar los procesos de cooperación público-privada. La titularidad pública con la gestión privada es una tendencia mundial de las administraciones y una fórmula que, precisamente en Cataluña, ha dado buenos resultados.
• Promover, mediante la plataforma FemVallès, una área Vallès dentro del marco metropolitano barcelonés y mejorar la movilidad interna.
No son pocos los retos, pero creemos que es necesario actuar y hacerlo cuanto antes mejor. Y por eso creemos que la constitución del nuevo Gobierno en Cataluña, después de tres meses de atraso, es una noticia positiva para poder desarrollar las reformas estructurales pendientes que tienen que ayudar a reactivar la economía y el consumo a nuestro país. Y si, como parece, se ha llegado a un acuerdo por escrito de estabilidad, esto ayudaría a recuperar la confianza para poder empezar a trabajar y reactivar temas que han quedado parados demasiados tiempos.
Por parte del tejido empresarial de nuestra entidad, siempre hemos ofrecido en cualquier Gobierno, constituido después de unas elecciones democráticas, un voto de confianza inicial y la máxima colaboración para llevar a cabo propuestas en beneficio de las empresas y de las personas. De hecho, dentro de la tarea institucional que se plantea nuestra entidad por este nuevo año hay la de incrementar el papel y la implicación de las organizaciones empresariales y agentes sociales en el ámbito institucional y político.
Queremos pasar de ser actores necesarios a imprescindibles a la hora de definir nuevas políticas empresariales, industriales, económicas, sociales, de infraestructuras o formativas. Y creemos importante, también, recordar en los nuevos gobiernos que la mejora de nuestra sociedad del bienestar pasa para generar más ingresos, y no para hacer crecer la deuda pública, y esto nos trae a reiterar que la empresa es la célula madre de nuestra economía. Por eso necesitamos gobiernos business friendly que generen un entorno empresarial beneficioso para el conjunto de la sociedad.
Desde nuestra entidad estamos convencidos que las propuestas para hacer un país altamente competitivo y socialmente cohesionado no son incompatibles sino absolutamente complementarias. Si a partir de ahora se pone más acento en políticas sociales, se tiene que explicar que primero toca ayudar a generar más ingresos y que esto pasa para ayudar al tejido empresarial que es quien genera la ocupación y la riqueza. Pasa también para no aumentar la presión fiscal adicional. Es preferible una mejor gestión, más eficiencia, más aprimament y más transparencia informativa y de datos. Ahora toca ayudar a mejorar la renta limpia de los trabajadores, autónomos y los resultados de las empresas.
El resultado del sondeo realizado entre nuestras empresas asociadas para el 2015 explicita un balance positivo, y unas perspectivas para el 2016 que nos traen a un optimismo moderado, dando continuidad a la línea iniciada el 2015 y pudiendo, así, repetir un buen ejercicio.
Eso sí, siempre a la expectativa de como evolucione la política interna y la constitución o no de gobiernos estables, así como la situación geopolítica a nivel mundial, sobre todo para los sectores industriales y exportadores. La evolución del precio del petróleo, del dólar y de las primeras materias, condicionarán los márgenes industriales de las empresas. No obstante, la mayoría de empresas consultadas señalan que o continuarán como el 2015 o crecerán. Por lo tanto, podemos decir que las perspectivas de la microeconomía, configurada por autónomos y pymes, son buenas. Hay más ilusión al sector industrial y de la construcción que, como consecuencia, arrastrarán a los servicios y al comercio.
Sólo un par de datos para reflejarlo, puesto que podéis consultar el sondeo completo, un 61,97% de las empresas afirma que durante el 2016 mantendrá sus plantillas y un 32,39% afirma que la incrementará. Así pues, el 2016 experimentará un moderado incremento en la creación de nuevos puestos de trabajo. El segundo dato hace referencia a la previsión del cierre para el 2016, un 51,41% de las empresas prevé un 2016 con más beneficios que el 2015 y un 34,51% prevé un cierre igual que el 2015. Sólo un 1,41% prevé finalizar el 2016 con más pérdidas que en 2015. Todos los esfuerzos realizados por los equipos de las empresas durante los años más duros de la crisis empiezan a dar resultados.
Tenemos, pero, grandes amenazas por delante que tendremos que intentar gestionar a escala global y con las que tenemos que saber gestionar internamente la actividad de nuestras empresas: un déficit que no se puede pagar, unos costes energéticos excesivamente elevados y unos costes del dinero extraordinariamente bajos que pueden cambiar en poco tiempo, y que, desgraciadamente, no seremos nosotros quien fijaremos los tempos. Es por eso que desde la Cecot, como instrumento al servicio de las empresas que somos, ya estamos trabajando en acciones por:
• Ayudar las empresas a crecer y ganar dimensión con nuevos instrumentos que presentaremos durante el año.
• Defender la competitividad empresarial mediante servicios de valor añadido pero, sobre todo, mediante la reducción de costes para las empresas. (Por ejemplo, evitando la repercusión de la indemnización del caso Castor a todos los consumidores a partir de este año y durante los cercanos treinta cómo está previsto; o recuperar el porcentaje que las empresas destinan a formación continua y que no se los devuelve).
• Intensificar la internacionalización de las empresas catalanas como base de la diversificación de mercados y riesgos, así como generar el acercamiento efectivo de transferencia tecnológica y de la investigación aplicada hacia el mundo empresarial para estimular la innovación.
• Trabajar para calificar más en las personas y facilitar la busca de talento en un escenario donde carecen determinados perfiles profesionales.
• Contribuir a la reforma de la FP empresarial para ir definitivamente a un modelo de formación dual centrado en la contratación de jóvenes como base del aprendizaje.
• Acelerar los procesos de cooperación público-privada. La titularidad pública con la gestión privada es una tendencia mundial de las administraciones y una fórmula que, precisamente en Cataluña, ha dado buenos resultados.
• Promover, mediante la plataforma FemVallès, una área Vallès dentro del marco metropolitano barcelonés y mejorar la movilidad interna.
No son pocos los retos, pero creemos que es necesario actuar y hacerlo cuanto antes mejor. Y por eso creemos que la constitución del nuevo Gobierno en Cataluña, después de tres meses de atraso, es una noticia positiva para poder desarrollar las reformas estructurales pendientes que tienen que ayudar a reactivar la economía y el consumo a nuestro país. Y si, como parece, se ha llegado a un acuerdo por escrito de estabilidad, esto ayudaría a recuperar la confianza para poder empezar a trabajar y reactivar temas que han quedado parados demasiados tiempos.
Por parte del tejido empresarial de nuestra entidad, siempre hemos ofrecido en cualquier Gobierno, constituido después de unas elecciones democráticas, un voto de confianza inicial y la máxima colaboración para llevar a cabo propuestas en beneficio de las empresas y de las personas. De hecho, dentro de la tarea institucional que se plantea nuestra entidad por este nuevo año hay la de incrementar el papel y la implicación de las organizaciones empresariales y agentes sociales en el ámbito institucional y político.
Queremos pasar de ser actores necesarios a imprescindibles a la hora de definir nuevas políticas empresariales, industriales, económicas, sociales, de infraestructuras o formativas. Y creemos importante, también, recordar en los nuevos gobiernos que la mejora de nuestra sociedad del bienestar pasa para generar más ingresos, y no para hacer crecer la deuda pública, y esto nos trae a reiterar que la empresa es la célula madre de nuestra economía. Por eso necesitamos gobiernos business friendly que generen un entorno empresarial beneficioso para el conjunto de la sociedad.
Desde nuestra entidad estamos convencidos que las propuestas para hacer un país altamente competitivo y socialmente cohesionado no son incompatibles sino absolutamente complementarias. Si a partir de ahora se pone más acento en políticas sociales, se tiene que explicar que primero toca ayudar a generar más ingresos y que esto pasa para ayudar al tejido empresarial que es quien genera la ocupación y la riqueza. Pasa también para no aumentar la presión fiscal adicional. Es preferible una mejor gestión, más eficiencia, más aprimament y más transparencia informativa y de datos. Ahora toca ayudar a mejorar la renta limpia de los trabajadores, autónomos y los resultados de las empresas.
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