El diseño y la reutilización son una alternativa y un negocio por materiales descatalogados de BD Barcelona

Sostenibilidad

Ecodisseny quiere decir negocio sostenible

Incluir aspectos ambientales en el diseño de producto se presenta como una alternativa atractiva para las empresas

El ecodisseny es una vía cada vez más atractiva para las empresas. Está claro que buscar alternativas en los procedimientos, materiales o maneras de hacer de toda la vida requiere un esfuerzo (e inversión), pero el regreso social es agradecido y comporta un negocio más sostenible. Las iniciativas en este sentido son múltiples y para incentivarlas la Agencia de Residuos de Cataluña lanzó el premio Cataluña Ecodisseny. En la edición del 2017 destacan las iniciativas como una cápsula de café compostable, una pila biodegradable, uno trae-botellas reciclado, un canelobre de ferratge descatalogado o un sistema ecológico contra la processionària.

El concepto de ecodisseny se aplica para definir el diseño de productos y servicios que, además de tener en cuenta aspectos habituales cómo son los funcionales, estéticos, legales, económicos, de distribución y los comerciales, también contempla los aspectos ambientales y, cada vez más, los sociales aconteciendo así el diseño para la sostenibilidad.

Un claro ejemplo de cómo se materializa este cambio de mentalidad, pero también una oportunidad, es el ganador en la categoría de Producto, Cafés Novel.

La empresa ha ideado las primeras cápsulas compostables de café compatibles con Nespresso. Mientras que las cápsulas convencionales generan una media de entre 1,5 y 2 gramos de residuo difíciles de reciclar por unidad, estas de Cafés Novel están fabricadas con un polímero, obtenido del maíz, que se degrada en un periodo de entre 4 y 12 semanas, y se depositan a la fracción orgánica de los residuos.

El codirector general de la compañía, Josep Novel, afirma que "es una clara apuesta por la innovación y fortalece el compromiso del grupo por el medio ambiente aportando una solución pionera al mercado español".

Un tapón en red

Pero en este concurso se han presentado 115 candidaturas, proyectos con varios objetivos que aportan soluciones sostenibles al mercado. Entre ellas se encuentra la Ioana Crasovan, estudiando de la IED Barcelona. El proyecto que presentó se basa en las redes en desuso del Puerto de Barcelona: "Analizamos por qué este cúmulo de redes no tenía ningún uso e ideamos qué posibilidades había", explica.

El resultado es Azul Orgàsmic. Es un tapón de botella hecho a partir de las redes y también una funda por las botellas de vidrio de la empresa La Festival, que trabaja con bodegas de vinos ecológicos. Todo enmarcado en la economía circular: "La idea es que compras la botella y la puedes reomplir cuando quieras". Además, para cerrar el círculo, toda la producción es local y los pescadores que traigan las redes a reciclar recibirán vino como compensación.

Igualmente, ha sido premiado en esta categoría el remolque adaptable Chukudu 2.0, de Alessando Asnaghi Gordillo, del IED Barcelona Escuela Superior de Diseño, fabricado a partir de piezas reutilizadas de bicicletas en desuso y materiales autóctonos. El objetivo es desarrollar un medio de transporte barato y con elementos cotidianos en países poco desarrollados por, por ejemplo, transportar personas heridas o enfermas a hospitales cercanos a través de carreteras sin asfaltar.

Una pila de papel

Una batería con corazón de papel y biodegradable es otro de las soluciones que combina diseño y ecología. El científico titular en el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC situado a la UAB, Juan Pablo Esquivel, junto con la profesora Neus Sabaté, han desarrollado una segunda tecnología que permite crear baterías de papel. Ambós son cofundadores de Fuelium , una empresa que hace baterías de papel y que ya había lanzado un producto anteriormente.

Las nuevas baterías que presentan los investigadores están hechos 100% de materiales orgánicos, renovables y biodegradables, "además de estar alineadas con la economía circular", afirma el científico. A diferencia de las pilas, las baterías Fuelium sólo generan la cantidad de energía necesaria para cada aplicación y no contienen metales pesants nocivos para la salud. La tecnología que han desarrollado permitirá la generación de nuevas soluciones en el campo del diagnóstico y otros sectores que hasta ahora no son posibles.

Se ha acabado reciclar las pilas, ahora se pueden lanzar al compuesto!

Una trampa por orugas

Pero el ecodisseny se puede aplicar no solamente a productos de gran consumo. También es una vía para encontrar alternativas sostenibles a... la gestión de plagas. Laura Perdomo, de la Escuela Superior de Diseño y Artes Plásticas de Cataluña, presentó una solución a un problema que afecta los bosques de Cataluña: la oruga processionària.

"Los métodos tradicionales comportan verins que se inyectan al árbol o trampas poco efectivas", explica Perdomo. Y el problema afecta no sólo los bosques, sino también los parques y jardines de las ciudades. El oruga habita a las copas de los pinos y a la primavera baja para poner los huevos en la tierra. Así, "el objetivo era hacer una trampa eficaz", explica.

La propuesta es Pine Helper, una especie de sortija que se coloca al tronco del árbol y que tiene unas trampas. De este modo cuando el gusano baja, queda atrapado y se evitan métodos más invasivos. Esta sortija está hecha con materiales reciclados y las bolsas donde queda la oruga son biodegradables.

Escaparates con muebles descatalogados

El ecodisseny también abraza la reutilización. Con esta estrategia la compañía de mobiliario BD Barcelona 1972 SL en colaboración con los diseñadores Ramón Úbeda Castro y Curro Claret lanzaron la colección Remix Vol.1 y Vol.2.

Jordi Arnau de BD explica que el proyecto nace de la necesidad de qué hacer con el material descatalogado. A la empresa (y a todas las empresas) acumulan stock que, a medida que su vida útil al mercado mengua, se descatalogan y se acumula al almacén. "Durante años acumulamos material que tiene valor económico y que no queremos lanzar", explica Arnau. La idea es crear nuevos productos con esta materia: "Invitamos diseñadores para crear productos nuevos y solucionar el problema".

Con unos ferratges de latón del arquitecto Cristian Cirici descatalogados desde hacía diez años, Claret ideó un canelobre. Úbeda ideó una serie de escaparates empleando también estos metales.

Así nació una colección de objetos de serie limitada, básicamente accesorios y muebles, creada a partir de componentes de muebles descatalogados y la creatividad de los diseñadores. En reaprofitar estos objetos para nuevos usos, se evita la destrucción y la consiguiente generación de residuos. Además, sensibiliza los consumidores sobre el ahorro de recursos.