Por un país menos garantista y con más competencia

Nuestro país tiende a tener unas leyes muy garantistes. Queremos asegurarnos de adelante ma de que todas las leyes y normas se cumplen . Cuando abrimos un negocio necesitamos todos los permisos, cuando a otros países se confía en el cumplimiento de las normas, sin necesidad de demostrarlo.

Tampoco nos gusta mucho la competencia , tenemos un concepto más bien negativo, decimos competencia feroz y acostumbran a asimilarla a empresas con malas condiciones laborales.

Pero tanto una cosa como el otro están menguando nuestro desarrollo económico, por que nuestros vecinos son más relajados y aun así más competitivos. Ya tenemos suficientes problemas con la carencia de crédito a las empresas para añadir los trámites burocráticos y los impedimentos a la competencia.

La inseguridad legislativa es en cierta forma un producto de estos dos condicionantes, producto tanto del garantisme cómo de las pocas ganas de fomentar la competencia , favoreciendo a los grandes de los sectores.

El último mes el gobierno del Estado ha aprobado un anteproyecto de ley que regula las plataforma de Internet que ofrecen préstamos a empresas subscritos por particulares, o be participaciones en los capitales de las empresas. El anteproyecto es tanto restrictivo que, si finalmente se aprueba de una forma parecida a la propuesta, hace totalmente inviable las plataformas existentes, tanto de préstamos como de capital . Ambas son una nueva forma de desintermediació, que se benefician de los grandes avances tecnológicos, integrándose en el que hoy denominarían sector Fin-Tech.

Las pocas plataformas existentes están trabajando en las alegaciones al anteproyecto, aun así las consecuencias del borrador no se han hecho esperar.

Algunas plataformas, como la que yo he creado, Puentis, ya hemos bajado la persiana, a la espera de volverla a subir si la ley finalmente aprobada es más ajustada a aquellas de los países vecinos. No podemos empezar sin saber finalmente cuál es la ley definitiva. Probablemente no estimamos suficiente el alto riesgo regulatorio de nuestro país. Con las condiciones del borrador presentado, que pone un límite por inversor de 3.000€, es hace inviable una plataforma como Puentis. El límite (quizás más alto?) tiene sentido por los pequeños inversores, pero limitar también a los grandes fondos, a los grandes inversores, parece un contrasentido.

Y, un golpe más, la competencia , es la gran afectada por este anteproyecto.
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