Relaciones Universidad-Emprendida: La asignatura pendiente

La universidad es un centro o institución de educación superior. Todo el mundo lo sabe y la afirmación no añade nada. Sin embargo, la universidad es, además, un centro de investigación cualificada, de tal manera que los resultados de esta investigación tienen que revertir a la sociedad en beneficio del progreso y bienestar. Esta nota o característica es importante y es la que ahora interesa destacar.

La universidad es, en otras palabras, un gran cerebro que se tiene que erigir como motor del progreso. Esto no excluye que en el ámbito de la empresa privada se haga investigación. Pero todos sabemos que ni toda empresa investiga ni la que investiga tiene que liderar el peso de la obtención de resultados y por lo tanto del progreso de la sociedad. Principalmente quién tiene que liderar la investigación son las universidades y centros públicos ad hoc. Sin embargo, hay dos aspectos que hay que tener muy presentes. Un fa referencia a las materias sobre las cuales se investiga y el otro, más angustiando todavía, a las relaciones de la universidad con la empresa.

En cuanto a las materias objeto de investigación, hay que decir que no es terreno acotat a algunas, en exclusión de las otras. Cuando se habla de investigación a menudo se piensa en el ámbito del cual podríamos decir "ciencias duras". Pero el cierto es que la investigación no es patrimonio, por ejemplo, de la física o de la bioquímica. En el ámbito de las ciencias sociales como el derecho y la economía también cabe la investigación y de hecho se investiga igual o más que al ámbito de las ciencias "duras" y con muy buenos resultados. Dedo en otras palabras, en el ámbito del derecho y la economía también se puede hacer transferencia de tecnología asesorando y ayudante a la administración y a las empresas a gestionarse de manera óptima en los aspectos legales y económicos.

De hecho a la Facultad de Derecho de la Universitat Autònoma de Barcelona se ha creado recientemente un Servicio de Estudios y Dictamens Jurídicos (SEDJ) a través del cual se puede canalizar la transferencia del conocimiento a la sociedad. Por lo tanto, se se olvida que la investigación y la transferencia de tecnología no es patrimonio de las ciencias "duras".

En cuanto a las relaciones universidad-emprendida se tendrían que configurar como el vehículo que permite la transferencia del conocimiento. Una verdadera oportunidad que la administración pública en general y el tejido empresarial en particular no tendrían que desaprovechar. Sin embargo, todavía hay un largo camino para recorrer. La universidad no es, ni mucho menos, aquel lugar donde las administraciones y las empresas acuden para encontrar soluciones que sólo un think tank como la universidad los puede dar. Por muchos viveros de empresa o parques de investigación que haya, el cierto es que el tejido empresarial no está comprometido ni confía en la Universidad.

Probablemente hay dos factores que influyen en este hecho.

  1.  El primero tiene que ver con el poco contacto del profesorado universitario con la realidad, sea por una legislación demasiado restrictiva que hace incompatible su contacto con el mundo real o sea por cualquiera otro motivo, el cierto es que el profesor no pisa allá donde el mundo choca con la realidad en perjuicio, además, del alumnado. Un buen profesor e investigador tiene que tener una visión real de los problemas para poder ofrecer soluciones válidas. En este sentido, recuerdo que en mi época de estudiando mis mejores profesores, sacado de excepciones, siempre fueron aquellos catedráticos que, además, ejercían como letrados o magistrados en nuestros juzgados y tribunales. El valor añadido que aportaban en el aula no tenía precio.
  2.  Y el segundo factor al cual hacía referencia, es una consecuencia del primero. Es decir, el tejido empresarial rehuye de la teoría y busca experiencia de calidad. La realidad quiere solucionar problemas de manera efectiva y con el máximo rigor y esto acostumbra a estar reñido con la teoría. Sin embargo, justo es decir que la empresa en general también tiene su parte de responsabilidad. A menudo se aleja de la universidad y demuestra una miopía preocupante como que no se da cuenta que a la universidad puede encontrar las herramientas necesarias para resolver sus problemas con ahorro de costes que asume muchas veces embobado por terceros que acreditan experiencia, pero no rigor científico. El resultado es un alejamiento permanente de la universidad con la empresa.

Es por eso que hay que superar lo antes posible esta situación. Incrementar los convenios y consultas con la universidad, crear cátedras en diferentes especialidades, institutos científicos y centros de mediación y/o arbitraje , celebrar congresos y jornadas, nacionales e internacionales, tendrían que ser algunas de las iniciativas que la universidad y la empresa tendrían que fomentar en beneficio recíproco y de la sociedad en general y superar así una situación absurda que resulta perjudicial por todo el mundo.
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