'IKOs'

Los créditos ICO como estandartes de la política española de apoyo empresarial

El presidente Pedro Sanónchez en una sesión de control del Congreso. | EP El presidente Pedro Sanónchez en una sesión de control del Congreso. | EP

Llama el banco diciendo que solo les renuevan la mitad del importe de la póliza de crédito. Eran las primeras semanas de la pandemia. Igual que en la crisis financiera de hacía diez años, cuando empiezan a ir mal, los bancos se dan prisa a cerrar el grifo.

Los créditos ICO como estandartes de la política española de apoyo empresarial

Pero al cabo de unos días, vuelve a llamar el banco y les ofrece un crédito avalado por el ICO y, además, no solo no les restringe la póliza, sino que se la amplían en un 50%. Rápidamente, reconvierten los préstamos en vigor en créditos ICO. El banco se ahorra riesgos porque tienen la garantía del Estado y la pyme ve rebajados los tipos de interés y se ahorra estar pendiente del humor de la banca para hacer las renovaciones anuales porque son créditos a cinco años.

Tienen que aguantar periódicamente el maltrago de contratar seguros con el banco e incluso algunos -al menos así consta en las denuncias a la CNMC- les intentan colocar la compra de de el último modelo de televisor (por cierto, ayer fui a mi oficina bancaria después de muchos meses y prácticamente todo el ventanal que da a la calle estaba ocupado por un SUV; eso sí, de los que fabrican a Martorell).

Cómo que es una empresa de servicios tecnológicos, con muy pocos activos fijos, siempre los ha costado más acceder al crédito porque los bancos reclaman garantías físicas. Menos mal que ya hace décadas que estan en el mercado y tienen una solvencia contrastada. Las empresas emergentes -las startups-, en cambio, lo tienen realmente difícil para encontrar financiación. Antes y todavía más durante la pandemia.

Montero siempre respondía que las ayudas del Gobierno español eran los créditos ICO

Cuándo a la ministra Montero la acusaban de no dar ayudas directas a las empresas -a diferencia del resto de países donde también se habían cerrado sectores a raíz de la pandemia- ella siempre respondía que las ayudas del Gobierno español eran los créditos ICO. Finalmente, y después de quedar ubicados a la cola de la Unión Europea en ayudas empresariales, se desplegó un paquete urgente de ayudas directas que parece que llegarán estos días. Más o menos un año y medio después del inicio de la pandemia.

En Catalunya, en función del número de trabajadores en ERTE -para establecer una medida objectivable- habrían tenido que tocar más de 1.400 millones de euros. En cambio, no han llegado a los 1.000 millones de euros. Y todavía, en opinión de muchos, la Generalitat se ha dado una prisa extraordinaria a la hora de gestionar la distribución.

Reactivación y crisis especulativas y de suministro

Las locomotoras de Alemania y Francia tensan del crecimiento europeo y mejoran el optimismo generalizado desencadenado con la vacunación masiva. España, a rebufo de Europa, también mejora las expectativas, pero a pesar de ser de los países en el cual más ha caído la actividad, no está entre los primeros a la hora de la recuperación. Las ayudas directas a las empresas seguro que tienen que ver. En Catalunya, donde la industria concentra el 60% de las exportaciones a los países centrales europeos, también se nota la estribada europea.

Mientras tanto, el impacto de las expectativas en las materias primeras, empezando por el cobre y la madera, también se hace notar en los precios internacionales, sometidos a oscilaciones especulativas. Y Seat tiene que cerrar tres días por carencia de semiconductores. Las cadenas de abastecimiento a nivel internacional se rompen con facilidad después de de un año y medio de cierres y tensiones. La concentración asiática de muchos de estos suministradores tendría que volver a poner sobre la mesa la necesidad de internalitzar en Europa una parte significativa de los abastecimientos estratégicos.

¿Un adiós a la ortodoxia monetarista coyuntural o permanente?

Europa ha enmendado la ortodoxia monetaria y fiscal con que afrontó la crisis de hace una década. Ahora, el importante es reactivar la economía aunque sea a expensas de déficits y niveles de endeudamiento nunca ver desde Maastricht. El Constitucional alemán valida la decisión que por primera vez en la historia la Comisión Europea emita endeudamiento para financiar los Fondos de Next Generation. Aun así, el candidato conservador que aspira a suceder Merkel de aquí unos meses ya ha avisado que no nos acostumbramos, que con la pandemia estaba justificado, pero que una vez superada habrá que volver a la normalidad de siempre: que cada cual se espabile como pueda. Todo hace pensar que añoraremos la Sra. Merkel.

Portugal y España, los eslabones más débiles del frente sur, han sido los primeros países en obtener el visto bueno de Bruselas en sus planes de reformas

De momento, pero, Portugal y España, los eslabones más débiles del frente sur, han sido los primeros países a obtener el visto bueno de Brussel·les en sus planes de reformas y, por lo tanto, accederán enseguida a los anhelados nuevos recursos europeos.

De las reformas ya sabemos -era inevitable- que nos tocará pagar para usar las carreteras de alta capacidad. A pesar de que esta vez parece que también pagarán los que nunca lo han hecho mientras catalanes y valencianos pagaremos bastante menos que hasta ahora. Sabemos que, siguiendo las recomendaciones de la última actualización del Pacto de Toledo, se empezará para penalizar las jubilaciones anticipadas. Eso sí, a partir del año que viene, no fuera que afectara la desbandada general de personal que la banca tiene en curso. Una desbandada bendecida, por cierto, por el Banco de España como fórmula principal de mantener la viabilidad de la banca tradicional después de tantos años de bajos intereses y reducción de márgenes.

Vuelve el lamento de un incremento inminente de los tipos de interés

En el mundo empresarial es creencia muy extendida que en un par de años la situación puede cambiar significativamente. Por eso, muchos empresarios se han dado prisa en apuntarse a la prórroga de los créditos ICO, que primero se alargaron a ocho años y hace pocas semanas, para aquellos solicitados durante la pandemia, a 10. Hay que tener en cuenta que los tipos de interés oscilan entre el dos -o menos- y el tres o tres y medio por ciento. Unos intereses que si ahora son muy favorables, todavía pueden serlo más si de aquí dos años acabara encareciéndose el precio de la moneda.

La inflación norteamericana – del 5%- ayuda a reforzar estas expectativas y quizás también influyen las ganas de la banca de colocar créditos como sea, porque no es la primera vez -ni seguramente será la última- que corre la voz que pronto el Banco Central Europeo abandonará la política de liquidez monetaria y los tipos volverán a subir. De tanto pronosticarlo, quizás alguna vez lo acertarán.

Més info: Tres años más para devolver los ICO

Mientras tanto, personajes como el gobernador del Banco de España insisten en las viejas -o ahora nuevas- tesis de ortodoxia monetaria y fiscal. Claman por apresurarse a rebajar el endeudamiento del Estado -disparado al 120% del PIB- y, de paso, para anular un eventual incremento de 15 o 20 euros mensuales del salario mínimo. La excusa es la de siempre: subirlo desincentiva la creación de puestos de trabajo poco calificados destinados a jóvenes o parados. O a inmigrantes, como el gobernador no menciona. Y es que el modelo de crecimiento basado en salarios bajos continúa siendo la panacea para muchos.

¿Hacia un endeudamiento perpetuo?

En el extremo opuesto, el propio Pedro Sánchez ya se atrevió a hablar de un eventual endeudamiento perpetuo. Habría suficiente con generar la seguridad que se pueden pagar los intereses del endeudamiento acumulado, del que nunca se devolvería el principal. No es un planteamiento tan disparatado cuando lo que abundan en el mundo son capitales. Unos capitales que buscan desesperadamente el inestable equilibrio entre seguridad y rentabilidad. Y esta, la rentabilidad, hace tiempo que -más allá de operaciones especulativas- se ha reducido en todo el mundo, incluyendo los que antes se consideraban países emergentes.

Pero esta es una propuesta peligrosa si se pone en boca del primer mandatario de un estado del sur europeo. No fuera que los mercados pensaran que no está en disposición de llenar sus obligaciones con la deuda. Hasta que no sea una iniciativa del amigo americano, solo se pueden hacer especulaciones académicas.

El amigo americano

Y si el cambio de rasante en las políticas económicas europeas estaba siendo espectacular, ahora ha llegado Biden con el esfuerzo inversor más elevado desde hace 70 años en Estados Unidos y el abandono, a corto plazo, de toda disciplina monetaria. No es por casualidad que la actual Secretaría de Estado de Economía, Janet Jellen, sea la antigua presidenta de la Reserva Federal en época de Obama. Así, los tipos bajos del precio del dinero se mantienen a pesar del espiral inflacionista que ha destapado la euforia expansiva del gasto público norteamericano.

Eso sí, uno u otro tiene que acabar pagando la fiesta y Biden considera que los primeros tienen que ser los grandes grupos multinacionales -y no solo pertenecientes a las TIC- que se amparan de la laxa fiscalidad que muchos pequeños países -también europeos, como Irlanda, Luxemburgo o los Países Bajos- ofrecen a estas grandes multinacionales. Precisamente Europa acaba de aprobar la obligación que cada división nacional pague los impuestos correspondientes al volumen real de facturación que tiene en cada país para evitar que mediante compras e intercambios internos todos los beneficios afloren precisamente en las sedes europeas ubicadas en los países de más baja fiscalidad.

Biden ha hecho asumir estos principios a los miembros del G7 y el pasado miércoles hizo que 130 países de la OCDE, China incluida, también se añadieran. Entre los países que de momento no se han adherido están Irlanda, Estonia y Hungría. Ver si estos compromisos acaban cumpliéndose o solo nos quedamos con una declaración de buenas intenciones. En todo caso, la iniciativa de Biden ha ido mucho más allá de la de cualquier mandatario internacional en unas tesis que hasta ahora -como en el caso de la deuda perpetua- se circunscribían a académicos y especialistas etiquetados bajo la bandera progresista.

Biden ha querido remarcar que Europa continúa siendo su socio preferente

Por si acaso, también Biden ha querido remarcar que Europa continúa siendo su socio preferente. No fuera que a la UE se le acudiera jugar un eventual papel de tercer hombre en la disputa por la hegemonía mundial que los norteamericanos mantienen con China. Biden hace alinear a su lado a todos los países occidentales, que quiere volver a encabezar, para ganar una batalla que cada vez es más enconada. Esto a pesar de los equilibrios de Alemania, para quien China es el principal mercado exportador.

El turismo y la temida K

Pese a esta alineación de los astros por primera vez favorable en mucho tiempo para los intereses económicos del sur de Europa, una nueva sombra plana encima de la cabeza. Tiene el nombre de variante Delta del coronavirus. Antes la llamaban india, pero los 1.000 millones de indios pesan bastante por haber conseguido sacarse de encima la identificación con la nueva mutación del coronavirus.

Si como el año pasado, una nueva ola epidémica frustrara las buenas expectativas de comienzos de verano, nos fallaría un elemento central en nuestra favorable conjunción astral: el turismo. De momento, en nuestra casa, ya hemos tenido una primera cata en forma de viaje de fin de curso a las Illes y la recomendación de suspender este tipo de actividades.

Y es que si nos volviera a fallar el verano, quizás sí sería inevitable pensar que nos encaminamos hacia un futuro inmediato en forma de K: unos se recuperan aceleradamente mientras otros se hunden sin remedio. Esto que ya pasa en todas las crisis a niveles de empresa y de trabajadores, ahora tendría un elemento diferencial: recuperación y caída irían por sectores y el turismo y todos los servicios y actividades que están asociados a él -que son muchas- recibirían la peor parte. Todo será que acabamos escribiendo IKOs con K.

Més informació
La ampliación de los ICO, insuficiente ante la solvencia de las pymes
Hoy Destacamos
Lo más leido